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Dormir es vivir Dormir es vivir
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Dormir es vivir

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Fabiola Hernández
Cuatro millones de personas padecen un trastorno crónico del sueño en España. Lo dice la sociedad española de neurología. Eso aumenta la posibilidad de padecer diabetes, obesidad, infecciones y a la larga, la probabilidad de sufrir una muerte prematura. Dormir bien es casi vivir bien. Solo casi, diría yo. Deberíamos pensar cuidadosamente, entonces, qué nos quita el sueño.

En La Rioja acaban de aprobar la primera ley de salud mental de España. Se obligan a tener 18 psicólogos, 18 psiquiatras y 23 enfermeras especializadas por cada 100.000 habitantes, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud.

Sinceramente, alabo la iniciativa; eso suponiendo que el gobierno cumpla su propia legislación. Me pregunto qué les dirían esos especialistas a los riojanos que acudieran estos días a su consulta con graves problemas de insomnio.

Al mismo tiempo que se aprueba esta ley, el Banco Central Europeo se piensa hasta el último momento, por primera vez desde julio del año pasado, si seguir subiendo salvajemente los tipos de interés.

Como bien saben, no ha sido por el sufrimiento de millones de personas que han visto desplomarse su poder adquisitivo (en España se sitúa ya a niveles de 1996) por el feroz aumento de sus hipotecas y por las ineficaces fórmulas de los organismos reguladores para bajar la inflación, sino porque un par de bancos americanos y, sobre todo uno suizo, han estado a punto de quebrar.

Tranquilos, de momento, eso no va a pasar. No pierdan el sueño. El Banco Central Suizo ha salido al rescate de su hijo díscolo con 53.000 millones de euros; perdón, que ahora se dice inyección de liquidez.

Y digo díscolo, porque además de sus bien conocidos problemas de gestión y sus abultadísimas pérdidas de los últimos años, este banco ha guardado en su caja fuerte hasta 100.000 millones de euros procedentes de dictadores corruptos, narcotraficantes y criminales de toda índole. Les cuento todo esto porque igual, si no han dormido bien esta semana, ha sido por la rabia.  

 

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