Imagen de la última caldera que queda en pie, junto al edificio de oficinas de la antigua central térmica. Endesa
Endesa hará la última voladura en la térmica el viernes con el desmontaje al 94 por ciento
La eléctrica quema etapas del desmantelamiento hacia el desarrollo renovable
Endesa volará la tercera y última caldera de la central térmica de Andorra este viernes, 19 de enero. Se trata de la última estructura esbelta del complejo, por lo que desaparecerá cualquier vestigio de actividad termoeléctrica en el horizonte.
La empresa energética prosigue con el desmantelamiento de las instalaciones con las que hasta el 30 de junio de 2020 produjo energía eléctrica con carbón. Las actuaciones llegan al 94 por ciento y alcanzarán un nuevo hito el viernes a las 15:00 horas, con la voladura controlada de la caldera del grupo 1, la última que queda en pie junto a las oficinas.
Esta estructura metálica, de 70 metros de altura y una superficie en la base de 780 metros cuadrados, ya ha sido vaciada en su interior y se demolerá mediante voladura controlada.
Los especialistas de la compañía han optado por este método inusual de desmontaje de estructuras metálicas con el fin de eliminar los riesgos derivados de la realización de trabajos en altura.
En los dos precedentes se utilizaron unos 650 kilos de dinamita activada a través de 300 detonadores electrónicos.
La voladura de una caldera de estas características desencadena 10.000 toneladas de residuos metálicos valorizables que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental.
Los trabajos de desmantelamiento arrancaron en febrero de 2021 con una inversión de 60 millones de euros a ejecutar en 48 meses. El parque de carbones, la torre de calizas, la desulfuración, los molinos, las torres de refrigeración, la chimenea y dos de las tres calderas ya son historia.
Según el último informe de actualización del Convenio de Transición Justa de Aragón, el desmantelamiento ha ocupado a unas 300 personas. El 95,4% de los 87 inscritos en la bolsa de empleo que habilitó el Miteco recibieron una oferta de trabajo para la demolición.
Como acompañamiento, Endesa ha promovido cursos de formación en prevención de riesgos laborales en trabajos de desmantelamiento y operación en instalaciones industriales, de los que se han beneficiado 170 personas.
“El equipo humano que se está ocupando de los trabajos procede en su mayoría de antiguas empresas contratistas o residentes en la Comarca Andorra-Sierra de Arcos y limítrofes, ya que Endesa, dentro de su compromiso con la sostenibilidad, dio prioridad en el concurso de adjudicación de la obra a las ofertas que incluyesen el mayor número de trabajadores locales”, asegura la eléctrica en una nota.
Por otra parte, “la planificación exhaustiva y coordinación de todos los aspectos de seguridad y salud y medioambiente está teniendo carácter prioritario”, indica Endesa. Los trabajos siguen un minucioso proyecto y procedimientos con el objetivo de evitar accidentes laborales.
Desde el punto de vista medioambiental se ha aplicado un sistema de demolición selectiva para segregar y caracterizar cada una de las 260.000 toneladas que conforman el volumen total. Para reducir en todo lo posible las afecciones al entorno se ha implantado un plan de vigilancia ambiental con especial atención a las emisiones y vertidos durante la ejecución de los trabajos. El objetivo es revalorizar el 90% de la totalidad de los residuos.
Endesa no mira atrás y sigue desarrollando su plan de futuro en la zona, con el que pretende reavivar tejido industrial y empleo con una inversión de 1.700 millones de euros y la construcción de 1.843,6 megavatios (MW) de potencia renovable, algo que generará 6.300 empleos totales en la etapa constructiva y 370 empleos directos ligados al proyecto ‘verde’ en forma de 14 parques solares y eólicos en la zona de influencia del Convenio de Transición Justa. En total, serán 500 puestos de trabajo si se tienen en cuenta los de los proyectos de acompañamiento.
