Ramón White, director del Nudo de Transición Justa Mudéjar de Endesa: “El compromiso inquebrantable con la sostenibilidad diferencia nuestro proyecto”
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El director del Nudo de Transición Justa Mudéjar de Endesa, Ramón White, destaca que lo que diferencia al proyecto y lo que le valió la adjudicación del concurso del Miteco es el profundo conocimiento técnico y ambiental interdisciplinar, junto con el compromiso de la compañía con la sostenibilidad ambiental, económica y social.
-¿Qué papel juegan los aspectos ambientales en su proyecto para el Nudo Mudéjar?
-La sostenibilidad y la responsabilidad ambiental son factores determinantes para el éxito de cualquier proyecto energético, más aún cuando, como es el caso del proyecto de Transición Justa de Endesa en Andorra, es el primero de esta naturaleza que se desarrolla en España y una referencia a nivel internacional como lo atestigua el reconocimiento otorgado por la COP 28. No basta con cumplir con los requisitos mínimos legales, sino que se requiere un enfoque proactivo, que vaya más allá y anteponga la protección del entorno y de los ecosistemas. Esto es precisamente lo que diferencia a nuestro proyecto: el desarrollo de un profundo conocimiento técnico y ambiental junto con un compromiso inquebrantable con la sostenibilidad.
-¿Cómo ha alcanzado Endesa ese conocimiento técnico y ambiental de la zona?
-El planteamiento realizado para el desarrollo del proyecto ambiental de Transición Justa de Endesa en Andorra se basa en un análisis exhaustivo y multidisciplinar del entorno, que ha permitido tomar decisiones fundamentadas e implementar propuestas innovadoras que van más allá de lo convencional. Cada paso que hemos dado está respaldado por un riguroso proceso de investigación realizado por expertos en la materia. A lo largo de dos años, hemos llevado a cabo estudios de avifauna en más de 120.000 hectáreas en la zona de transición justa. Especialmente exhaustivo ha sido el seguimiento de la alondra ricotí que hemos monitorizado con censos específicos hasta el punto de descubrir una nueva población no identificada hasta la fecha. Este seguimiento no solo ha proporcionado datos detallados sobre el comportamiento de las diferentes especies de aves presentes en el territorio, sino que también ha permitido anticipar posibles impactos, rediseñar alguno de los proyectos y proponer medidas ambientales al efecto.
-¿Qué medios destacaría entre los empleados para realizar el estudio ambiental?
-El compromiso de Endesa con este proyecto, y nuestra intención de hacer del Nudo de Transición Justa algo único, nos ha llevado a trabajar de la mano de expertos y profesionales de referencia para llevar a cabo estudios especializados que van más allá de los habituales en proyectos renovables. Hemos colaborado con entidades como la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid, para realizar estudios específicos sobre las poblaciones de reptiles y anfibios. También hemos analizado las poblaciones de quirópteros, incluyendo muestreos en altura para evaluar el impacto de nuestras infraestructuras sobre los murciélagos. Han sido fundamentales para diseñar medidas que minimicen las molestias a estas especies, esenciales para el equilibrio del ecosistema. Además, hemos identificado los Lugares de Interés Geológico (LIG) próximos al área de actuación. Asimismo, se ha llevado a cabo una evaluación del impacto de la contaminación lumínica que ha permitido desarrollar soluciones para reducir al mínimo los efectos de la iluminación nocturna, protegiendo así los ciclos naturales de la fauna local y de las localidades cercanas a las diferentes ubicaciones del proyecto. Y hemos hecho estudios detallados sobre la afección del parpadeo de sombras y su impacto en las poblaciones cercanas a nuestro proyecto. Con SEO BirdLife, hemos desarrollado una batería de medidas muy notables para la mejora del hábitat estepario, el más representativo de la zona de Transición Justa, que contribuyen a su restauración y protección.
-¿Cómo ha evaluado Endesa la huella de carbono del proyecto?
-El estudio de la huella de carbono y el ciclo de vida de nuestras actividades es una de las facetas del proyecto en la que hemos hecho mayor hincapié. Para ello, hemos trabajado con la Fundación para la Investigación del Clima (FIC) para evaluar no sólo el impacto presente, sino también la evolución futura de las condiciones climáticas, lo que nos permite adoptar un enfoque a largo plazo en la planificación de nuestro proyecto.
-¿Y desde el punto de vista arqueológico?
-Hemos llevado a cabo una extensa prospección arqueológica y paleontológica en una superficie de 16.500 hectáreas con bandas de prospección superiores a las habitualmente utilizadas. Nuestro compromiso con la protección del patrimonio histórico ha llevado a identificar y preservar áreas de especial interés, garantizando que nuestras actividades no interfieran con los recursos.