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Los ayuntamientos alertan ante otra oleada  de robos en el Matarraña y el Bajo Aragón Los ayuntamientos alertan ante otra oleada  de robos en el Matarraña y el Bajo Aragón
Vista general de Monroyo. Comarca del Matarraña

Los ayuntamientos alertan ante otra oleada de robos en el Matarraña y el Bajo Aragón

Los ladrones entran por los balcones o fuerzan puertas para llevarse joyas y dinero al anochecer
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Una nueva oleada de robos en el Matarraña y el Bajo Aragón, con el modus operandi de la entrada por balcones y puertas forzadas al anochecer, ha levantado la alarma de nuevo en el territorio. Los ayuntamientos cercanos al puesto de la Guardia Civil en Monroyo han alertado de que se siguen produciendo allanamientos y recomiendan a los vecinos “cerrar bien puertas y ventanas”, y estar vigilantes sobre todo en las primeras horas de la noche.

Así lo emitió el pasado domingo en un bando el Ayuntamiento de Monroyo, que instó a los ciudadanos a avisar a la Benemérita “ante cualquier sospecha”. El anuncio lo replicó este lunes el cercano consistorio de Torre de Arcas, también en el Matarraña.

Según explicó el alcalde de Monroyo, Miguel Gascón, en la última semana ha habido robos al menos en La Portellada, en Aguaviva y en el Forcall, éste último en la comarca limítrofe de Els Ports de Castellón.

Todos ellos se han producido con el mismo modus operandi, alertó el regidor tras hablar con los agentes: “Entran por balcones bajos o ventanas accesibles, o rompen las puertas de cocinas con salida a terraza o lo que les resulte más fácil. Con una palanca rompen los dos o tres puntos de anclaje, entran y buscan solamente dinero y joyas. Suelen entrar en comedores y habitaciones de matrimonio, que es donde la gente tiene por costumbre guardar objetos de valor. Están cinco minutos y se van, siempre cuando cae la noche, a eso de las 18:30-19:00 horas y huyen rápido”, explicó el regidor.

Ya no hay casas abiertas

La proliferación de casos, la impunidad con la que se mueven estos grupos y la sensación de inseguridad ha llevado a los vecinos a instalar mecanismos de seguridad privada. “La gente está asustada y hemos pasado de tener las casas abiertas a instalar alarmas”, lamentó Gascón.

En Monroyo los ladrones hicieron de las suyas el día del Pilar y dos semanas más tarde repitieron. En un caso “los vieron saltar del balcón; se plantó la Guardia Civil en 10 minutos y no los pudieron localizar”, dijo el alcalde. Quienes los han visto aseguran que sus rasgos físicos coinciden con “gente del este” de Europa, “gente joven de 25 a 30 años, muy ágiles”.

“Lo único que nos consuela es que hay muchos domicilios en los que no hay nadie. Creemos que vigilan y entran donde no hay luces, y de momento no ha habido ningún daño personal”, dijo Gascón, que presiona desde su nombramiento hace un año para que el cuartel de Monroyo esté suficientemente dotado. “Estuvo a punto de desaparecer, pero tras la labor de todo el mundo se entendió que un puesto como el de Monroyo tenía que estar bien dotado. Salieron cuatro vacantes, se cubrieron y ahora tenemos un sargento y seis guardias, cuando la dotación máxima serían ocho”, concluyó.

La alcaldesa de La Portellada, Gloria Serrat, explicó que los ladrones entraron en una casa “en medio del pueblo” el pasado martes, coincidiendo con una reunión que había a las 19:00 horas en la cooperativa. “El hijo mayor fue a la reunión y los padres se quedaron en el salón mirando la televisión. Después se dieron cuenta de que les habían subido por el balcón utilizando el cable de telefonía, que quedó algo descolgado, habían forzado el balcón, revuelto los cajones y los armarios de las habitaciones. Tendrán 70 años y no se enteraron de nada”, indicó.

“No entraron en ninguna casa más. Lo pregonamos enseguida y ahora todos tenemos todo cerrado. Los propietarios llamaron enseguida a la Guardia Civil y vinieron los agentes de Monroyo porque Valderrobres no estaba abierto”, aseguró la alcaldesa.

En la localidad llevaban un tiempo sin sustos de este tipo, aunque alguna vez, en fiestas, sí han entrado en las casas. Es por ello que la Guardia Civil hace patrullas más a menudo esos días.

El alcalde de Aguaviva, Aitor Clemente, confirmó que el viernes hubo un robo en la localidad, antes del fin de semana de feria, sobre “la hora de cenar”. En el término hubo robos recientes de cables de telefonía y “hará dos años que entraron en varias casas, pero desde entonces no había vuelto a ocurrir”, explicó.

Esta oleada de robos se suma a otras que ha vivido la zona en las últimas semanas. En octubre entraron en dos casas en Cretas, coincidiendo con un acto multitudinario de las fiestas.

También hubo robos o intentos de allanamiento de morada en Castelserás, La Codoñera y Torrecilla de Alcañiz, en algunos casos a plena luz del día antes del cambio de hora, aunque también en torno a las 19:00 horas.

En Alcorisa, un grupo de vecinos del barrio del Camino Hondo promueve una recogida de firmas para solicitar formalmente a las administraciones públicas un aumento de agentes de Guardia Civil y Policía Local en la localidad bajoaragonesa, así como inversiones materiales disuasorias. Denuncian que en los últimos meses han sufrido una “oleada de robos, hurtos y actos vandálicos” que generan “un clima de inseguridad entre los vecinos, comerciales y empresas”.

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