

Patrimonio estudia salvar de la ruina la hospedería del Santuario de Arcos de Albalate del Arzobispo
El edificio anexo al templo, también del siglo XVII, presenta desplomes y grietasLa restauración de los revestimientos de la sinagoga de Híjar confirma su relevancia en Europa
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La cresta rocosa sobre la que está construido el Santuario de la Virgen de los Arcos, en Albalate del Arzobispo, ha dejado de sustentar con vigor el Bien de Interés Cultural (BIC) con el paso del tiempo. Las instituciones han intervenido en el templo, pero no así en la hospedería, en visible estado de ruina que la Dirección de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón está decidida ahora a revertir.
Así lo anunció la consejera de Educación, Cultura y Deporte, Tomasa Hernández, durante su reciente visita a Híjar para la inauguración de la restauración de las pinturas murales de la sinagoga. Desde allí emplazó a una próxima actuación para proteger el edificio anexo al santuario, ubicados ambos sobre un promontorio de la Sierra de Arcos.
Todo el conjunto está construido sobre una cresta rocosa que se encuentra sobre arenas y arcillas rojas del Paleógeno que con el tiempo se meteorizan, haciendo caer las rocas en vuelo hasta que se desprenden y los edificios pierden apoyo.
Así lo explica Patrimonio en un informe que detalla que la antigua hospedería es un edificio rectangular de tres plantas más un pequeño semisótano de doble altura. Hace 42,5 metros de largo por 9 metros de ancho.
El santuario ha sido restaurado y se mantiene en buen estado, pero no así la hospedería, que evidencia grietas y desplomes. Tiene mala cimentación y en general presenta un estado de ruina, con la cubierta deteriorada y el interior derruido. El edificio actual, dedicado en su última fase útil a convento, sufrió el hundimiento de unos cuatro metros en la parte derecha del edificio.
Primero hay que consolidar
Este año, Patrimonio tiene voluntad de llevar a cabo una primera intervención de “consolidación estructural para garantizar la estabilidad de los muros del edificio”, aunque todavía no se ha pasado de la fase de estudio y no hay un proyecto técnico sobre la mesa. Se ejecutará “siempre que la disponibilidad presupuestaria lo permita”, apuntaron fuentes de la dirección general.
Según el citado informe, para consolidar el edificio habrá que comenzar por fortalecer sus apoyos y cimentación, evitando el desprendimiento de las rocas. Posteriormente en fases sucesivas se deberá actuar en su estructura y cubierta y finalmente en su interior, dándole un sentido y uso adecuado al conjunto, apunta el informe.
La construcción original es del siglo XVIII y estilo barroco. Fue entonces cuando el arquitecto Agustín Sanz consolidó los cimientos del santuario en cinco puntos, ejecutando muros de mampostería de apoyo para las rocas en voladizo.
Intervenciones desde 1997
El Boletín Oficial del Estado publicó en 1983 la declaración del conjunto como BIC. Esto permitió años más tarde, en 1997, una pequeña restauración de la hospedería financiada por parte del Gobierno de Aragón
En 2013 el Ayuntamiento de Albalate del Arzobispo encargó la rehabilitación del santuario, obra que llevó a cabo el estudio de arquitectura M.M.T. Esto, según explica Josefina Lerma en un artículo de la serie Ermitas y capillas de la comarca Andorra-Sierra de Arcos publicado en el Boletín de Cultura e Información (BCI) número 32 del Centro de Estudios de Andorra (Celan), permitió resolver problemas estructurales del edificio al sustituir la techumbre y recuperar el interior del templo. “Ahora pueden recorrerse los cuartos de los antiguos aparceros de las tierras del santuario, el comedor y la cocina usados por el propietario o los dormitorios de las monjas(…) Mucho más difícil es la recuperación del resto del santuario, ese fabuloso edificio anexo que se levanta a lo largo del promontorio”, dice la divulgadora en referencia a la hospedería.
“El pasado más remoto del edificio parece estar relacionado con una fortaleza anterior, primero musulmana y después cristiana, vinculada al poblado desaparecido de Arcos (ubicado al pie del promontorio). En un manuscrito del siglo XVIII se apuntaba que fue la parroquia de esta población, llamada Arcos de Almanzán, y que su rector era el titular de la iglesia de Ariño”, apunta la economista e historiadora en el citado artículo.
En cuanto a la hospedería, “pudo ser residencia franciscana en el siglo XVII, mientras que en el XVIII residían un capellán y un santero”, indica Lerma.
En 1834 las dependencias fueron usadas como casa de beneficencia e instrucción pública por el Ayuntamiento de Albalate. Tras la desamortización, cita Lerma, el santuario y las tierras colindantes pasaron a manos privadas, aunque el templo volvió a depender de la Iglesia después de la guerra civil.
Durante más de una década, en los años 80 del siglo XX, una pequeña comunidad de religiosas de la Orden de las Vírgenes Consagradas al Señor custodió el recinto religioso. Fueron sus últimas moradoras.
El santuario estuvo muy concurrido, siempre relacionado con el culto y con las propiedades de las aguas mineromedicinales de los Baños de Ariño. Aún hoy, el Lunes de Cuasimodo y el Domingo del Rosario, vecinos de Albalate y Ariño siguen acudiendo en romería y comparten pan bendito y guisos de judías.
“Se va a caer”
Una intensa tormenta en verano de 2023 contribuyó a deteriorar aún más la hospedería, que “se va a caer”, alertó la alcaldesa de Albalate, Celia Trullén. Un proyecto que el ayuntamiento puso a disposición de Patrimonio indica que “solamente consolidarla cuesta más de un millón de euros”, pues “la cubierta está totalmente destrozada”. Hasta el punto de que “está de pie gracias a la virgen, que lo cuida”, apostilló.
El sueño de Albalate sería consolidar el edificio anexo al santuario y convertirlo en alojamiento con encanto. “Ya presentamos la reforma a una convocatoria de la Unión Europea y nos la desestimaron porque no teníamos un plan de turismo”, lamentó la alcaldesa
“La hospedería-refugio-zona conventual y de convivencias del santuario de Arcos es uno de nuestros edificios más icónicos”, indica el guía turístico de Albalate, Alfredo Martínez Tirao, quien lo considera “en peligro de extinción”, como así se manifiesta cada año a ojos de los vecinos de Ariño y Albalate durante las romerías. “Cuanto más se tarde en consolidarlo más difícil y costosa será la empresa”, indica el historiador, que advierte del peligro de derrumbe para que los más curiosos no entren.
Un templo que destaca por la decoración mural barroca
El conjunto arquitectónico del Santuario de los Arcos constituye una de las más singulares soluciones arquitectónicas de la provincia por su peculiar tipología y su integración en el paisaje. Está compuesto por la iglesia, la hospedería y otros edificios anexos.

El conjunto en general está realizado con mampostería de la piedra de la zona, ladrillo y tapial. La iglesia se encuentra dividida en dos partes por un cancel. Una de ellas la forma la capilla mayor que se encuentra a distinto nivel, tiene planta cuadrada y se cubre con una gran cúpula semiesférica.
Destaca sobre todo la decoración mural barroca interior en tonos muy vivos en las bóvedas y en los pilares, a base de yeserías con motivos geométricos y vegetales pintadas en tonos vivos.
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