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La piedra blanca del Bajo Martín sigue conquistando a artistas de todo el mundo La piedra blanca del Bajo Martín sigue conquistando a artistas de todo el mundo
La irlandesa Martha Quinn con su pieza, ‘Dream Catcher’

La piedra blanca del Bajo Martín sigue conquistando a artistas de todo el mundo

Albalate expone las cinco piezas creadas en el 14º Simposio de Escultura en Alabastro
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El Almudín de Albalate del Arzobispo acogerá hasta pasadas las fiestas de Navidad las cinco piezas en alabastro que han esculpido los cinco artistas participantes en la 14ª edición del Simposio Internacional de Escultura en Alabastro de Albalate. Ingrid Tost Dalmau (Lleida), Antonio Reiné (Cádiz), Sasho Sazdovski (Macedonia del Norte), Martha Quinn (Irlanda) y Robert Bucek (República Checa) han trabajado la piedra autóctona del 4 al 15 de diciembre, mientras duraba esta cita bienal. En ese periodo de tiempo, además, han conocido la historia y el proceso extractivo que atesora el alabastro antes de llegar a las manos del artista, que en este caso es muy diferente al del resto de piedras y contribuye a hacer del alabastro un material con un ADN absolutamente original. También han conocido el Bajo Martín, su hostelería y a sus gentes, ya que parte del trabajo de los escultores se desarrolla en las instalaciones del Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro, y parte en las propias calles y plazas, donde artistas y vecinos de Albalate conversan e intercambian puntos de vista.

De hecho el proyecto escultórico con el que Ingrid Tost concurrió al Simposio -de entre las 179 propuestas de 52 países diferentes, que se dice pronto- llevaba por título Zorro Ártico, y se basaba en la creación de un zorro con las formas suaves características de la artista catalana, y del blanco lechoso del alabastro. Pero esta piedra guarda sorpresas en su interior, y uno no sabe exactamente qué vetas o qué tonos existen en el interior del núcleo de la piedra hasta que empieza a desbastarse. De ahí que se diga que la propia piedra tiene algo que decir sobre la creación escultórica, porque si el artista es listo sabe adaptarse a esas formas y veteados presenta.

El caso es que la pieza de Ingrid Tost ha terminado llamándose Zorra de Valpelosa, un topónimo muy conocido en la zona que hace referencia precisamente a una zona de la que se extrae alabastro con una coloración diferente al habitual blanco y con un veteado pardo característico.
 

Ingrid Tost Dalmau creó ‘Zorra de Valpelosa’



También en el ámbito de la figuración el andaluz Antonio Reiné ha creado Fulgor, una de las piezas que quizá más ha impresionado al público por su fuerza. Se trata de un torso femenino que emerge literalmente de la piedra, creando un intenso y sugerente contraste entre las partes esculpidas de la piedra, las horadadas de las que emerge y las pulidas que la envuelven.

El jurado que selecciona las obras proyectadas por los participantes en el simposio lo hace teniendo en cuenta que la mayor parte de corrientes artísticas tengan presencia, y no suelen olvidarse del geometrismo, que en la escultura de piedra, y más con el alabastro, suele dar lugar a piezas impresionantes. Es el caso de Sasho Sazdovski, procedente de Skopje (Macedonia del Norte), en cuya obra es característico el geometrismo puro y el tratamiento matemático de las formas, las aristas y los radios que forman sus figuras. En Albalate ha creado la pieza Púlsar, que hace referencia a este tipo de estrellas que gira y emite haces de luz con periodos de tiempo regulares. Técnicamente es una pieza muy compleja y resuelta de forma excelente, la más voluminosa de las cinco expuestas, que su autor crea en un primer momento a través de complejos cálculos realizados en el ordenador, antes de ejecutar la pieza en piedra.

Diametralmente opuesta en muchos sentidos aunque igualmente cautivadora es Dream Catcher, de la artista irlandesa Martha Quinn. Es una pieza completamente orgánica, muy evocadora, en la que saca partido de la traslucidez del alabastro que la convierte en una piedra única. Iluminada desde su interior, la luz destaca la piel de la piedra y contrasta con las sombras y la luz que proyectan diferentes perforaciones, de las que esta emana con mayor o menor intensidad creando un interesante juego de texturas.
 

Las cinco piezas están expuestas en el Almudín de Albalate


Y también desde la pura abstracción poética se expresa el artista checo Robert Bucek. Su obra habitualmente apela al paisaje y a su relación con las emociones humanas. Antes de llegar a Albalate realizó un intenso trabajo de documentación sobre el territorio del Bajo Martín, y a lo largo del simposio no se ha separado de su cámara fotográfica capturando paisaje tras paisaje. Propone una pieza en la que se ven representadas las colinas del bajo Martín jalonadas por construcciones humanas, algunas de ellas en ruinas, que de algún modo están todas interconectadas. El volumen combina ángulos vivos y aristas con ondulaciones reflejando la complejidad y la riqueza de esa interactuación entre paisaje y habitante del territorio.

Balance positivo

Santiago Martínez, al frente del Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro y organizador del simposio desde 2017, hizo un balance muy positivo de lo que han dado de sí estas residencias artísticas. “Ha sido un simposio más pequeño pero excepcional”, explica en referencia a que este año ha acogido a un menor número de artistas. “El desarrollo del trabajo de los artistas y la convivencia entre ellos y con la gente del pueblo ha sido perfecta, y los artistas han regresado a sus casas enamorados del alabastro, de la zona y de la hostelería que tenemos”.

