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Andorra y Calamocha se reparten juego, goles y puntos en un derbi de alto voltaje (1-1)
Se adelantaron los del Jiloca tras el descanso, pero igualó el once local a media hora del finalReparto de puntos en el Juan Antonio Endeiza en el derbi turolense de la jornada número 24 de Tercera División, otro enfrentamiento a cara de perro, de alto voltaje, en el que se plasma de manera clara toda la igualdad y toda la competitividad que guarda ya el fútbol aragonés en su máxima categoría. El Andorra puso más ayer por obtener la victoria porque llevó siempre la iniciativa del juego y, sobre todo en la segunda parte, dispuso de alguna clara ocasión de gol.
Sin embargo, el Calamocha sumó un punto en un campo difícil gracias a un gran oficio defensivo y un ejercicio de compromiso colectivo que permite a los del Jiloca seguir vivos a pesar de las bajas. Así que con este empate los de Carlos Gil dan un ligero paso atrás en su objetivo por entrar en los puestos de playoff de ascenso y se consolidan como el rey del empate del Grupo 17 de Tercera RFEF. Suman doce en 24 partidos y han empatado seis de sus últimos siete partidos. De hecho, con este ritmo de puntuación les será imposible acceder a la zona noble de la clasificación. Los príncipes de las tablas, por cierto, son los del Calamocha, que llevan ya once, cuatro en los últimos cinco duelos.
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La primera parte fue de dominio del Andorra pero se topó ante el muro que dispuso el Calamocha. Salieron bien plantados sobre el césped de Endeiza los locales y con las mejores intenciones, que son las habituales ante su afición. Es decir, tocar con paciencia ante un rival replegado y llevar el balón a las bandas para poder sacar centros peligrosos. La teoría estaba muy bien pero los blancos se quedaban a medio camino porque, combinar y tocar en el centro del campo sí lo hacían, penetrar por las bandas ya no tanto y lograr que Moha o Pesca recibieran algún balón peligroso era ya un imposible.
Estéril dominio local
Por lo tanto, el dominio del Andorra era estéril porque el Calamocha le cedía la iniciativa pero no dejaba prácticamente huecos por donde los locales pudieran penetrar. Al menos, el Andorra neutralizaba las pocas intentonas de los visitantes de salir a la contra. Los minutos pasaban y el dominio de los de Carlos Gil era poco útil porque no se traducía en ocasiones claras de gol. Le faltaba un puntito de velocidad e intensidad al juego de los andorranos lo que facilitaba la labor defensiva de un Calamocha que, con el transcurrir de la primera parte, se crecían en defensa y mostraban una gran actitud y concentración.
Y es que los visitantes son un conjunto veterano que juega con las ideas muy claras, bloque bajo, no dejar ningún hueco al rival y buscar las contras para hacer daño al rival. En la primera parte el Andorra cayó en su juego por lo que su dominio fue improductivo. Y los minutos fueron pasando sin que los locales pudieran profundizar por las bandas o encontrar algún pase al hueco que dejara a sus delanteros con ventaja ante el guardameta Unai.
Finalizó la primera parte con cero a cero y con un juego muy plano por parte de los dos equipos. Le tocaba al Andorra imprimir mayor intensidad de cara a la segunda parte porque si no lo hacía sería imposible romper el entramado defensivo de un Calamocha que se sintió cómodo en los primeros 45 minutos. Con el resultado inicial, las espadas quedaban en todo lo alto para el segundo acto del duelo.
Fútbol total tras el descanso
Tras el paso por vestuarios el partido tuvo un guión diferente. El Andorra, concienciado de que no había otro camino, saltó al césped del Juan Antonio Endeiza con más intensidad. Le puso una marcha más al partido y empezó a jugar en las inmediaciones del área rival. Y, a cambio, desperezó el contragolpe visitante; salen rápido y con malicia los de Lagunas. Sólo habían transcurrido cinco minutos de la reanudación cuando el Calamocha cazó a los mineros en una acción aislada y Miguel Enseñat batió a Javito con una gran vaselina.
El míster local movió el banquillo para dar más mordiente a su equipo y los blancos mejoraron claramente sus prestaciones, que ya parecían mejores que en la primera parte desde el primer minuto de la segunda. En ese momento sí, los blancos asediaron la portería de Unai y el premio a esta insistencia llegó en el minuto 64 cuando Alberto Gracia batió el portero rival con un buen disparo cruzado desde fuera del área. A partir del gol llegaron los mejores minutos de un Andorra que encerró a un Calamocha que se defendía con sus once jugadores en su campo. En el marco de este dominio el Andorra reclamó un posible penalti y Pesca disparó alto en lo que fue una grandísima ocasión de gol.
Expulsión al final
Y cuando más empujaban y presionaban los locales llegó una acción que frenó este ímpetu, la roja a Kemo Cissé. El jugador local y el visitante Jorge Rey ya se habían enzarzado en un saque de esquina anterior e iban picados. Prolongaron sus discrepancias en una jugada embarullada pero Kemo fue mucho más inocente y le dio un manotazo a Jorge Rey. A pesar de que fueron los dos jugadores los que se intercambiaron impresiones, la acción de Kemo fue muy visible por lo que no estuvo en el campo ni diez minutos; había ingresado en el campo en el minuto 77 y fue expulsado en el 84, al poco del final.
El jugar con inferioridad numérica frenó el empuje del Andorra que ya no se lanzó al ataque como en los minutos anteriores y replegó líneas para no perder el punto que suponía el empate a uno. El Calamocha tampoco se lanzó a al desesperada a buscar el segundo gol al tener un jugador más en el campo por lo que al final los dos equipos dieron por bueno el reparto de puntos. Y terminaron el encuentro exhaustos por un esfuerzo que no les sirvió a ninguno para sumar de tres, pero que les sostiene en camino de sus aspiraciones. A los mineros, cada semana que vaya pasando lejos de las urgencias les sabe a gloria, aunque el play-off se aleje. A los del Jiloca, seguir adelante y sumando con las bajas que los asolan les dejará buen sabor de boca a final de año.
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