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Del origen de Endesa a la descarbonizadora Ciuden: las ocho décadas de Compostilla I Del origen de Endesa a la descarbonizadora Ciuden: las ocho décadas de Compostilla I
Un bosque de helechos y otras especies ocupa el lugar de la sala de calderas de La Térmica Cultural. M. N.

Del origen de Endesa a la descarbonizadora Ciuden: las ocho décadas de Compostilla I

La Térmica Cultural se acomoda en una de las primeras plantas de antracita que desarrolló el país
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Con el objetivo de resolver los graves problemas de restricción eléctrica que sufría la España de la posguerra en la década de 1940, el Instituto Nacional de Industria (INI) incrementó la generación con un plan que incluyó una importante central térmica en Ponferrada (León), la cual quemaba menudos de antracita de las cuencas del Bierzo y Laciana. Para construirla, el 18 de noviembre de 1944 quedó constituida una sociedad llamada Empresa Nacional de Electricidad SA (Endesa), compañía que hoy es una multinacional y este año cumple 80 años de historia con el orgullo de haber preservado aquella planta de combustión de carbón. Dotada con 50 megavatios (MW) de potencia instalada, conectó a red desde 1949 hasta su cierre definitivo en 1975. Tras décadas de abandono, el edificio de mandos alberga desde 2011 la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), una entidad dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) que en 2023 convirtió este referente del patrimonio industrial en La Térmica Cultural, un espacio para la cultura y el ocio vinculado a la identidad minera y energética de todo el país. Desde allí se potencian hoy 15 Convenios de Transición Justa y los Centros de Innovación Territoriales (CIT) que reactivan provincias en reconversión y despobladas como es el caso de Teruel.

El primer grupo de la central térmica de Andorra se conectó el 16 de mayo de 1979, mientras que el segundo entró en funcionamiento el 12 de enero de 1980 y el tercero el 23 de junio del mismo año. La planta fue desarrollada por Endesa desde 1974 al objeto de llevar a cabo un uso extensivo de los lignitos negros procedentes de explotaciones situadas en la cuenca minera turolense, mezclados con carbones de importación. El país estaba en plena expansión industrial y era preciso aumentar la capacidad termoeléctrica ante la intermitencia de la energía hidroeléctrica predominante. 

Tres décadas antes, la eléctrica ya proyectaba la construcción de Compostilla, cuyo primer grupo, de 25 MW, fue puesto en marcha el 28 de julio de 1949. La generación de electricidad erigió a Ponferrada como punto estratégico desde el cual se desplegó una red de abastecimiento hacia todos los puntos cardinales del país. Iberduero, Hidrola, Renfe o la Unión Eléctrica Madrileña fueron algunas de las empresas encargadas de distribuir la electricidad producida en El Bierzo.

Estos fueron los primeros pasos de Endesa, que cumple 80 años en 2024 con una firme apuesta por las energías renovables para ser una empresa totalmente descarbonizada en 2040. Así lo demuestran proyectos como el Nudo Mudéjar en Andorra y su entorno para la instalación de 1.844 MW eólicos y fotovoltaicos que sumará a Sedeis V (47 MW solares puestos ya en conexión) y Mudéjar (66 MW de paneles en desarrollo) en el perímetro de la central a carbón ya desmantelada.

Patrimonio preservado

En territorios con menos disponibilidad de recurso eólico y solar, como es el caso del Bierzo, la eléctrica sí ha querido mantener en pie, con financiación del Miteco, tanto Compostilla I reconvertida en La Térmica Cultural como su cercana hermana mayor, la antigua central de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP, 6 MW) y hoy conocida como La Fábrica de la Luz. Museo de la Energía, que incluye un restaurante con encanto.

Ambas se abastecían del carbón extraído de las cuencas mineras del Bierzo y Laciana y hoy se mantienen en pie como un claro exponente cultural y turístico que evoca el pasado mineroeléctrico que dio prosperidad a España, fomentando a su vez proyectos en común con otros territorios con idéntica idiosincrasia.

Para incrementar la potencia instalada en su parque de generación termoeléctrica, Endesa puso en marcha en 1961 Compostilla II, en la cercana localidad de Cubillos del Sil, por lo que Compostilla I fue languideciendo hasta su final en 1975. Cuatro décadas después, Ciuden encontró allí su sede y en 2023 se inauguró La Térmica Cultural, un espacio vivo y abierto que acoge congresos y todo tipo de eventos. La gran mole blanca, tras cesar su actividad industrial, renace ahora como centro multiusos dedicado a las artes, el conocimiento y la capacitación profesional.
 