Además, este año Endesa ha completado la construcción de la primera planta fotovoltaica en antiguos terrenos de la térmica (Sedeis V, con 47 MW), y ha comenzado el acopio para la construcción de la segunda planta fotovoltaica (Mudéjar, 66 MW), ambos fuera del Nudo.
La empresa energética prosigue con el desmantelamiento de las instalaciones con las que hasta el 30 de junio de 2020 produjo energía eléctrica con carbón. Las actuaciones llegan al 94 por ciento y alcanzarán un nuevo hito el viernes a las 15:00 horas, con la voladura controlada de la caldera del grupo 1, la última que queda en pie junto a las oficinas.
Esta estructura metálica, de 70 metros de altura y una superficie en la base de 780 metros cuadrados, ya ha sido vaciada en su interior y se demolerá mediante voladura controlada.
Los especialistas de la compañía han optado por este método inusual de desmontaje de estructuras metálicas con el fin de eliminar los riesgos derivados de la realización de trabajos en altura.
En los dos precedentes se utilizaron unos 650 kilos de dinamita activada a través de 300 detonadores electrónicos.
La voladura de una caldera de estas características desencadena 10.000 toneladas de residuos metálicos valorizables que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental.
Los trabajos de desmantelamiento arrancaron en febrero de 2021 con una inversión de 60 millones de euros a ejecutar en 48 meses. El parque de carbones, la torre de calizas, la desulfuración, los molinos, las torres de refrigeración, la chimenea y dos de las tres calderas ya son historia.
Según el último informe de actualización del Convenio de Transición Justa de Aragón, el desmantelamiento ha ocupado a unas 300 personas. El 95,4% de los 87 inscritos en la bolsa de empleo que habilitó el Miteco recibieron una oferta de trabajo para la demolición.
Como acompañamiento, Endesa ha promovido cursos de formación en prevención de riesgos laborales en trabajos de desmantelamiento y operación en instalaciones industriales, de los que se han beneficiado 170 personas.
“El equipo humano que se está ocupando de los trabajos procede en su mayoría de antiguas empresas contratistas o residentes en la Comarca Andorra-Sierra de Arcos y limítrofes, ya que Endesa, dentro de su compromiso con la sostenibilidad, dio prioridad en el concurso de adjudicación de la obra a las ofertas que incluyesen el mayor número de trabajadores locales”, asegura la eléctrica en una nota.
Por otra parte, “la planificación exhaustiva y coordinación de todos los aspectos de seguridad y salud y medioambiente está teniendo carácter prioritario”, indica Endesa. Los trabajos siguen un minucioso proyecto y procedimientos con el objetivo de evitar accidentes laborales.
Recuperación de materiales
Desde el punto de vista medioambiental se ha aplicado un sistema de demolición selectiva para segregar y caracterizar cada una de las 260.000 toneladas que conforman el volumen total. Para reducir en todo lo posible las afecciones al entorno se ha implantado un plan de vigilancia ambiental con especial atención a las emisiones y vertidos durante la ejecución de los trabajos. El objetivo es revalorizar el 90% de la totalidad de los residuos.
Endesa no mira atrás y sigue desarrollando su plan de futuro en la zona, con el que pretende reavivar tejido industrial y empleo con una inversión de 1.700 millones de euros y la construcción de 1.843,6 megavatios (MW) de potencia renovable, algo que generará 6.300 empleos totales en la etapa constructiva y 370 empleos directos ligados al proyecto ‘verde’ en forma de 14 parques solares y eólicos en la zona de influencia del Convenio de Transición Justa. En total, serán 500 puestos de trabajo si se tienen en cuenta los de los proyectos de acompañamiento.
Además, este año Endesa ha completado la construcción de la primera planta fotovoltaica en antiguos terrenos de la térmica (Sedeis V, con 47 MW), y ha comenzado el acopio para la construcción de la segunda planta fotovoltaica (Mudéjar, 66 MW), ambos fuera del Nudo.
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