Síguenos
Mariano Pastor: “Ha sido un privilegio trabajar junto a escultores profesionales” Mariano Pastor: “Ha sido un privilegio trabajar junto a escultores profesionales”
El albalatino Mariano Pastor, junto a su pieza en alabastro titulada ‘Nazarosky’. Darío Escriche

Mariano Pastor: “Ha sido un privilegio trabajar junto a escultores profesionales”

El marmolista es el primer albalatino que participa en el Simposio Internacional del Alabastro
banner click 236 banner 236

Mariano Pastor Bernad es un marmolista de Albalate del Arzobispo que acumula cerca de cuarenta años de profesión, en el campo de la construcción, del arte funerario y de la decoración en piedra para exterior e interior. Pero además de ser un buen profesional técnico, se considera un artesano, “muy perfeccionista” y enamorado de la talla en alabastro, la piedra blanca de la que su pueblo puede presumir de tener algunos de los mejores yacimientos del mundo.

Este verano se inscribió en la primera edición del Curso de Iniciación a la Talla del Alabastro, organizado en colaboración por el Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro (CIDA), la Universidad de Verano de Teruel y la Fundación Antonio Gargallo. Y de postre hace quince días se convirtió en el primer albalatino inscrito en el Simposio Internacional del Alabastro de Albalate, que acabó el domingo pasado con la inauguración de las piezas realizadas por los nueve artistas participantes en el Centro Cultural Alfonso Zapater.

Pastor lleva desde la primera edición, en 2003, siguiendo con atención es desarrollo de ese simposio. “Como aficionado a la escultura y al alabastro tenía el sueño de participar en él desde hace años. Y este año que podía he decidido materializar el sueño y presentarme”.

La de Mariano Pastor fue una de las 80 solicitudes para las nueve plazas del simposio, que deben presentar un proyecto escultórico a realizar durante las dos semanas que dura. Según Santiago Martínez, coordinador del Simposio que organiza el CIDA, “la maqueta de su propuesta estaba directamente realizada en alabastro, y pasó el corte porque era una pieza muy interesante y bonita, en alabastro marrón que tiene zonas pulidas y zonas en las que se ve la corteza del bolo”.

Su escultura, titulada Nazarosky (Qué bien sonarías...) es una pieza figurativa que representa un timbal de la Cofradía del Nazareno de Albalate, a la que él mismo pertenece, a tamaño natural. Sobre el parche se ve una de sus manos sujetando los palillos, y el tercerol que cubre la piel del tambor. “De algún modo quería hacer un homenaje al tambor, y representar lo que sentimos después de los dos años que llevamos sin poder tocar por culpa de la pandemia”, asegura el escultor. En la parte posterior del tambor la superficie de la corteza del bolo de alabastro está desbastada en bruto, sin pulir, lo que contrasta con el brillo del resto de la piedra y ofrece una buena perspectiva del propio proceso de trabajo.

Detalle del trabajo en basto sobre la pieza por parte de Pastor, durante el Simposio de Albalate del Arzobispo. Darío Escriche

El turolense reconoce que este era su primer gran proyecto a nivel artístico, aunque después de casi cuarenta años con mármol, granito, piedras y conglomerados de sílice, últimamente el alabastro es el material con el que más trabaja. Pero para él “ha sido todo un reto enfrentarme a un proyecto de esta envergadura, con tan poco tiempo para realizarlo y compartiendo trabajo con profesionales tan experimentados “. Y es que Pastor ha trabajado en esta decimotercera edición del simposio junto a escultores como Tanya Preminger, Noemí Palacios, Yumni Lee o Lara Steffe, entre otros escultores profesionales con formación artística, miles de horas de vuelo y numerosas esculturas con su firma en colecciones privadas y espacios públicos de todo el mundo. En este sentido Mariano Pastor asegura que se ha sentido “muy privilegiado de poder participar en el Simposio junto a grandes artistas, y pudiendo de sus técnicas y habilidades”.

Sin embargo el albalatino conoce muy bien la técnica de la talla en piedra, el uso de herramientas y el comportamiento de todo tipo de piedras, incluido el alabastro. Sobre ella, explica que “es más fácil de trabajar por ser menos duro que otras piedras. Tiene una talla amable y muy agradecida y su translucidez lo hace muy especial y abre un mundo de posibilidades. Se pueden afrontar proyectos que en otras piedras serían impensables o muy costosos de realizar”.

Sin embargo también reconoce que no todo el monte es orégano, y que los bolos de alabastro de vez en cuando deparan sorpresas desagradables. “Esta piedra es una caja de sorpresas, y su veteado y el volumen limitado que pueden presentar los bolos, pueden ocasionar más de un problema para la realización de algún proyecto”. Y es que la piedra se presenta en la cantera en forma de bolos de un tamaño y forma caprichoso, por lo que conseguir grandes piedras macizas de más de un metro de diámetro no es fácil. Y sea cual sea su tamaño, una vez que el artesano comienza a arañar el material en ocasiones se encuentra con veteados o degradaciones de color en el interior de la piedra que pueden frustrar el proyecto escultórico.

Sin embargo las cualidades de dureza y translucidez lo convierten en un material muy versátil, especialmente en combinación con la luz, “que no está lo suficientemente explotado”. Según Mariano Pastor, “siendo el mayor yacimiento a nivel mundial, apenas se saca de aquí producto elaborado, y se vende a todo el mundo, que lo trabajan y probablemente lo presenten como suyo”. “Por eso precisamente es tan importante realizar este tipo de eventos” que contribuyan a impulsar la imagen de marca del alabastro del Bajo Martín, afirma.

Seguro que el timbal semanasantista no es el último proyecto artístico en alabastro de Mariano Pastor, quien se queda sobre todo con “el privilegio que ha supuesto compartir estos días con escultores profesionales, aprendiendo constantemente de su buen hacer” durante los quince días que han trabajado juntos en la sede del CIDA de Albalate. “Se crea un ambiente extraordinario, y su recuerdo, junto a la buena organización y la satisfacción de la obra realizada, es sin duda lo mejor que me llevo de este simposio”.

 

El redactor recomienda