Yasodhara López es la directora de La Térmica Cultural. M. N. 


En palabras de su directora, Yasodhara López, el espacio se asemeja al estilo del Matadero Madrid. “Aquel edificio cuadradito, durante muchos años fueron las oficinas centrales de Endesa en toda España”, señaló a un grupo de periodistas y creadores de contenido digital que participaron la semana pasada en el grupo Noroeste de los #endesachallenges, un viaje para conocer proyectos de restauración minera; centrales de ciclo combinado y eólicas, y los desmantelamientos de instalaciones de generación térmica de la multinacional en A Coruña, Lugo y León.

“Ese edificio realmente produjo electricidad durante poco tiempo. En los años 70 se quedó muy corto de capacidad porque la demanda energética empezó a ser muy grande, y se construyó Compostilla II”, indicó López, una central que llegó a tener cinco grupos y 1.300 MW instalados, y que actualmente está en desmantelamiento.

Creada y gestionada por Ciuden, a través del Instituto para la Transición Justa (ITJ), La Térmica Cultural es hoy el punto de partida para potenciar el desarrollo de las zonas en reconversión mineroindustrial del país.

Reto demográfico y CTJ

Ciuden actúa como palanca para la implementación de proyectos piloto que dan consecución a los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Desarrolla tecnologías de almacenamiento de energía e hidrógeno renovable e impulsa el desarrollo e innovación en zonas de Transición Justa, como agente tecnológico y socioeconómico de estas áreas.

Otro de sus ejes principales es convertir el patrimonio industrial en un valor único y diferencial del territorio, una herramienta para la revitalización de la actividad económica y social de las comarcas donde la minería del carbón ya acabó.

Además de gestionar las instalaciones culturales referidas en Ponferrada, Ciuden es el nodo principal de la Red de Centros de Innovación Territorial (CIT), una iniciativa del Miteco que busca dinamizar las áreas rurales y enfrentar el reto demográfico. Los CIT están llamados a convertirse en motores para el desarrollo local y la colaboración entre actores públicos y privados. Sus objetivos son generar conocimiento e inteligencia para la transformación territorial.

Recientemente el CIT de Teruel, en colaboración con la Diputación Provincial, ha dado los primeros pasos para crear una red de turismo minero del carbón en colaboración con todos los territorios carboneros del país, para potenciar una marca nacional –participan también la Diputación de Córdoba, la Diputación de León, el Ayuntamiento de As Pontes (Galicia) y Hunosa (Asturias)– en torno al patrimonio industrial minero. La iniciativa cuenta con una subvención de 682.500 euros de fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Está prevista una web con información sobre los territorios, recursos y atractivos, así como un apartado para la comercialización de las experiencias turísticas creadas.

Desde Ponferrada se colabora con el CIT de Teruel proporcionando soporte técnico y formativo. Los días 5 y 6 de noviembre se celebró el IV encuentro anual de la red CIT en Albarracín. Además, el 15 de octubre hubo en Escucha un taller de formación de gestión de patrimonio minero a cargo de la gestora experta en patrimonio industrial minero Esther Aparicio. También participó la directora del área de museos y cultura de la Ciuden, Concepción Fernández, y la agente del territorio en Convenio de Transición Justa y Fundación Ciuden, Elisabeth López.

Por otra parte, Ciuden apoya y proporciona los medios para el soporte y seguimiento de los Convenios de Transición Justa (CTJ). Se han desarrollado 15 de ellos en 197 municipios de ocho Comunidades Autónomas, abarcando una población de 1,2 millones de personas. El 80% de los municipios tienen una población inferior a 5.000 habitantes, lo cual pone de manifiesto el marcado ámbito rural de los mismos.

El convenio de Aragón está integrado por Alacón, Albalate, Alcorisa, Alloza, Andorra, Ariño, Azaila, Berge, Calanda, Cañizar del Olivar, Castel de Cabra, Castellote, Castelnou, Crivillén, Escucha, Ejulve, Estercuel, Foz-Calanda, Gargallo, Híjar, Jatiel, La Mata de los Olmos, La Puebla de Híjar, Los Olmos, Molinos, Montalbán, Oliete, Palomar de Arroyos, Samper de Calanda, Seno, Urrea de Gaén, Utrillas, Vinaceite y Escatrón (Zaragoza).

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