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Detectan una nueva plaga,  la avispilla del almendro, que entra por el Bajo Martín Detectan una nueva plaga,  la avispilla del almendro, que entra por el Bajo Martín
Almendra atacada por ‘Eurytoma amygdali’ (avispilla del almendro)

Detectan una nueva plaga, la avispilla del almendro, que entra por el Bajo Martín

La DGA detalla en Valdealgorfa cómo atajar el problema
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La avispilla del almendro (Eurytoma amygdali) ha entrado en la provincia a través del Bajo Martín. Esta plaga, que ataca únicamente el fruto, puede llegar a causar pérdidas de más del 80 por ciento de la producción.

Así lo advirtió este jueves en Valdealgorfa el jefe de la Unidad de Gestión Integrada de Plagas del Gobierno de Aragón, Carlos Lozano, que impartió una charla sobre el sistema de avisos fitosanitarios en Aragón para abrir las jornadas técnicas de la XII Feria de la Almendra y Productos Artesanos. Le acompañó el especialista en sanidad del olivar de la OCA de Alcañiz, Rafael Jarque.

La avispilla del almendro es un himenóptero de la familia Eurytomidae considerado una de las plagas más graves del almendro. La primera detección en España, según señala el propio Lozano en un informe, tuvo lugar en Albacete en 2010. En Aragón entró en 2015 y en 2016 en la Comunidad Valenciana.

El proceso

En primavera, tras el apareamiento, las hembras introducen los huevos (blanquecinos, de forma arriñonada) en el interior de los frutos. Tras la eclosión, las larvas se alimentan de las pepitas hasta completar su desarrollo entre julio y agosto, momento en que los frutos atacados ya presentan un aspecto deshidratado y un color pardo-grisáceo. Las larvas dejan de alimentarse y entran en fase de diapausa, mientras que los frutos no caen al suelo y durante el otoño se ponen negros. El individuo pasa a fase de pupa entre febrero y marzo. Ya de adulto, a finales de marzo perfora con sus mandíbulas la cáscara de la almendra y sale al exterior.

El daño consiste, pues, en el consumo de almendras por parte de las larvas. Los primeros síntomas suelen aparecer en torno a los meses de junio y julio y se van agudizando hasta la recolección en septiembre. Estas almendras están unidas a las ramas y no se desprenden. La presencia de almendras negras y con un orificio circular de 1 o 2 milímetros de diámetro es el síntoma definitivo.

Prevención y control

Como método de prevención, es preciso retirar y destruir, antes de primavera, las almendras momificadas. Los tratamientos químicos deben ir orientados al control de los adultos. No son eficaces en el control de las larvas, pues se protegen en el interior durante todo su desarrollo. Para que los tratamientos sean efectivos, resulta imprescindible aplicarlos pocos días después de la manifestación de los primeros adultos en campo y es de vital importancia detectar cuándo tiene lugar esa emergencia. Las fechas en las que aparecen los primeros adultos varían de un año a otro, acelerándose en años más calurosos.

Es importante, además de usar la materia activa lambda cihalotrin, instalar trampas para detectar la salida de los adultos.

Este insecto estaba identificado hasta ahora al sur del Ebro, pero un técnico de Atria lo localizó la semana pasada en el Bajo Martín. Es previsible que se siga extendiendo y desde Plagas quieren instalar puntos de control.

El responsable de plagas instó al agricultor a conocer si tiene o no el insecto, a través de la apertura de almendras pelonas de color negro, en cuyo interior encontrarían la pupa, la forma hibernante del insecto. A partir de ahí, conviene estar al tanto de los avisos a través de la aplicación móvil RedFAra Info para conocer el momento exacto del tratamiento.

El gusano cabezudo (capnodis Tenebrionis) también salió a colación en la charla. Lozano lamentó que aún “no hay métodos de control” para esta plaga que se ceba con el árbol de secano.

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