En lo creativo el feedback de los artistas fue muy bueno, ya que no hubo elementos externos que les obligaran a cambiar los proyectos que tenían en mente. “A veces el tamaño del bloque de alabastro determina la pieza que puedes hacer, porque no siempre puedes conseguir un bolo de determinadas dimensiones”, explica Martínez. “Pero en esta ocasión United Alabaster, exportadora de La Puebla de Híjar, nos proporcionó de forma altruista unas piezas estupendas, de grandes dimensiones, que no han ocasionado ningún problema”.

Y es que pocas piedras tienen tantas particularidades, tanta vida al margen de lo que el artista decida hacer con ellas, como el alabastro. Eso la convierte en un compañero de andanzas del escultor, más que una simple materia prima que desbastar. Y por eso en el Simposio se pone mucho énfasis en dar a conocer esa vida a los escultores, porque una vez que se conoce es difícil volver a ver un pedazo de alabastro con los mismos ojos.
 

Robert Bucek posa junto a la obra que ha creado durante el simposio


Además de organizar visitas nocturnas y diurnas por Albalate y la contornada para impregnar a los participantes en el simposio del territorio -la gran presencia de buitres en el Barranco de La Hoz les dejó especialmente impresionados-, también se visitaron las canteras o el aserradero de Exportadora Turolense, donde Pedro Salvador les explicó todo el proceso primario, desde que se arranca un bolo de alabastro hasta que se transforma en tochos, cilindros o lonchas para trabajar. “Héctor Gil y Antonio Salvador nos explicaron muy bien sobre el terreno en las canteras como se extrae, las dificultades que conlleva y también cómo se restauran las canteras”, explica Santiago Martínez, que afirma: “El alabastro es un material muy raro con unas particularidades que empiezan en su propia formación, que nos explicó Sebastián Gargallo, y su minería. Para un escultor es importantísimo conocer la piedra que trabaja, y al ser esta tan especial, fue una visita absolutamente interesante para ellos”.

La interacción entre los vecinos, los artistas, el territorio y los organizadores del simposio es quizá lo más importante de la cita, porque más allá de promocionar el alabastro entre los escultores y de que tras su estancia dejen una pieza en Albalate, con mucha frecuencia se crean lazos artísticos y creativos que eclosionan más tarde. “De este simposio han vuelto a surgir varios proyectos y relaciones que estoy seguro de que darán su fruto”, afirma Martínez.
 

El gaditano Antonio Reiné durante su trabajo en el Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro de Albalate


Ahora las cinco piezas que han sido creadas durante el 14º Simposio Internacional de Escultura en Alabastro de Albalate podrán verse expuestas hasta después de Reyes en el Almudín, en un espacio público donde se exhiben por primera vez pero que resulta muy apropiado.

Y tras Reyes, los cinco volúmenes serán trasladados a la Casa de Cultura junto al resto de la colección de esculturas en alabastro, que forman ya una importante colección de en torno a 80 piezas de artistas de todo el mundo. Muchas de ellas -las realizadas desde 2017- se exponen de forma permanente en la Casa de Cultura de Albalate, mientras que otras se encuentran en el CIDA o en diferentes espacios públicos.

El Simposio Internacional de Escultura en Alabastro de Albalate está organizado por el Ayuntamiento de Albalate del Arzobispo con el apoyo de la Comarca del Bajo Martín, la Diputación de Teruel, la Asociación para el Desarrollo Integral del Bajo Martín y Andorra-Sierra de Arcos (Adibama) y varias empresas locales, como Exportadora Turolense, Yesal y Josval Compresores, dedicadas a la producción y comercialización en el ámbito del alabastro.

Restauración del retablo de Francisco Rallo

A lo largo del simposio, que ha tenido lugar entre el 4 y el 15 de diciembre, el Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro también recibió la visita de un grupo de personas de La Puebla de Híjar, interesadas en el proyecto de restauración que allí se está llevando a cabo sobre el retablo que el alcañizano Francisco Rallo Lahoz creo en Alabastro para la iglesia de La Puebla.

Tras seis meses, la primera fase de ese proyecto de restauración está a punto de finalizar, tras un trabajo concienzudo por parte de Pilar Martínez y Andrea Cantos, de la empresa zaragozana Metopa. La directora de esta empresa de restauración patrimonial, Cristina Marín, explicó junto a Paco Rallo, el hijo del autor, la historia y el proceso de consolidación de ese extraordinario retablo en alabastro.

Fue creado en 1959 y a comienzos de este siglo tuvo que ser retirado porque la humedad estaba causando estragos. Tras años en punto muerto, se consiguió financiación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y, en colaboración con los ayuntamientos de La Puebla, de Albalate y de la Comarca del Bajo Martín, se ha procedido a su restauración. El azar quiso además que esta primera fase para evitar el deterioro del retablo en piedra blanca de Francisco Rallo coincidiera con el centenario de su nacimiento, en 1924.

Este proyecto, que ha abierto además una nueva línea de trabajo para el CIDA, la de la restauración de patrimonio, está a punto de finalizar su primera fase de limpieza, restauración y consolidación, que ha evitado que la pieza se pierda. Hecho lo más urgente, ahora comienza la búsqueda de financiación para las dos restantes. Consistirán en reponer algunas lagunas y fragmento que no se conservaron, y por último en colocar de nuevo en retablo en su lugar original de la iglesia de La Puebla de Híjar.

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