![La restauración del Castillo de Albalate del Arzobispo saca a la luz valiosas policromías en la sala gótica](/uploads/diariodeteruel/contenidos/74394_250209-10y11-01.jpg)
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La restauración del Castillo de Albalate del Arzobispo saca a la luz valiosas policromías en la sala gótica
Una mano experta pintó hace 700 años caras en las ménsulas, escudos y flores al temple bien conservadosAlbalate consolidará el torreón islámico y digitalizará el museo de su Castillo
El castillo de Peracense recibe 22.655 visitantes, un 5% menos que en 2023
La sala gótica de la primera planta del Castillo Palacio Arzobispal de Albalate del Arzobispo, donde en el siglo XIV se celebraron concilios y grandes banquetes, está dando muchas alegrías en el ecuador del Plan Director de restauración de la fortaleza para su pleno aprovechamiento turístico.
En la fase actual de la rehabilitación han aparecido jambas ornamentales y ménsulas de madera labrada pintadas con atentas miradas y motivos florales, se han destapado bajo los revoques otras policromías con motivos vegetales y se analiza arqueológicamente si el torreón islámico merece o no el apellido que ha llevado hasta ahora.
La empresa Contraforte Restauro lleva desde noviembre de 2024 haciéndose cargo de la nueva fase de intervención en este Bien de Interés Cultural con el que el ayuntamiento trata de diversificar la actividad económica en el Bajo Martín.
Con una dotación de 451.000 euros procedentes de una subvención que recibió el consistorio en 2023 del Instituto para la Transición Justa (ITJ) –en el marco de una convocatoria del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia dirigida a proyectos de infraestructuras en municipios de zonas afectadas por la transición energética– el consistorio actúa en el torreón islámico con probables estructuras de los siglos X-XI, que constituye una de las mayores prioridades recogidas en el Plan Director de la fortaleza. En su conjunto, el programa valora en 2,4 millones de euros las actuaciones a acometer.
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Con esta actuación se sustituirán sillares en mal estado –como el dintel del paso al patio de armas en la fachada noreste–, se abrirán cinco aspilleras identificadas y se limpiarán morteros de cemento en la zona baja de sillería del lado exterior para evidenciar los revestimientos originales.
El equipo de arquitectos formado por Marta Clavería y José Ángel Gil tuvo que modificar el proyecto de consolidación de esta torre para incorporar las prescripciones del Consejo Provincial de Patrimonio, que quiere evitar que se acabe haciendo una reconstrucción volumétrica y no una restauración.
Una sala noble pintada
La modificación del proyecto se tradujo en una reducción del coste de ejecución material y, para llegar al presupuesto aprobado por el ITJ, se amplió el ámbito de actuación a la sala gótica de la primera planta del castillo, donde se pensó en sanear grietas, desvelar pinturas de las ménsulas, destapar el revoco de las paredes para descubrir más motivos que los escudos ya localizados. En total, la obra acapara 389.565 euros y el resto es para iniciar un proyecto de digitalización que hará más atractivas las visitas.
Hasta el momento, ha sido esta sala noble, donde el arzobispo celebraría concilios y banquetes a modo de refrectorio, la que está dando más alegrías.
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“Han aparecido elementos relevantes como son las jambas de una puerta anterior y con elementos decorativos interesantes que dan un poco la idea de la calidad de ese acceso” hacia el torreón islámico, aunque también pudiera ser “una hornacina de gran tamaño”, indicó Gil.
Otro elemento de gran valor que se está destapando es la policromía del alfarje, “que es magnífica, con unos colores tan inusuales como un azul que para la época (siglo XIV) no era fácil de conseguir y que habla a las claras de la relevancia que tuvo esta sala en el contexto del castillo y de los sínodos que llegaron a realizar aquí”, destacó el arquitecto. El “nivel de detalle” de los rostros humanos que hay en los canetes “está asociado a los grabadores e ilustradores de los códices antiguos”, apostilló.
