En busca del camino hacia el gol

El primer problema que se le está presentando al CD Teruel en este arranque de temporada en su vuelta a Segunda Federación tiene que ver con la portería contraria. El único goleador del equipo es un futbolista que lleva ya dos encuentros sin comparecer, desafortunadamente lesionado de nuevo de muy larga duración y ya fuera del club, Pelayo Morilla, único anotador en la primera jornada de Segunda RFEF ante el Alavés B en Pinilla. No ha habido más goleadores que el asturiano; con dos dianas, el Teruel completa su arranque menos realizador en sus tres temporadas presente en esta categoría.

En concreto, el equipo mudéjar lleva dos goles a favor en tres jornadas. Al de Pelayo en el inicio le siguió un gol en propia puerta de la SD Logroñés en la segunda jornada en Las Gaunas. Este domingo, de nuevo en Pinilla, empate a cero inicial para confirmar que la suerte suprema del fútbol le está resultando esquiva al equipo de Unai Mendia, que domina bien el oficio del manejo de los encuentros, vive cómodo organizado atrás y en el centro del campo, y no elude la búsqueda del área rival desde presupuestos futbolísticos aseados y sensatos.

A medias en tres cuartos

Pero cuando la pelota llega a las posiciones en las que se cocina el gol, al once turolense se le corta la salsa. Por eso deja sensación de rondar el peligro, pero no termina de armarlo. Y se refleja esto en su estadística goleadora, que es la más baja en las tres primeras jornadas de sus tres temporadas en Segunda Federación. Cuatro goles anotó en esos tres partidos iniciales en la temporada 22-23, la que le dio acceso a Primera RFEF. Y cinco dianas anotó en las tres primeras fechas de la campaña anterior, la 21-22, su debut en esta categoría. También anotó más goles, cuatro, en las tres primeras jornadas de la 20-21, en Tercera División.

El único precedente en el que sus números realizadores fueron peores se registró la pasada temporada, en Primera Federación. Sólo anotó un gol en los tres primeros partidos ligueros, confirmando un arranque también deficiente en el aspecto ofensivo que terminaría lastrando al Teruel en el resto de la temporada para acabar dando con sus huesos una división por debajo. Es una consecuencia directa de la reconversión completa sufrida por la plantilla rojilla en este largo verano de mercado; a Unai le ha dado tiempo a construir una estructura colectiva que se abriga bien y es capaz de comportarse como un bloque organizado que compite contra cualquier rival, pero todavía tiene pendientes los registros necesarios para crecer en ataque y hacer a los rivales el daño suficiente para anotar.

La baja de Pelayo

Todo esto, además, acentuado por la sensación de que con Pelayo Morilla se va lesionado un jugador que podría haber sido diferencial en la categoría por velocidad, desborde, lectura de los espacios y definición. Su gol ante el Alavés B, consecuencia directa de media hora de fútbol en la que percutió de manera constante por su banda, ejemplificó precisamente los valores ofensivos que se están echando de menos en este principio de temporada en el que se le han opuesto al Teruel tres rivales poderosos, de los que están llamados a estar arriba. Las siguientes citas, empezando por la de este sábado en el País Vasco, definirán si el cuadro de Mendia tiene mimbres suficientes para darle al interruptor del gol o deberá vivir con botines cortos.