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Las pinturas del Navazo  de Albarracín, las primeras  de arenisca consolidadas con nanomateriales Las pinturas del Navazo  de Albarracín, las primeras  de arenisca consolidadas con nanomateriales
Zalbidea y Serrano (2ª y 3ª por la izq.) junto con los investigadores del Instituto de Geociencias en el Navazo

Las pinturas del Navazo de Albarracín, las primeras de arenisca consolidadas con nanomateriales

Los materiales aglutinantes tienen la misma composición que las piedras silíceas de rodeno en las que se aplican
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Cruz Aguilar

Los cuernos de la figura bovina del abrigo de Los Toros del Navazo de Albarracín es la primera pintura rupestre sobre piedra arenisca que se ha consolidado aplicando nanomateriales. Se trata de productos a base de nanopartículas que son compatibles con los materiales sobre los que se van a aplicar porque tienen la misma composición y están testados previamente tanto en el laboratorio como en otras zonas de la roca similares.

La encargada de llevar a cabo los trabajos es Claudia Serrano Aranda y la consolidación forma parte de la tesis doctoral que está llevando a cabo sobre la conservación del arte rupestre. Es contratada predoctoral con una beca de formación de profesorado universitario del Ministerio de Universidades y forma parte del departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza. Indica que el trabajo se centra en diseñar “una herramienta o un plan de gestión para la conservación del arte rupestre”. Incluye tanto el análisis del estado de conservación, que es clave para la evaluación del diagnóstico, como el análisis de los riesgos existentes para conocer cuáles son los peligros potenciales. A partir de ahí se inicia el estudio de los productos a base de nanopartículas para utilizar en caso de que sea necesaria una intervención. “Hemos testado materiales y realizado las pruebas para que las intervenciones” sobre el patrimonio de lleven a cabo “de forma correcta y segura”, argumenta.

Toma de datos

El paso previo a intervenir sobre las pinturas del Navazo fue la toma de muestras con las que trabajar en el laboratorio y el testado de los productos mediante diferentes ensayos regidos por normativas estandarizadas, según apunta la investigadora. Además, sobre las rocas de rodeno se hicieron pruebas en zonas alejadas a las pinturas, pero próximas para que las “características mineralógicas, petrofísicas y climáticas fueran lo más parecidas posibles”, especificó la investigadora.

Claudia Serrano, realizando mediciones en el Prado del Navazo de Albarracín


Antonia Zalbidea, doctora en Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universitat Politècnica de València y directora de la tesis incide en que estos trabajos que ahora se han desarrollado en el Navazo de Albarracín derivan de meses de ensayo y una “importante investigación científica en el laboratorio”, señala.

Pulverulentos

Los nanomateriales que se emplean en las pinturas rupestres no provocan cambios en el color y son diferentes si se aplican sobre arenisca que sobre caliza. En las areniscas del rodeno, las partículas son de dióxido de silicio. Es una composición distinta a las de las calizas, en las que se utilizan nanopartículas de hidróxido de calcio. Se utilizan en los casos en los que los materiales están pulverulentos y al tocarlos o soplarlos se desprenden y caen. Lo que se logra con esta nueva técnica es que, al aplicarlos sobre la superficie de materiales que han perdido la cohesión se vuelvan a consolidar, según argumenta la doctoranda de la Universidad de Zaragoza.

Se trata, especifica Claudia Serrano, de “productos consolidantes que tienen la misma composición química que el soporte, el rodeno es sílice y estos nanopartículas de óxido de sílice”, por eso no afectan a las pinturas. La especialista plantea que estos nanomateriales sí se habían usado anteriormente en pinturas rupestres, pero con soporte de caliza y sin una monitorización para ver cuál es el resultado a lo largo del tiempo, algo que sí se ha realizado en Albarracín.

Sensor de medición en el abrigo Los Toros del Prado del Navazo


“En este caso el estudio consiste en comprobar la eficacia”, manifiesta, para detallar que llevan ya dos años aplicados sobre el rodeno del Navazo y, “de momento es positivo porque no hay cambio cromático, que es lo que interesa”, apunta.

