‘Atención Contenido Consciente’ cierra el ciclo de arte Especies de Espacios

Ana Vílchez, María Luis, Marcos Gascón, Ignacio Aparicio y Blanca Burgos protagonizan la exposición colectiva Atención Contenido Consciente, cuarta y última del ciclo Especies de Espacios 2022, que puede visitarse hasta mañana viernes en la sala de exposiciones del Edificio de Bellas Artes en Teruel.

Las cinco propuestas tienen que ver con la sensibilización del público ante la necesidad de proteger y valorar los ecosistemas de la Tierra, y formalmente van de la escultura a la fotografía, pasando por la instalación o el arte performático.

La obra de Ana Vilchez se compone de elementos principalmente naturales. Utilizando como referente el ecoarte ligado al activismo medioambiental, Vílchez hace una crítica a los residuos vertidos a la Tierra poniendo el foco en esos elementos no pertenecientes a los lugares donde son encontrados o arrojados. La propuesta se completa con lo que la autora denomina romantizaciones de la madre naturaleza, donde transmite la belleza de lo sublime para lanzar un mensaje de alerta y socorro.

Por su parte Ignacio Aparicio basa su trabajo, Nendo Dango, en la agricultura natural, con la referencia de su creador, el japonés Masanobu Fukuoka, durante el siglo XX. Esta propuesta busca incitar al espectador a la participación, así como generar curiosidad y conciencia hacia el mundo vegetal mediante una instalación-taller y diversos soportes gráficos.

Sinergia, la propuesta de Blanca Burgos, consiste en una escultura formada por un cuerpo humano fragmentado en varias partes. Este se encuentra brotando del suelo, buscando representar una nostalgia provocada por todo aquello que antes era natural, verde y sano, pero que posteriormente fue manipulado por la mano humana. El cuerpo humano, construido en un material natural y tradicional como la arcilla, emerge de un piso de asfalto, en representación de la creación humana y de lo sintético, para contraponer los valores de la naturaleza con lo artificial.

El cuerpo es de un hombre anciano, para jugar con la edad de la naturaleza y su longevidad e indicando que todo, tanto la naturaleza como la vida, tiene su fin, antes o después. “El hombre mata a la naturaleza, y la naturaleza se encarga de acabar con el propio ser humano”, advierte la estudiante.

La obra titulada La no-forma de la Naturaleza, de María Luis, reflexiona sobre el concepto creado por los seres humanos a lo largo de la historia sobre la Madre Naturaleza, enfocándose en resaltarla y difundir valores de sostenibilidad, concienciación y respeto hacia el medio ambiente.

Se presenta como una escultura de aspecto antropomórfico formada a partir de distintos elementos naturales. En el fondo subyace la autocrítica al plantear cómo se llega al punto de que el ego colectivo de los humanos haya conseguido crecer más que todas las raíces de los árboles de un planeta, que desde un principio ha protegido y cuidado a sus habitantes, entre ellos los propios seres humanos, cuando lo único que deberían hacer es agradecer y mantener sano el único hogar dónde son capaces de vivir.

Por último, Absconditus versa sobre la actitud de esconder, ocultar, maquillar o invisibilizar los residuos, que no dejan de crecer y ensuciarlo todo. El proyecto intenta llamar la atención de toda la gente que, por un fin interesado, intenta ocultar la basura, la física y la metafórica, de la vista de nuestra sociedad. Y por otro lado al resto de personas, que aceptan que todo esto ocurra y solo ven la manta rosa que cubre los desechos.

El proyecto Absconditus está representado mediante tres técnicas, fotografía (una serie de fotos realizadas en la ciudad de Teruel, donde se tapan distintas formas de residuos); instalación (vemos una montaña de residuos) y una performance que se representó durante la inauguración de la exposición.