Síguenos
Bien vale  un verano Bien vale  un verano

Bien vale un verano

banner click 236 banner 236
Fabiola Hernández

Primer lunes de septiembre, espero que hayan descansado, pero lo dudo. Los despertadores anuncian tiempos convulsos (créanme, llevo oyéndolos casi todo el verano) así que prepárense para aterrizar en un otoño caliente. ¿Recuerdan cuando esa expresión significaba algo?

Cuando realmente el solsticio de verano parecía ralentizar el ritmo con el que se fraguaban la actualidad y la realidad, que no son necesariamente lo mismo. Entonces, los informativos estaban llenos de recomendaciones para prevenir los melanomas y evitar la salmonelosis, Ferraz y Génova cerraban por vacaciones y el interés informativo se desviaba a Oropesa o a Lanzarote, según el año.

Casi aburridos y algo saturados de sol y playa, agradecíamos que los sindicatos enarbolaran la bandera de la indignación y nos sacaran de letargo estival con sus tradicionales llamadas a la rebelión callejera contenida. ¿Se acuerdan? Se dice que las personas solo valoramos lo que tenemos cuando lo perdemos.

Por eso yo me pregunto ahora qué fue de aquellos informativos llenos de propuestas de ocio y remedios contra las picaduras, de los programas que seguían a las tonadilleras por sus giras españolas y de los ciclos de cine casi clásico con los que constatábamos que nuestro mundo podía detenerse y el planeta seguiría girando.

En la recta final de aquel sopor veraniego había quienes hasta celebraban eso de volver a la normalidad, a la rutina, al trabajo. Eso también lo hemos perdido.

Este verano, hasta la democracia se ha rebelado contra el sacrosanto descanso canicular. Las estrellas mediáticas ni siquiera han podido tomarse sus tradicionales dos meses de vacaciones (imagínense los curritos) porque en el continuo elecciones-formación de gobiernos en que España lleva años inmersa, no hay lugar para el descanso.Dados de sí como están los informativos y los programas, menos mal que llegó Rubiales para llenarlos todos. Acabar con su sucio y zafio machismo, como el de tantos, bien valen este y todos los veranos.

El redactor recomienda