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El pastoreo en almendros impulsa la biodiversidad en el Bajo Aragón y Matarraña El pastoreo en almendros impulsa la biodiversidad en el Bajo Aragón y Matarraña
Sandra Lobón durante la introducción de las conclusiones del proyecto OvAl-Te en Torrecilla de Alcañiz. P.A

El pastoreo en almendros impulsa la biodiversidad en el Bajo Aragón y Matarraña

Profesionales debaten los retos y beneficios de esta práctica durante las conclusiones del proyecto OvAl-Te
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El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) presentó este martes en Torrecilla de Alcañiz los resultados del proyecto Viabilidad de sistemas mixtos de pastoreo de ovino y cultivo de almendros en condiciones de secano en Teruel (OvAl-Te), en una jornada que reunió a expertos, agricultores y ganaderos. Financiado por los Fondos de Inversión de Teruel y con una duración de tres años, el proyecto ha estudiado cómo combinar el pastoreo ovino con plantaciones de almendros en las comarcas del Bajo Aragón y Matarraña, poniendo especial énfasis en la mejora de la biodiversidad y la fertilidad del suelo.

Sandra Lobón, investigadora del Departamento de Ciencia Animal del CITA y coordinadora del proyecto, explicó el objetivo principal. "Queríamos unir dos sectores clave de la región: el ovino, que está en declive por problemas como la falta de rentabilidad y el relevo generacional, y el almendro, en auge, pero con desafíos relacionados con la degradación del suelo".

Impacto en la biodiversidad

Uno de los puntos fuertes del proyecto ha sido el impacto del pastoreo sobre la diversidad vegetal y la calidad del suelo. Según los estudios liderados por Ramón Isla, investigador del CITA, el pastoreo aumenta la materia orgánica del suelo, mejora su capacidad de almacenar carbono y no muestra efectos negativos claros en la disponibilidad de agua para los almendros si se gestiona adecuadamente. Isla precisó que los resultados en algunos aspectos aún no son concluyentes, pero subrayó que “un pastoreo bien manejado, con árboles establecidos y control sobre las cubiertas vegetales, no tiene por qué afectar negativamente la producción de almendras.”. Por su parte, Alicia Cirujeda y Gabriel Pardo, también del CITA, analizaron la riqueza vegetal en las parcelas según el manejo realizado. Concluyeron que el laboreo tradicional reduce la cobertura del suelo y la diversidad de especies, mientras que prácticas como segar o pastorear incrementan estos valores. Cirujeda destacó que “sembrar una cubierta vegetal puede aumentar la biodiversidad, pero dejando espacio bajo los árboles, se logra un equilibrio entre la producción agrícola y la mejora ecológica”.

En cuanto a la producción de almendras, los resultados fueron más variados. En la comarca del Matarraña, las condiciones de mayor precipitación favorecieron una mayor producción, mientras que en el Bajo Aragón, la producción estuvo más afectada por la sequía de los últimos años.

Además, Sandra Lobón señaló que “la calidad de las almendras varió según las condiciones climáticas, sin que se haya podido establecer un patrón concluyente”.

Encuestas

Isabel Casasús, investigadora del CITA, presentó los resultados de una serie de encuestas realizadas para recoger las percepciones, actitudes y predisposición de los agricultores y ganaderos hacia la introducción de nuevos manejos, como las cubiertas vegetales y el pastoreo en cultivos leñosos.

Muchos encuestados dijeron estar a favor de estas prácticas, destacando su capacidad para reducir la dependencia de herbicidas, combustibles y abonos, así como para disminuir la carga de trabajo de los agricultores. Además, consideran que el pastoreo es beneficioso para el suelo y la biodiversidad, aunque manifestaron ciertas reservas sobre su viabilidad en parcelas con árboles jóvenes.

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