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Llueve tarde para el almendro: el Bajo Aragón arranca uno de cada cuatro árboles de secano Llueve tarde para el almendro: el Bajo Aragón arranca uno de cada cuatro árboles de secano
Almendros arrancados en un campo del Bajo Aragón. Uaga

Llueve tarde para el almendro: el Bajo Aragón arranca uno de cada cuatro árboles de secano

Uaga pide un plan de reconversión a Javier Rincón para salvar las explotaciones de fruto seco
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Las intensas lluvias de la dana de finales de octubre y las que han caído esta semana garantizan, este año sí, cosechas aceptables en los leñosos y el cereal del Bajo Aragón. Sin embargo, las precipitaciones han llegado tarde para el almendro. Tras más de un año de sequía extrema, los agricultores se han decantado por arrancar 5.000 hectáreas, lo que supone el 25 por ciento de todas las variedades de secano en la zona. Uaga pide un plan de reconversión al Gobierno de Aragón que garantice el futuro de las explotaciones familiares, con facilidades para replantar con los árboles más resilientes a las nuevas condiciones climáticas.

Tractores arrancando leñosos en los casos más agudos y motosierras pelando ramas de los árboles que se pueden sanear y salvar. Esta ha sido la fotografía en los almendros de la Tierra Baja después de la última cosecha, que no logró coger ni el 50% de la almendra de un año corriente.

La falta de productividad de una cuarta parte de los árboles de secano ha llevado a los agricultores a arrancar almendros que se han secado. Esto ha sido así en el Bajo Aragón ampliamente comprendido, el que abarca las comarcas del Bajo Aragón, Bajo Martín, Matarraña, Andorra-Sierra de Arcos y parte de Maestrazgo y Cuencas Mineras, en Teruel; y Bajo Aragón-Caspe, Campo de Belchite y Ribera Baja del Ebro, en Zaragoza.

El motivo ha sido la pertinaz sequía. “Ha estado más de un año sin llover. La última lluvia en condiciones fue en septiembre de 2023 y hasta la dana de finales de octubre de 2024 no cayó nada”, señaló el agricultor asociado a la Uaga David Andreu, residente en Valdealgorfa, donde este fin de semana el ayuntamiento promueve la Feria de la Almendra.

“Ya lo veíamos venir. El almendro si no pasa un buen invierno se seca, no es como el olivo que tira la oliva sino que saca el fruto adelante, pero el árbol sufre”, explicó. La gota que colma el vaso en algunos casos es el gusano cabezudo. “La sequía favorece el desarrollo de este insecto, que acelera el proceso de muerte del árbol”, dijo este jueves en el arranque de las jornadas técnicas de la feria de Valdealgorfa el jefe de la Unidad de Gestión Integrada de Plagas del Gobierno de Aragón, Carlos Lozano.

“Estamos arrancando en un año todo lo que podemos. La idea es cambiar de variedad, en el caso de afecciones a campos enteros, o incluso de cultivo –algunos apuestan por el olivar–, pero si son árboles aislados hay que replantar huecos. Tenemos que cortar las ramas, triturarlas o quemarlas, y llevarnos la leña. En un año no somos capaces de arrancar y replantarlo todo”, indicó Andreu.

Un plan para replantar

Pese a solicitarlo activamente, el sector de los leñosos quedó fuera del decreto de la sequía por el que el Gobierno de Aragón sí destinó en 2024 un total de 8,2 millones de euros a cereal de secano y la ganadería extensiva.

“Ayudas no hay pese a que las estamos pidiendo al Gobierno de Aragón desde el minuto cero. Cuando empezó la sequía en el cereal dijimos que los leñosos la iban a sufrir”, dijo Andreu, si bien “no se ve tan rápido” sino que es “a más largo plazo”.

De modo que, en la última reunión que mantuvo el pasado febrero con el consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Ejecutivo autonómico, Javier Rincón, Uaga propuso, entre otras cuestiones que afectan al sector en general, “un plan de reconversión” en particular para el sector del almendro que genere ilusión “para volver a plantar”, y no tanto ayudas directas. “No lo vio con malos ojos”, indicó Andreu, pero todavía no hay avances en la negociación.

Este plan trataría de restituir las 5.000 hectáreas afectadas en el almendro por “otras variedades más adaptadas al clima” actual, una medida cuya inversión Uaga cuantifica en 5 millones de euros (a razón de 1.000 euros por hectárea teniendo en cuenta los gastos de arranque, destrucción del árbol, compra de la planta y plantación).

No obstante, a este importe habría que sumar el lucro cesante de “todo lo que es la pérdida de la producción”, puesto que hasta “cuatro o cinco años” después de la plantación los árboles no empiezan a dar frutos. “En comparación con un asalariado, es como si durante todo este tiempo al agricultor le quitaran un 25% de la renta. Es mucho”, señaló Andreu, que fue miembro de la Comisión Ejecutiva de Uaga-Coag y responsable de olivo y almendra del sindicato agrario. Y es que “el almendro prácticamente no lo asegura nadie porque apenas cubre y es muy caro porque tiene mucho riesgo”.

Uaga espera que el plan de reconversión que plantea cuente con las últimas investigaciones del CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón), que “ha avanzado mucho” en el estudio de las variedades que se están adaptando mejor al cambio climático.

Colapso administrativo

En la reunión con Javier Rincón de febrero, Uaga reclamó al consejero de Agricultura “más ambición para disponer de un presupuesto que permita afrontar las necesidades de la consejería, que defienda el modelo de agricultura familiar y que resuelva la falta de personal en las Oficinas Comarcales Agroambientales (OCAs)”.

Las OCAs y los Servicios Provinciales de Agricultura han perdido un alto número de personal técnico como consecuencia del proceso de estabilización de plazas que busca reducir la tasa de temporalidad en el sector público. “Esta situación ha generado un importante colapso administrativo que afecta a los expedientes de modernización e incorporación, las alegaciones a los controles administrativos de la PAC, las solicitudes de derechos a la reserva nacional, las alegaciones al SIGPAC, las ayudas agroambientales” o “las concentraciones parcelarias”, denuncia el sindicato agrario. Todo ello “deriva en importantes retrasos en los pagos que han de percibir agricultores y agricultoras”.

“Si se incrementan los controles administrativos y la carga burocrática, es inconcebible que se desmantelen las oficinas que deben resolver esas incidencias”, apostilló Uaga.

El sindicato compara el esfuerzo de Cataluña para dar respuesta al “agravamiento de las condiciones del sector primario derivado del conflicto bélico en Ucrania y de la sequía en 2024”. El presupuesto dio allí para los productores de cereal, olivo, frutos secos, viña y fruta dulce, mientras que en Aragón solo llegó para el cereal de secano y la ganadería extensiva.

Tras dos campañas de sequía, la rentabilidad de las explotaciones está “al borde del colapso”, lamenta Uaga, que pide a Rincón que acelere la reforma de la Ley de protección y modernización de la agricultura social y familiar”.

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