La emoción de ser la primera
La restauradora Carmen Gómez realiza, junto a su equipo, la labor de saneamiento, limpieza de canetes y fijación de todas las policromías. “Están realizadas al temple con una pequeña preparación de yeso”, explicó. “La mano que las hizo era experta y muy minuciosa. Se puso mucho dinero aquí. La comparativa puede ser la catedral de Teruel”, dijo ella, o según apuntó el historiador local y guía del castillo, Alfredo Martínez Tirao, el santuario Virgen de la Fuente de Peñarroya de Tastavins. “Lo que más me ha sorprendido es que no se hubiera hecho antes. Semejante palacio tenía que estar policromado y no se ha mirado hasta ahora”, dijo Gómez, quien también destacó las pinturas gótico lineales –con dibujos vegetales y animales– que han aparecido en el púlpito y en otros puntos de la estancia. Sobre los vanos ya se localizaron tiempo atrás algunos escudos.
Toda esta información permite hablar de “una sala en la que se disfrutaba del espacio”, y en la que tuvo que haber algún “evento importante” porque hay dinero invertido en lucimiento. “Me emocionó el tocar algo que es de época medieval y nadie lo había explorado hasta ahora”, confesó la restauradora.
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A Martínez Tirao le ha gustado encontrar “unas yeserías góticas interesantísimas” y, sobre todo, las pinturas del alfarje, lo que permitirá “que se pueda ver desde abajo en las visitas sin ningún problema” y sin tirar del zoom de su cámara de fotos, como ha venido haciendo hasta ahora.
“Cualquier alfarje mudéjar y del siglo XIV tiene un valor histórico y artístico impresionante. A veces no nos damos en Teruel el justo valor que tienen las cosas”, como esta “madera de pino labrada y pintada que lleva ahí 700 años”, con “sus ojos, sus colmillos, su pelo y hasta se puede diferenciar si son chicas o chicos”. Y eso “está conectado directamente con el orgullo de nuestro patrimonio y nuestra historia”, manifestó el guía. “Van a salir más cosas”, avanzó, además de “los descubrimientos documentales, en los que estamos avanzando un montón” para desvelar el “rompecabezas” del castillo derivado de sus “muchísimas fases constructivas”.
Torreón ¿islámico?
El origen de esta fortaleza siempre se ha situado en época islámica, algo que no obstante tendrán que corroborar los trabajos arqueológicos que acompañan la recuperación de “la simbología de torre” que ha quedado desfigurada con las intervenciones en su último uso como vivienda.
Con esta actuación en el torreón, un espacio rectangular de 40 metros cuadrados (8x5 metros) y 7,80 de alto, se valorizará la tipología constructiva de tapial de yeso, que dará la clave de su origen y carácter islámico.
No obstante, los arquitectos no las tienen todas consigo después de las primeras catas arqueológicas a cargo de Javier Ibáñez. “La base hay que establecerla en el siglo XIV y, cuando tengamos los resultados arqueológicos y las pruebas de carbono-14 que seguramente haremos, ya podremos determinar el origen islámico o no de los elementos adyacentes a la sala del castillo”, indicó Gil. “Estamos investigando junto con los arqueólogos de qué época estamos hablando, de cómo funcionan esos encuentros entre las fábricas y viendo esos materiales para ser precisos”.
Por su parte, el arqueólogo se mostró “prudente” porque “no ha terminado la excavación” en la torre y, aunque “han salido a la luz varias fases de ocupación, hay que llegar aún hasta la fase más antigua”, confió.
El muro tapial encofrado con zócalo de cimentación de sillares de arenisca se ha vinculado, hasta ahora, a otras fortificaciones islámicas del Valle del Ebro. “Dentro de unas semanas llegaremos hasta abajo y se harán pruebas de carbono-14 para algunos de los clavos de encofrado”, lo cual “dará una orientación bastante buena”, apuntó Ibáñez.
Plaza de toros
El estudio arqueológico también identificará la huellas de las comunicaciones y niveles estratigráficos en todo el patio de armas –actual plaza de toros–. De esta forma, se dispondrá de documentación técnica de apoyo para, en siguientes fases, estudiar la idoneidad de la escalera actual y situar una comunicación vertical definitiva fiel a la historia.
La rehabilitación llega al 50%
El Plan Director del Castillo Palacio Arzobispal de Albalate alcanza el 50% con los trabajos actuales en el torreón islámico y la sala noble. La hoja de ruta ha brindado y brindará grandes alegrías en forma de descubrimientos para recomponer el rompecabezas histórico de una fortaleza que aspira a ser referente turístico.
Los trabajos actuales en el torreón se centran en discernir si, como se cree, el edificio conserva restos islámicos. Su origen castrense de la época musulmana se reflejaría en la solidez de los restos del torreón y muro islámico de entrada al castillo.
