Manuel Placencia, biólogo especializado en el análisis de planta y suelo trufero: “Hacer un análisis de la planta en el laboratorio te garantiza que lleve la especie de trufa correcta”

Manuel Placencia es biólogo y trabaja en el campo del control ambiental, pero hace poco más de medio año decidió montar un laboratorio de análisis específico para trufa en el corazón de la producción trufera mundial, Sarrión, que es su pueblo y donde reside. Está muy implicado con el sector, ya que es asesor en el grupo de trabajo del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Trufa Negra de Teruel.

-A finales del año pasado le hicieron un homenaje por su dilatada trayectoria profesional. ¿Está orgulloso?

-Así es. Recibí un homenaje por cumplir 25 años en la profesión como biólogo. Ha sido un reconocimiento a todos estos años de dedicación, no solo en la biología, sino también en mi papel como inspector ambiental.

-Además de su labor como inspector, ha iniciado un laboratorio de análisis relacionado con la trufa. ¿Qué le motivó a dar este paso?

-Soy de Sarrión, un lugar con una gran tradición trufera, y desde pequeño he vivido rodeado de este mundo. Me di cuenta de que en la zona no había laboratorios especializados en truficultura, así que decidí abrir uno en junio. Para mí era el momento adecuado, ya que había terminado de solucionar otros compromisos financieros, como la hipoteca, y quise invertir en algo que siempre me ha apasionado.

-¿Qué importancia tiene la biología en la producción de trufa?

-La biología juega un papel esencial. Por ejemplo, en mi laboratorio garantizo que los árboles plantados lleven la especie correcta, en este caso Tuber melanosporum. Si las plantas no están adecuadamente inoculadas, se corre el riesgo de que la producción esté contaminada con otras especies, como Tuber brumale o Tuber aestivum.

-Usted menciona que otras especies de trufa, como la brumale o la aestivum, pueden afectar la inversión. ¿Son malas estas especies?

-No necesariamente. No son malas, pero no son las más rentables y que estén en la finca no solo afecta la inversión, sino que también genera desconfianza en los compradores. Por ejemplo, Tuber aestivum, conocida como trufa de verano, y Tuber melanosporum, que es la trufa negra de invierno, no compiten directamente porque tienen ciclos diferentes. Sin embargo, Tuber brumale y Tuber melanosporum sí compiten porque germinan al mismo tiempo, y eso las hace excluyentes.El problema surge cuando inviertes tiempo y dinero en una plantación para producir melanosporum, y resulta que está contaminada con otras especies. Esto reduce la calidad y el valor de la cosecha.

-¿Cómo garantiza que las plantaciones estén correctamente inoculadas con la especie deseada?

-Utilizamos técnicas avanzadas, como el análisis PCR, que es muy preciso. Extraemos ADN de las muestras, ya sea de raíces, suelo o esporas, y confirmamos la presencia de Tuber melanosporum. El PCR tiene una efectividad del 99,9%, aunque, como en cualquier análisis, siempre existe un pequeño margen de error. También podemos determinar si hay contaminación con otras especies, como brumale o aestivum, lo que ayuda a los truficultores a tomar decisiones sobre sus plantaciones.

-¿Cómo está respondiendo el sector trufero a este servicio?

-De momento, he tenido buena acogida, aunque todavía estoy en una fase inicial. En Sarrión, donde las plantas se analizan principalmente en viveros, ya se empieza a conocer mi laboratorio. Además, participo en ferias truferas, lo que me permite darme a conocer y responder a las necesidades de los truficultores. Espero que con el tiempo y conforme aumente la demanda en primavera, que es cuando se realizan las plantaciones, también crezca el volumen de trabajo en el laboratorio.

-¿Qué otros servicios ofrece su laboratorio, además de analizar las plantas truferas?

-Además de analizar las raíces de los plantones para confirmar la presencia de Tuber melanosporum, también trabajo con suelos y esporas. Por ejemplo, en plantaciones ya establecidas, tomo muestras del suelo alrededor de las carrascas para detectar si hay ADN de melanosporum. El análisis de esporas también es fundamental para garantizar que el inóculo que se utiliza en las plantaciones sea adecuado. Es decir, confirmo que no esté contaminado con otras especies y que sea apto para fomentar el crecimiento de la trufa negra. En una plantación a tan largo plazo todo esto es una garantía.