El fiscal pide 3 años para un hombre por apropiación indebida del dinero de su padre

El fiscal pidió este martes una pena de 3 años de prisión para un hombre acusado de un delito de apropiación indebida, al sacar de la cuenta bancaria de su padre, un anciano nonagenario ya fallecido, todo el dinero que tenía y dejarlo sin fondos para hacer frente al pago de la residencia para personas mayores en la que estaba. El caso quedó visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Teruel y la defensa pidió la libre absolución puesto que la víctima, ya fallecida, no quería ir contra su hijo después de enterarse que era él quien sacaba el dinero y solo pidió que se lo devolviese.

La falta de prueba suficiente, unido al hecho de que el acusado es el hijo de la víctima y de que la residencia no habría reclamado la deuda de 15.000 euros supuestamente contraída, fueron los argumentos esgrimidos por la letrada de la defensa para pedir la libre absolución.

Los hechos se remontarían al año 2022, aunque la prueba aportada por el ministerio fiscal de que el hijo sacaba dinero de la cuenta de su padre sin decírselo es únicamente de enero del año pasado, por la extracción de 2.000 euros en tres días distintos en un cajero automático, dos veces cada día. El acusado dijo que sacaba ese dinero para pagar impuestos de las propiedades que tenía el padre, si bien la directora de la residencia donde estaba el anciano aseguró que el hijo nunca se preocupó por su padre.

El fiscal pidió para el hijo una pena de 3 años de prisión por un delito de apropiación indebida, además de la responsabilidad civil que pudiera establecerse en la ejecución de sentencia, y una multa de 2.700 euros. El ministerio público argumentó que el acusado se apropió indebidamente del dinero de su padre y que lo dejó en una situación económica precaria y desvalido, de no ser porque la residencia donde estaba se apiadó de él y siguió dándole cobijo.

A lo largo de la vista se vio cómo el hijo ahora acusado se hizo cargo de su padre en el año 2014, debido a su deterioro estado de salud y a que casi no veía, y que posteriormente lo ingresó en una residencia de ancianos privada en un pueblo del Bajo Aragón histórico.

De acuerco con la acusación de la Fiscalía, fue estando el padre en la residencia cuando el hijo empezó a sacar dinero de la cuenta del anciano, lo que provocó que no hubiera dinero para pagar el coste mensual de la misma y se devolviesen los recibos.

La abogada de la defensa aseguró que no se ha reclamado nada a los herederos ni se ha aportado prueba por parte de la residencia de que no se hubiese pagado la misma, ni que se hubiese requerido su abono por burofax. El hijo dijo que sí se pagaba y que incluso cuando no le llegaba al padre, aportaba la diferencia.

La directora de la residencia cuando se produjeron los hechos declaró que fue el anciano, cuando le dijeron que alguien estaba retirando el dinero de su cuenta, el que pidió poner una denuncia y la Guardia Civil se personó allí para tomarla e investigar. Al averiguar que el hijo había sacado dinero en seis ocasiones en enero del año pasado, el anciano dijo que no quería ir contra su hijo y pidió solo que le devolviese el dinero.

En otoño pasado el hijo se llevó al padre a su casa para cuidarlo él, y falleció en enero de este año. La directora de la residencia dijo que el hombre padecía disfagia y tenía dificultad para tragar los alimentos, por lo que le daban la comida triturada. El hijo manifestó que no había robado ni a su padre ni a la residencia, y que esta no cuidaba bien al anciano.

A lo largo de la prueba testifical, los guardias civiles que tomaron la denuncia dijeron que no habían advertido problemas de incapacidad en el anciano, y la directora de la residencia manifestó que el hijo era un “encantador de serpientes” y que cuando acogieron al padre este estaba “abandonado”. Otro hijo se desentendió de todo.