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El Bajo Aragón afronta una “pésima” campaña de aceite, pero la DOP llega  a los 2 millones de litros El Bajo Aragón afronta una “pésima” campaña de aceite, pero la DOP llega  a los 2 millones de litros
Dos agricultores trabajan uno de los olivos en La Portellada. Víctor Vidal

El Bajo Aragón afronta una “pésima” campaña de aceite, pero la DOP llega a los 2 millones de litros

Se ha alcanzado el 5% de una cosecha normal debido a la sequía, lo que ha afectado a la variedad empeltre
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La campaña de aceite 2024/2025 en el Bajo Aragón ha alcanzado mínimos históricos que, según los profesionales “no se veían desde hace tiempo” debido a la sequía de la zona y por ende, una desmejora del olivo.

Según explicó Alfredo Caldú, presidente de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Aceite del Bajo Aragón, este año “la producción apenas alcanza el 5% de lo que sería una cosecha normal”. En términos absolutos, el volumen estimado es de dos millones de litros de aceite, frente a las 10.000 toneladas que se alcanzaron en años con buenas condiciones. Este desplome ha dejado al sector sumido en la incertidumbre y aunque Caldú reconoció que los dos millones es una cifra “suficiente” para la DOP, todavía existe cierta incertidumbre. “Confiamos en que vamos a tener aceite para todo el año, pero no lo tenemos muy claro todavía. También dependerá un poco de la demanda existente”, dijo. Además, también explicó el foco del problema. “Este año se han juntado varias cosas. La vecería ya anunciaba una cosecha baja, pero la sequía lo ha empeorado todo”, explicó el presidente.

La vecería, fenómeno natural que alterna años de alta y baja producción, es especialmente marcada en los olivos del Bajo Aragón, en su mayoría de secano y de la variedad empeltre. Sin embargo, el impacto climático ha intensificado esta caída cíclica. Según David Andreu, responsable del sector del olivo en la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), “la sequía ha sido tan dura que en algunos municipios ni siquiera ha habido producción”. La zona del Bajo Aragón ha estado marcada por una cosecha nula en cuanto a secanos. Sin embargo, varios profesionales del sector han coincidido en que los regadíos han resultado más favorecidos. “En cuanto a los regadíos, podríamos decir que han sido favorecidos con un 20-25% de una producción normal, no mucho más”, dijo Andreu.

Por su parte, Víctor Vidal, agricultor ecológico en La Portellada, explicó que esta campaña ha sido “nefasta y prácticamente nula”. En muchos casos, los agricultores ni siquiera han acudido a recoger aceitunas. “Solo hemos cogido unas pocas para autoconsumo”, indicó Vidal, quien añadió que la variedad empeltre, característica de la región, ha sido la más perjudicada, incluso en zonas de regadío.

La escasez de precipitaciones ha sido el principal factor detrás de esta grave crisis. “Hemos salido del invierno en sequía y no ha llovido hasta el otoño. Sin agua, los árboles están agotados”, explicó Vidal, quien señaló que muchos olivos han llegado a perder la hoja y, en algunos casos, parecen haber muerto. Este agotamiento, como han indicado algunos de los profesionales, se ha visto agravado por la vecería. Además, las altas temperaturas durante la floración impidieron un buen cuajado del fruto, especialmente en los olivos de secano. Muchos de los agricultores tienen esperanza en que, para la próxima campaña, los árboles estén en mejores condiciones.

Repercusión en las almazaras

La crisis de la cosecha también ha afectado directamente a las almazaras de la zona, que este año han visto en la obligación de reducir drásticamente su actividad. Vidal explicó que la baja producción ha llevado a que muchas almazaras no puedan operar con normalidad. “Hay cooperativas que no han puesto en funcionamiento su molino, como por ejemplo puede ser el caso de las más pequeñas como Lledó, puntos de recogida como en La Portellada o Pueyos en Alcañiz, que recogía aceituna para La Codoñera”, explicó.

Este también ha sido el caso de la cooperativa de Valjunquera. Luis Antonio Gómez, su gerente explicó la imposibilidad de un trabajo normal como en cualquier otra campaña. “Este año hemos recogido tan solo 25.000 kilos, cuando otros años algunos socios llegaban a traer hasta 100.000 kilos. Con esos datos no podíamos poner el molino en marcha, así que llevamos las aceitunas directamente a la Calandina”.

En otras localidades, la falta de aceitunas también ha obligado a reorganizar la actividad. En Alcorisa, por ejemplo, la almazara pasó de trabajar 60 días en una campaña normal a tan solo 11. De la misma manera ha sucedido en Valdealgorfa, donde han tenido que prescindir de personal. “En tema de trabajadores solo hemos estado tres personas para medio mes escaso, cuando de normal estamos el doble de personal durante seis meses. No hemos llegado al 7% de aceite producido”, explicó Antonio Sancho, gerente de la cooperativa de Valdealgorfa.

Por otro lado, algunas cooperativas han decidido llevar directamente su producción a puntos asociados. “La cooperativa de Mas de las Matas hace años que ya trae aquí toda su producción. Con los cambios en normativas y sanidad, no les merece la pena abrir”, indicó Antonio Cerdán, gerente de la cooperativa Calandina.

A nivel económico, las consecuencias son devastadoras. "En los años buenos se nota una gran mejora en la economía de las comarcas, pero ahora hay mucha incertidumbre. Cuando todo va bien en este sentido, se nota en los pequeños comercios, incluso en la venta de vehículos", lamentó Andreu, de UAGA. La falta de seguros accesibles para los olivareros y el descenso en los precios han encendido las alarmas en el sector, que exige medidas urgentes.

En cuanto a los precios, según datos de Asaja Jaén, el precio medio del aceite de oliva virgen extra esta semana se sitúa en 4,437 euros el kilogramo, marcando un incremento respecto a semanas anteriores. Por su parte, el aceite virgen y el lampante presentan cotizaciones ligeramente menores, 3,889 y 3,739 euros el kilogramo respectivamente.

En el caso del Bajo Aragón, según el almazarero de Valdeltormo, Gabriel Alcober, los precios “siguen siendo buenos”, aunque hayan caído. “En nuestro caso, el año pasado el precio de venta público estaba en 10 euros el litro, y ahora mismo estamos entre 7 y 8 euros. En este caso, el andaluz esté alrededor de los 5 euros, nosotros estamos ahora mismo en otros niveles”.

Desde UAGA se sigue reivindicando una regulación de los precios. “El año pasado el aceite virgen extra llegó a pagarse a los agricultores en algún momento a 9 euros durante la campaña, y ahora está alrededor de 4 o 5 euros. Ni lo del año pasado ni lo de este. Hay que seguir pidiendo para regularlo”, dijo.

 

Un paisaje que deja un panorama desolador en los olivos del Matarraña.V.V

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