Antonia Zalbidea especifica que aunque se han hecho numerosos ensayos, “hay que continuar investigando” sobre el método de aplicación, que es clave para garantizar la preservación del bien. “En el modo de aplicación se puede errar y generar efectos adversos”, alerta.

Antonio Zalbidea y Carlos Mazo Pérez, del departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza, son los encargados de dirigir la tesis de Claudia Serrano, que es graduada en Conservación y Restauración y cuenta con un máster en Conservación de Bienes Culturales.

El proyecto concluirá el próximo año 2025, pero el seguimiento se prolongará durante más tiempo “para ir viendo cómo funcionan”, dice la investigadora, quien recalca que “el resultado en laboratorio es bastante prometedor”.

El empleo de estos materiales no es nuevo ya que en la catedral vieja de Vitoria se aplicó el proyecto Nano-Cathedral para reforzar su estructura. Era una iniciativa que surgió en el año 2015 y en la que tomaban parte otras catedrales de Pisa, Viena, Colonia y Gante. Consistía en la aplicación de nanomateriales para la conservación de los edificios, ya que pueden penetrar en las grietas más pequeñas y evitar el deterioro de las piezas constructivas.

Lo prioritario, según los expertos en nanomateriales es hacer “un buen diagnóstico” y llevar a cabo un “correcto método de aplicación”.

Cambio de paradigma

Claudia Serrano indica que el empleo de este tipo de técnicas constituirá un “cambio en el paradigma que hay actualmente en las metodologías y procesos en conservación y restauración en pintura al aire libre”.

Antonia Zalbidea fue la responsable del curso de restauración con nanomateriales que se llevó a cabo recientemente en Albarracín. Se trata de un curso que se ha desarrollado durante los dos últimos años y con el que se pretende formar a los restauradores en el empleo de estas técnicas que, aunque resultan muy útiles, todavía son novedosas para el sector.

Los toros rupestres se monitorizan para garantizar su conservación

Un equipo de investigadores del Instituto Ítaca de la Universitat Politècnica de València, en colaboración con el Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ha desarrollado un nuevo sistema de monitorización de datos en tiempo real que ayudará a proteger el conjunto de pinturas rupestres prehistóricas en el abrigo de Los Toros del Prado del Navazo de Albarracín.
 

La investigadora, haciendo pruebas sobre piedra arenisca en el laboratorio


El proyecto WiMOSA (Wireless non-stop MOnitoring system for heritage SAfeguard) impulsado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, pretende avanzar en los sistemas de monitorización inalámbrica ininterrumpida con el fin de diseñar un sistema de conservación preventiva con dispositivos asequibles pero que sean capaces de monitorizar parámetros ambientales que afectan al patrimonio cultural. La previsión es que se puedan hacer, a partir de esas mediciones, recomendaciones ante eventos de riesgo y se actúe de forma automática.

Los objetivos generales se centran en identificar y evaluar riesgos y necesidades de conservación de diferentes emplazamientos culturales e implementar las normativas de conservación europeas para determinar los parámetros ambientales adecuados para su correcta conservación.

La detección de situaciones temporales extremas e inusuales que requieran una atención especial es otra de las premisas de esta iniciativa, que busca determinar protocolos y sistemas de control para minimizar esos riesgos localizados.

Con la puesta en marcha de estas actuaciones piloto en las pinturas rupestres de Albarracín y en otros edificios patrimoniales pretenden demostrar que la solución puede aplicarse universalmente en todo tipo de escenarios. Además, busca ofrecer métodos alternativos, más allá de ordenadores y smartphones, para ofrecer información del sistema en tiempo real. Otro de los objetivos del proyect es demostrar que la solución WiMOSA es asequible y adecuada “para apoyar el desarrollo de planes de conservación preventiva realistas”.

La investigadora Claudia Serrano detalla que el registro de datos de temperatura y humedad relativa se lleva a cabo cado ocho horas en el Navazo y pretende determinar cómo afectan cuestione ambientales como la luz o el rocío en las pinturas.

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