Su conquista en 1149 y donación por Ramón Belenguer IV al Obispo de Zaragoza, Bernardo Jiménez, condicionó la construcción medieval del edificio y transformó el carácter de castillo a palacio fortificado. Los siglos XIV y XV constituyen la época de mayor esplendor. El 14 de junio de 1318 el palacio pasa de sede episcopal a sede metropolitana, sube de rango eclesiástico y se convierte en residencia de arzobispos. Esto hizo de la fortaleza de Albalate uno de los mejores exponentes del gótico civil aragonés.
La riqueza patrimonial que ha dejado el paso del tiempo ha llevado al ayuntamiento a ejecutar por fases, a medida que llega financiación, el Plan Director para la rehabilitación y puesta en valor turístico con 2,4 millones de euros estimados de inversión. Gracias a esta guía de actuaciones redactada por la arquitecta Marta Clavería, se ha recuperado ya la sala de los depósitos de agua construidos a comienzos del siglo XX, acondicionado las salas superiores para una futura musealización; consolidado el alero y la cubierta del castillo, rehabilitado el muro islámico, restaurado el horno, y consolidado la fachada noreste y oeste.
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La armonización con el conjunto del patio de armas, ocupado por la plaza de toros construida en 1922, y la restauración de la torre mudéjar formarán parte de las actuaciones.
Fortín en las Guerras Carlistas, hospital, cárcel o recinto festivo han sido otras de las utilidades de la edificación.
Con el Plan Director al 50% “nos queda por resolver algunas conexiones entre distintos elementos”, dijo Gil, algo que se ejecutará siempre con “base científica e histórica” y bajo las prescripciones de obligado cumplimiento de Patrimonio.
El arquitecto considera que Albalate forma un conjunto urbanístico y arquitectónico “de primer orden”, por lo que trabajar en un palacio arzobispal “único sin duda en Aragón es un gusto y una ilusión”.
Clavería quiere intervenir en los sillares y en el muro de acceso para armonizarlos con el conjunto. Pese a que la plaza de toros está afianzada 103 años después, propone actuar en la grada superior para que deje ver mejor la fortaleza y estudiar, junto al consistorio, qué hacer con la zona de baile. Y como “la entrada principal al castillo era por la plaza de toros”, plantea un acceso nuevo.
La alcaldesa, Celia Trullén, confió en que la restauración, sumada al proyecto de digitalización, dé mayor “valor añadido al castillo, que ya lo tiene porque está muy bien cuidado”.
“Nos gustaría ser un referente, que se hablara del castillo de Albalate en muchos kilómetros a la redonda y que colegios e institutos lo visitaran. Tiene un encanto muy peculiar por su situación, características e historia”, dijo la alcaldesa, que también destacó la Ruta de los Estrechos y otros elementos patrimoniales del municipio como las bodegas subterráneas.
El guía, Alfredo Martínez Tirao, destacó que en 2024 volvieron a superarse las visitas con 3.108 personas, que serán muchas más “si lo conectamos con otros castillos o con el resto del patrimonio del Bajo Martín, como la sinagoga de Híjar o la cárcel de Urrea”.
Realidad virtual y aumentada, vídeo mapping y gafas 3D
La segunda actuación de la actual separata de la rehabilitación del castillo es el inicio del proyecto de la musealización digital, a la que inicialmente se destinarán 61.340 euros. El objetivo es captar visitantes y enorgullecer a los vecinos con su patrimonio.
Los contenidos se referirán a los trabajos de investigación histórica y arqueológica, y a la propia rehabilitación.
La coordinación del proyecto corre a cargo del realizador turolense José Ángel Guimerá. El programa digital, escalable y mucho más ambicioso de lo que ahora se podrá hacer, dispondrá de programas que combinarán la realidad virtual aumentada, vídeos proyectados y vídeo mapping (sensación 2D o 3D) del proceso medieval de levantamiento de estructuras y arcos. Los contenidos se mostrarán en gafas 3D y en distintas estancias de la fortaleza, comenzando por la recepción.
Guimerá ha grabado esta semana los policromados, a modo de recopilación de materiales para un proyecto más potente que podría llegar a los 800.000 euros de presupuesto si prosperan las peticiones de subvenciones que ya ha iniciado el consistorio.
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