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La violencia de las avenidas y las riadas causa destrozos en numerosos municipios La violencia de las avenidas y las riadas causa destrozos en numerosos municipios
Una máquina excavadora trata de dragar la rambla en Báguena, que se inundó por cuarto día consecutivo

La violencia de las avenidas y las riadas causa destrozos en numerosos municipios

Báguena vuelve a inundarse y el río Pitarque amenaza con salirse de su cauce
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José Luis Rubio

Las tormentas y, sobre todo, las avenidas de agua, volvieron a provocar importantes daños en distintos puntos de la geografía de la provincia, especialmente en la ya muy castigada comarca del Jiloca, donde muchos de sus pueblos volvieron a ver cómo el agua corría con los papeles debajo del brazo por sus calles.

La comarca del Jiloca volvió a ser este lunes una de las principales víctimas de la actividad tormentosa. En Báguena se registró una nueva avenida de la rambla, que dejó al pueblo partido en dos, incomunicando una mitad de la otra. Allí apenas llovieron unas gotas, pero Protección Civil alertó a la alcaldesa, María José Rubio, de la llegada de una importante avenida de agua procedente de Anento, donde sí descargó con fuerza. Desde el Ayuntamiento se emitió un bando a través del grupo de Whatsapp de los vecinos para alertar a la población de la proximidad de la riada, para que no se acercase al cauce y que extremasen las medidas de precaución. A pesar de la llegada del agua, la máquina que lleva cuatro días trabajando en la calle principal del municipio siguió haciéndolo para tratar de aliviar el paso del caudal que habría superado el metro de agua.

“Es desolador trabajar para que vuelva el destrozo”, aseguró un vecino en referencia al trabajo que se ha venido realizado cada día, en el que se ha retirado una veintena de camiones de grava de las calles para que, cada tarde, una nueva tromba de agua vuelva a cubrir las calzadas de tierra y de piedras.

La alcaldesa recordó cómo, en los momentos de mayor violencia del agua, se temió por la integridad de un bloque de viviendas que hay aguas arriba, próximo al cauce de la rambla. Donde sí que causó daños el agua fue en algunos muros de los huertos del municipio, que se suma al provocado en el sistema de acequias que se estaba reparando.

La actividad tormentosa se concentró este lunes a primera hora de la tarde y en puntos concretos con células muy activas. En lugares como Villarroya de los Pinares o Cirugeda se registraron cerca de 60 litros de agua por metro cuadrado, lo que provocó algunos embalsamientos pero que se dejaron notar con más virulencia aguas abajo, en puntos como Aliaga donde el río Pitarque estuvo a punto de superar el puente, lo que obligó al alcalde, Alberto Vicente, a cortar la carretera de Pitarque. “La he cortado yo mismo por el río baja con mucha agua, para que nadie intentase cruzarla”, dijo el edil de Aliaga. Sin embargo, el agua que bajó por el cauce del río arrancó todas las palancas en el término de Montalbán, “hasta las de hierro”, confirmó su alcalde, Carlos Sánchez.

Utrillas recogió más de 30 litros de agua en media hora pero la riada procedente de las laderas de San Just llegó al casco urbano con mucha velocidad, levantando una veintena de tapas de alcantarilla y arrastrando el balastro de la vía del tren minero. Además, anegó las zonas más bajas del municipio.

En la comarca Comunidad de Teruel, municipios como Galve vieron sus calles convertidas en torrentes de agua que se ensañaron con las zonas más bajas del pueblo, provocando la caída de muros de contención de algunas fincas e incluso inundaron la subsede de Dinópolis Legendark.

El alcalde de Galve, Paco Sangüesa, relató este lunes cómo a partir de las 15:30 horas precipitó un aguacero que dejó cerca de 60 litros en menos de una hora. “Ha habido unas inundaciones un poco serias en todas las zonas más bajas del pueblo han entrado las casas a la sede de Dinópolis y nos ha inundado toda huerta”, relató para añadir que la “pradera de fuera (de Dinópolis) tiene un tajo de más de medio metro de agua, y dentro está llena”, confirmó.

Denuncia

El Ayuntamiento de Báguena expresó este lunes su descontento con la atención que le prestó la Confederación Hidrográfica del Ebro el pasado mes de junio, cuando el consistorio reclamó al organismo de cuenca la limpieza de la desembocadura de la Rambla Arguilay al río Jiloca ya que se había producido un crecimiento desmesurado de árboles, maleza y vegetación que podía ejercer de tapón natural en una próxima avenida.

Así lo explica el ayuntamiento de la localidad en una nota emitida este lunes en la que se recuerda, además, que un mes después de haber remitido esa solicitud, y después de que se viviera la primera gran tormenta del verano, se registró una segunda petición “de urgencia” que en este caso se amplió a los puentes del río, al entender que estaba “casi cegado en sus vanos por los arrastres, y la hizo extensiva a los caminos junto al río, las ramblas y el propio cauce del Jiloca por estar llenos de ramas y troncos caídos.

La nota remitida por el consistorio recoge la respuesta de la CHE en la que se refiere a la limpieza de las ramblas explicando que “la actuación solicitada ha sido incorporada a la base de datos del programa de conservación de cauces. En ese sentido, le informamos que las actuaciones de conservación de cauces se encuentran sujetas a unas prioridades de actuación en función de los medios económicos disponibles en cada momento”. En relación a los puentes y caminos, la respuesta del organismo de cuenca apuntó que “las actuaciones solicitadas no pueden considerarse como obras hidráulicas de interés general para la conservación de cauces públicos, en consecuencia, no está contemplada la intervención de la CHE” aunque dejó la puerta abierta al que el pueblo actuara “por sus propios medios” si la consideraba urgente.

Ahora, después de la cuarta avenida de agua desde las ramblas que cruzan el municipio, la alcaldesa ha remitido una nueva petición a la Confederación ya que Báguena no dispone de “medios económicos ni humanos para afrontar los destrozos que se han generado”.

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