Usar 80 trampas para el escabajo 'leiodes' por hectárea reduce los daños en las trufas hasta un 60%

El trampeo masivo contra el escarabajo Leiodes cinnamomeus reduce sustancialmente los daños de sus larvas en las trufas y así lo han constatado tanto las investigaciones científicas como su uso en campo por parte de los particulares, ya que las trampas y atrayentes están en el mercado. La encargada de ofrecer los datos de las investigaciones ha sido María Martín, experta en plagas de truficultura y directora del curso de la Universidad de Verano de Teruel. Detalló que el trampeo masivo aplicado de forma correcta –unas 80 trampas por hectárea– reduce los daños en las trufas entre un 50 y un 60%. El coste de colocación de esas 80 trampas es de 900 euros por hectárea, una cantidad que, como apuntó Martín, se amortiza fácilmente.

El curso de Truficultura que imparte la Universidad de Verano de Teruel-Fundación Antonio Gargallo, dedicó la mañana a las visitas al vivero Inotruf, en Sarrión, y a varias fincas productivas con árboles de diferentes edades en las que estuvieron acompañados por el presidente de la Asociación de Recolectores y Cultivadores de Trufa de Teruel (Atruter), Daniel Brito. La actividad formativa se está desarrollando desde el lunes y hasta mañana jueves en Mora de Rubielos.

Las trayectorias que crean las larvas de Leiodes cinnamomeus en las trufas provocan su depreciación o incluso la pérdida total de la pieza si tiene un gran número de agujeros.

María Martín explicó que las investigaciones realizadas sobre el escarabajo han demostrado que comienza sus vueltos a partir de la segunda semana de septiembre. Añadió que hay un pico de adultos en noviembre, que ponen huevos cuya eclosión y aparición de larvas coincide con el mes de diciembre, que es cuando la trufa tiene más valor debido al periodo navideño.

Los daños de las larvas son muy graves en las parcelas truferas y llegan a estar presentes, en mayor o menor medida, en el 80% de la trufas que se extraen. Se trata de piezas que aunque no tengan tantas trayectorias para ser desechadas sí supone una depreciación sustancial de su valor en el mercado.

Captura de ambos sexos

Las trampas llevan un compuesto químico que se encuentra en las trufas y que sirve de atrayente. Las pruebas de campo realizadas muestran, como explica María Martín, que a comienzo de campaña se capturan más ejemplares machos y al final más hembras, pero el porcentaje medio es similar para ambos sexos.

El trampeo es un método que lleva cuatro años utilizándose y una de las investigadoras que más trabajó en el desarrollo de este sistema fue María Martín, tanto en el marco de su tesis doctoral como a través de un proyecto del Fondo de Inversiones para Teruel (Fite), que se desarrolló a través del  Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (Cita). La especialista en plagas señala que en la obtención de los resultados ha sido crucial la colaboración de los truficultores, cuyos campos se han utilizado como laboratorio de investigación. “Es una investigación desarrollada en el territorio y contando con la gente de aquí”, aseguró. Eso sí, la clave de los resultados está en la utilización del suficiente número de trampas, ya que de otra forma la mejoría no es concluyente.

La experta aconseja realizar un estudio de la parcela y de los daños puesto que en las fincas donde la presencia del escarabajo no sea masiva tal vez no resulte rentable aplicar las trampas.

Aunque la reducción en los daños de la parcela son importantes, para que sirva como control de la plaga su uso debe extenderse y combinarse con otros sistemas, como los nematodos entomopatógenos, que son unos gusanos microscópicos que se alimentan de insectos –en este caso de escarabajos de la trufa– y sobre los que también científicos trabajando.

Además, como apuntó María Martín en la charla, el uso de cualquier sistema anti plagas debe reforzarse con un óptimo manejo de la plantación, que incluye la recolección total de las trufas del campo. “Esa práctica de dejar la trufa para que sirva de inóculo es totalmente desaconsejada, hay que retirar completamente el hongo para evitar que el leiodes tenga alimento y en ello juega un papel fundamental el perro”, dijo. También aconsejó comenzar a rastrear la parcela con el perro ya desde comienzos de octubre para extraer esas piezas que, de otra forma, sirven de alimento al leiodes.

Nematodos entomopatógenos

El investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) Fernando García del Pino fue el encargado de cerrar la jornada de ayer con una charla en la que habló de la utilización de nematodos entomopatógenos para el control del leiodes. En su conferencia explicó el uso de los gusanos como herramienta útil y les habló de que el éxito exige determinados condicionantes, como la selección de especies adecuadas para cada uno de los estadillos del Leiodes cinnamomeus.

La investigación desarrollada por la Universidad Autónoma de Barcelona se inició a través de un acuerdo con Atruter, y se ha prolongado a través de un proyecto denominado ColeopTe y financiado con fondos Fite. La investigación, coordinada por Sergio Sánchez, del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (Cita), cuenta con la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

García del Pino señaló que ya están publicados los resultados del trabajo de laboratorio y este año han estado investigando en lo que ellos denominan semi-campo, que son pequeñas parcelas controladas. Sin embargo, destacó que los datos obtenidos en los últimos meses no son demasiado concluyentes debido a que ha sido una campaña de escasez de trufa. El objetivo es lograr una mayor financiación para continuar el proyecto después del año que viene lanzándolo ya a una escala más amplia.