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‘Reflejos’ invita al espectador a indagar en  su subconsciente tras mirar sus propuestas ‘Reflejos’ invita al espectador a indagar en  su subconsciente tras mirar sus propuestas
Blanca Vallespí propone con ‘Diálogos interiores’ el encuentro con uno mismo entretejiendo pensamientos

‘Reflejos’ invita al espectador a indagar en su subconsciente tras mirar sus propuestas

La temática de la exposición de Bellas Artes versa sobre la parte más íntima de las personas
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Reflejos, la tercera exposición del Ciclo Especies de Espacios 2025 que puede visitarse hasta el próximo miércoles 26 de febrero en la Arte Sala del edificio de Bellas Artes de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas del Campus de Teruel de la Universidad de Zaragoza, hace referencia al interés de los artistas en que el público pueda sentirse reflejado en sus propuestas.

Esta es una exposición grupal de la asignatura Metodología de Proyectos Espacio, del grado de Bellas Artes. Los artistas que participan en la muestra son Ekaterina Alejandre Sánchez, Katherina García Blasco, Adrián Sánchez Calvo y Blanca Vallespí Calvo.

En sus trabajos, proponen reflejos relacionados con aspectos de la psicología y la personalidad, de modo que los espectadores se sientan identificados con temáticas planteadas como la identidad, el subconsciente, el pensamiento, las emociones ocultas, las apariencias, el descubrimiento de la razón de ser de cada cual… Cada artista muestra una parte íntima de su persona, exponiéndose desde un conflicto a una conversación interna.

Los artistas desean reflejarse como artistas a través de sus obras y que el público pueda verse reflejado también al apreciarlas, y experimentar todo aquello que se desarrolla en las mismas. Todas las propuestas se muestran con materiales variados que se adaptan a la interpretación de cada artista y también a la interpretación que el público, según sus historias personales, lleve a cabo.

Blanca Vallespí Calvo es la autora de Diálogos Interiores (2025). Como el título indica, esta obra trata sobre una conversación, un encuentro con uno mismo, un diálogo interno que de alguna manera se sigue tejiendo con las piezas de ganchillo inacabadas.

 

Varias alumnas del grado de Bellas Artes, en la Arte Sala que acoge la exposición grupal


La obra consta de tres piezas que dialogan, tanto por su diferente estructura como por la posición que mantienen en ese momento. Es una instalación interactiva, pues se puede colocar de maneras diferentes. Esta configuración hace que, a partir del mensaje de partida, se puedan encontrar más significados que nos muestren información de esa conversación concreta según se vayan acercando entre sí, alejando, etcétera.

Forman esta instalación tres elementos, una silla, un taburete y una mesilla que están hechos de madera, cada uno con una estructura y un tipo de madera diferente, tal y como son diferentes los roles a la hora de hablar con uno mismo.

La silla, la mesilla y el taburete están forrados de ganchillo en la práctica totalidad de su superficie. Esto contrasta con la madera, un material es blando, frente a la madera, material duro. El duro, en este caso responde a la estructura y hace referencia a las bases asentadas en nuestra cabeza. La parte blanda son las cosas que aprendemos por el camino y vamos añadiendo como parte de nosotros.

Ekaterina Alejandre, entre tanto, presenta Ikigai (2025). El título de este proyecto proviene del método del mismo nombre que busca despertar tu verdadera pasión y descubrir tu razón de ser. Esta propuesta de escultura trata sobre el autodescubrimiento, intentando transmitir a las personas diferentes emociones y haciendo que puedan interactuar con la propia instalación, viéndose reflejados en el interior de cada uno.

La obra consta de un conjunto de piezas unidas a modo de puzzle entre sí, pudiendo crearse diferentes formas y uniones. Cada una de las piezas es de un tamaño y tiene una textura diferente, como acetato/cristal, telas viejas, piedras… y con cada una se pretende transmitir un sentimiento como pueden ser la fragilidad, la nostalgia, la frialdad, etcétera.

Vulnerabilidad

Con Sombras en el Cristal (2025) Katherina García Blasco quiere representar lo oculto tras el reflejo. Las sombras simbolizan traumas y emociones reprimidas, mientras que el cristal, frágil y distorsionado, alude al espejo como portal a la identidad oculta.

La obra es una instalación escultórica que expone las heridas emocionales ocultas tras las apariencias. Un espejo antiguo, del que emergen manos ensangrentadas entre un velo de luto, simboliza la lucha interna, el dolor reprimido y la fragilidad de la identidad.

La obra busca confrontar al espectador con su propia vulnerabilidad, mostrando que el reflejo no solo devuelve la imagen física, sino también los conflictos internos.

Se muestra un espejo antiguo con un marco de madera gastada. En lugar de una superficie lisa, unas manos frías y ásperas emergen de él, cubiertas de cera y con grietas húmedas que parecen heridas abiertas. Entre los dedos, un velo ligero y rugoso intenta ocultarlas. Al tocarlo, se siente la tensión de algo atrapado, como si el espejo no solo reflejara rostros, sino también cicatrices emocionales.

 

Ekaterina Alejandre, con su propuesta ‘Ikigai’, una obra que consta de un conjunto de piezas unidas a modo de puzzle

Sobrepensamiento

Por último, Adrián Sánchez Calvo expone Mina del pensamiento (2025). Con esta instalación se pretende representar el problema del “sobrepensamiento”, que consiste en pensar excesivamente sobre una situación, problema o decisión, analizándola en exceso hasta el punto de generar ansiedad, estrés, insomnio, preocupación o incluso paralización. Se trata de un conflicto que a menudo experimenta todo el mundo, y que en los jóvenes suele estar directamente relacionado con las inseguridades.

Vemos un pico adherido a una montaña de escayola. Este pico está en acción de desmoronar a ésta última, poco a poco, así como los pensamientos no paran de picarnos la cabeza en este proceso. La escayola pretende asemejarse a un cerebro. Sobre ellos, en el techo, se suspenden unas bombillas rotas.

Las bombillas -que se utilizan como símbolo de ideas- cuando se sobrecalientan, explotan y, análogamente, nuestra cabeza cuando sobrepiensa deja de generar ideas, deja de pensar con claridad y se satura. “Mi obra es un reflejo de aquellos que pasamos por este proceso”, explica Adrián Sánchez.

Reflejos ha estado precedida de Herencias recibidas, en la que Brezo Acín, Óscar Blanch, Andrea Gracia, Aitor Rivas y Soraya Torrejón proponían una reflexión sobre el legado que se transciende al tiempo transmitiéndose de generación en generación; y de Estar por estar, en la que Julia Castillo, Chet Felix, Marta Ezquerra, Carla Obiol y Cristina Royo tuvieron como discurso expositivo la naturaleza de las diferentes presencias, ya fueran físicas o mentales.

 

‘Sombras en el Cristal’, de Katherina García Blasco

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