Albalate consolidará el torreón islámico y digitalizará el museo de su Castillo
El Ayuntamiento avanza en el Plan Director con una ayuda de Transición JustaAlbalate consolidará el torreón islámico del Castillo Palacio Arzobispal y musealizará digitalmente la fortaleza medieval para potenciar su uso turístico antes de verano de 2025.
El Ayuntamiento ha sacado a licitación, hasta el 4 de septiembre, la intervención en esta torre con estructuras de los siglos X-XI, que constituye una de las mayores prioridades recogidas en el Plan Director del castillo. En su conjunto, el programa valora en 2,4 millones de euros las actuaciones a acometer para relanzar este Bien de Interés Cultural como elemento turístico con el que diversificar la actividad económica en el Bajo Martín.
Esta nueva separata sale a concurso con ocho meses de ejecución y algo menos de 451.000 euros (IVA incluido). Será financiada por la subvención que recibió en 2023 el consistorio del Instituto para la Transición Justa (ITJ) en el marco de una convocatoria de ayudas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia dirigida a proyectos de infraestructuras ambientales, sociales y digitales en municipios de zonas afectadas por la transición energética.
“Simbología de torre”
El proyecto, redactado por los arquitectos Marta Clavería Esponera y José Ángel Gil Bordás, pretende “recuperar la simbología de torre, desfigurada con las intervenciones en su último uso como vivienda”, así como ensalzar su carácter defensivo original “con la puesta en valor de las aspilleras en fachadas suroeste y sureste”. También se pretende valorizar “la tipología constructiva de tapial de yeso”, de forma “que resulte identificable su origen y carácter islámico”.
El torreón es un espacio rectangular de 40 metros cuadrados (8x5 metros) y mantiene sus paredes (7,80 metros de altura, correspondiente a planta baja y primera) pero no el techo. Su muro tapial encofrado con zócalo de cimentación de sillares de arenisca se vincula a otras fortificaciones islámicas del Valle del Ebro.
Con esta actuación se sustituirán sillares en mal estado –como el dintel del paso al patio de armas en la fachada noreste–, se abrirán cinco aspilleras identificadas tras las últimas catas arqueológicas y se limpiarán morteros de cemento en la zona baja de sillería del lado exterior del muro para evidenciar los revestimientos originales. “Se prevé la acción mínima, dejando manifiestas las diferentes fábricas”, por lo que únicamente se descubrirán, repararán, limpiarán y consolidarán, aclara el proyecto.
No habrá reconstrucción
El proyecto para consolidar la torre islámica se ha visto modificado para incorporar las prescripciones de obligado cumplimiento que recogen tres informes emitidos sobre esta actuación por el Consejo Provincial de Patrimonio que, en síntesis, vela por que se acabe haciendo una reconstrucción y no una restauración.
Clavería Esponera y Gil Bordás afirman que no habrá reconstrucción volumétrica del torreón en altura: “Exclusivamente se procede a su conservación, consolidación y rehabilitación”.
Así, se mantiene la consolidación de los vanos de los muros. Los materiales a utilizar en la estabilidad del muro y su mantenimiento serán adiciones reconocibles. Se rebajará la totalidad del recinto hasta la cota arqueológica acreditada en el interior del torreón, con control arqueológico -1,25 metros de altura. Se recuperará el forjado interior de la torre, “siguiendo las huellas existentes (+3,63 metros), en donde se proyecta la cubierta plana, constituyendo la protección de suelo de yeso a recuperar”.
Se incorpora, además, un estudio arqueológico para identificar la huellas de las comunicaciones y niveles estratigráficos en todo el patio de armas –actual plaza de toros–. De esta forma, se dispondrá de documentación técnica de apoyo para, en la siguiente intervención del Plan Director, eliminar la escalera y situar una nueva comunicación vertical definitiva en base a los resultados. Por último, se eliminan dos forjados interiores a cotas +4,50 y 6,50 y no habrá comunicación vertical hasta la sala gótica.
La modificación del proyecto se traduce en una reducción en el coste de ejecución material. Para llegar al presupuesto aprobado por el ITJ, se ha ampliado el ámbito de actuación a la sala gótica de la primera planta del castillo. Allí se actuará en sanear las grietas y restaurar las pinturas de la techumbre, mejorar la pintura de las paredes, y restaurar escudos ornamentales y ménsulas labradas. También se consolidará el muro de sillería de la fachada noroeste, donde se sustituirán los sillares que están en peor estado. El total de la obra acaparará 389.565 euros.
Musealización digital
En cuanto a la segunda actuación de esta separata de la rehabilitación del castillo, la musealización digital (61.340 euros), su objetivo es captar visitantes e identificar a los vecinos con su propio patrimonio cultural.
Los contenidos se referirán a los trabajos de investigación histórica y arqueológica realizados en el Castillo de Albalate, así como a la recuperación del mismo.
La coordinación del proyecto museístico correrá a cargo del realizador turolense José Ángel Guimerá. El programa digital dispondrá de programas que combinan la realidad virtual y aumentada, vídeos proyectados y vídeo mapping (sensación 2D o 3D). Los contenidos se mostrarán en gafas 3D y en distintas paredes y estancias de la fortaleza. Está previsto que las herramientas las hagan las empresas Arquitectos Xreality Studios, asesorados por el catedrático en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza Javier Ibáñez y los propios Clavería Esponera y Gil Bordás; Altiplano Comunicación y Coolte.net. No se descarta ampliar un proyecto “escalable” y permeable a los avances tecnológicos y a la respuesta del público.
Joya patrimonial
El Castillo Palacio Arzobispal es un monumento medieval que conserva restos de su origen como fortificación islámica de los siglos VIII-IX. Su origen castrense de la época musulmana se refleja en la solidez de los restos del torreón y muro islámico de entrada al castillo, explica la el estudio histórico-artístico que acompaña al proyecto de consolidación del torreón islámico.
Su conquista en 1149 y donación por Ramón Belenguer IV al Obispo de Zaragoza, Bernardo Jiménez, condicionó la construcción medieval del edificio y transformó el carácter de castillo a palacio fortificado. Los siglos XIV y XV constituyen la época de mayor esplendor. El 14 de junio de 1318 el palacio pasa de sede episcopal a sede metropolitana, sube de rango eclesiástico y se convierte en residencia de arzobispos. Esto hizo de la fortaleza de Albalate uno de los mejores exponentes del gótico civil aragonés.
La riqueza patrimonial que ha dejado el paso del tiempo ha llevado al ayuntamiento a ejecutar por fases, a medida que llega financiación, el Plan Director para la rehabilitación y puesta en valor turístico con 2,4 millones de euros estimados de inversión.
Gracias a esta guía de actuaciones redactada por la arquitecta Marta Clavería y un equipo multidisciplinar, se ha recuperado ya la sala de los depósitos de agua construidos a comienzos del siglo XX, acondicionado las salas superiores para una futura musealización; consolidado el alero y la cubierta del castillo, rehabilitado el muro islámico, restaurado el horno, y consolidado la fachada noreste y oeste. La armonización del patio de armas, ocupado por la plaza de toros construida en 1922, y la restauración de la torre mudéjar también formarán parte de las actuaciones. Fortín en las Guerras Carlistas, hospital, cárcel o recinto festivo –la plaza de toros hace las veces– han sido otras de las utilidades de la edificación. La realidad virtual y aumentada ayudarán ahora a interpretar la historia.
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