Vecinos de Valdealgorfa recogen agua que suministra un camión de Bomberos, en una foto del pasado 5 de diciembre
Valdealgorfa y La Codoñera recuperan la potabilidad del agua de grifo
La situación en los municipios de Cueva Foradada mejora desde la visita del IAA, pero siguen las restricciones en Castelnou, Samper de Calanda y La Puebla de HíjarEl IAA modernizará la cloración en los depósitos de los pueblos que se abastecen de Cueva Foradada
Valdealgorfa y La Codoñera reciben los primeros litros de agua de los bomberos
Los ayuntamientos de Valdealgorfa y La Codoñera informaron este viernes por la tarde que el agua de grifo “ya es potable para el consumo humano” después de las últimas analíticas.
Concluye, de esta forma, un episodio que ha durado once días en los que los vecinos no han podido beber agua de boca ni cocinar con ella debido a la detección de un leve exceso de trihalometanos en los análisis de la red de abastecimiento.
El suministro de agua de estos municipios proviene de la estación potabilizadora de Calanda, que garantiza niveles óptimos al inicio del proceso. Sin embargo, el agua recorre largas distancias y se almacena en depósitos intermedios, lo que puede ocasionar alteraciones en los parámetros. Los trihalometanos son un subproducto generado por la reacción del cloro con materia orgánica consecuencia de las últimas lluvias fuertes.
Los municipios se han visto obligados a repartir agua potable a través de camiones cisterna proporcionados por los Bomberos de la Diputación de Teruel, una situación idónea con la que se salvó el puente festivo de la semana anterior que llenó los pueblos.
Continuaban este viernes sin agua potable Castelnou, Samper de Calanda y La Puebla de Híjar. En este caso, beben del embalse de Cueva Foradada, ubicado en Oliete, cuya red de distribución, de más de cien kilómetros, acumula más de cien días de interrupciones en el suministro desde las tormentas de septiembre, agravadas con la dana.
Parecen funcionar poco a poco las instrucciones del Instituto Aragonés del Agua (IAA), que desde octubre asesora a la Comarca del Bajo Martín, responsable de la potabilizadora ubicada en término municipal de Oliete. En primer lugar, el organismo recomendó la sustitución tanto de las bombas como de la arena de sílice de los ocho filtros de la estación potabilizadora de Cueva Foradada. En segundo lugar, llegó la mejora del sistema automático de limpieza de los filtros, y la renovación y sensorización en continuo de la dosificación de floculantes previa a la entrada del agua bruta a los filtros para mejorar la eficiencia y funcionamiento de los mismos.
Además, el IAA se comprometió la semana pasada en una reunión en la sede de la Comarca del Bajo Martín a financiar la actualización y modernización de los sistemas de cloración de los depósitos de agua de los nueve municipios que se abastecen del embalse (Ariño, Oliete, Albalate del Arzobispo, Híjar, Jatiel, Castelnou, Samper de Calanda, La Puebla de Híjar y Urrea de Gaén) y que tienen problemas de potabilidad desde septiembre.
El 2 de diciembre, el agua era apta para el consumo en Híjar, Jatiel, Castelnou, Ariño, Oliete y en el polígono de la Puebla de Híjar. Se han sumado en los últimos 10 días a la potabilidad Albalate del Arzobispo y Urrea de Gaén, aunque se ha caído Castelnou de la lista.
Antes de marzo, el Bajo Martín habrá reparado la toma flotante para captar a tan solo dos metros por debajo de la lámina de agua del embalse, con lo que se evitará turbidez. Las obras ya están adjudicadas.
El problema es la presencia de materia orgánica en el agua que, al reaccionar con el cloro, produce los trihalometanos, cuyo consumo se declara no apto por encima de los 100 microgramos por litro de agua. Es la misma situación que sobrevino la semana pasada en Valdealgorfa y La Codoñera.
Concluye, de esta forma, un episodio que ha durado once días en los que los vecinos no han podido beber agua de boca ni cocinar con ella debido a la detección de un leve exceso de trihalometanos en los análisis de la red de abastecimiento.
El suministro de agua de estos municipios proviene de la estación potabilizadora de Calanda, que garantiza niveles óptimos al inicio del proceso. Sin embargo, el agua recorre largas distancias y se almacena en depósitos intermedios, lo que puede ocasionar alteraciones en los parámetros. Los trihalometanos son un subproducto generado por la reacción del cloro con materia orgánica consecuencia de las últimas lluvias fuertes.
Los municipios se han visto obligados a repartir agua potable a través de camiones cisterna proporcionados por los Bomberos de la Diputación de Teruel, una situación idónea con la que se salvó el puente festivo de la semana anterior que llenó los pueblos.
Continuaban este viernes sin agua potable Castelnou, Samper de Calanda y La Puebla de Híjar. En este caso, beben del embalse de Cueva Foradada, ubicado en Oliete, cuya red de distribución, de más de cien kilómetros, acumula más de cien días de interrupciones en el suministro desde las tormentas de septiembre, agravadas con la dana.
Parecen funcionar poco a poco las instrucciones del Instituto Aragonés del Agua (IAA), que desde octubre asesora a la Comarca del Bajo Martín, responsable de la potabilizadora ubicada en término municipal de Oliete. En primer lugar, el organismo recomendó la sustitución tanto de las bombas como de la arena de sílice de los ocho filtros de la estación potabilizadora de Cueva Foradada. En segundo lugar, llegó la mejora del sistema automático de limpieza de los filtros, y la renovación y sensorización en continuo de la dosificación de floculantes previa a la entrada del agua bruta a los filtros para mejorar la eficiencia y funcionamiento de los mismos.
Además, el IAA se comprometió la semana pasada en una reunión en la sede de la Comarca del Bajo Martín a financiar la actualización y modernización de los sistemas de cloración de los depósitos de agua de los nueve municipios que se abastecen del embalse (Ariño, Oliete, Albalate del Arzobispo, Híjar, Jatiel, Castelnou, Samper de Calanda, La Puebla de Híjar y Urrea de Gaén) y que tienen problemas de potabilidad desde septiembre.
El 2 de diciembre, el agua era apta para el consumo en Híjar, Jatiel, Castelnou, Ariño, Oliete y en el polígono de la Puebla de Híjar. Se han sumado en los últimos 10 días a la potabilidad Albalate del Arzobispo y Urrea de Gaén, aunque se ha caído Castelnou de la lista.
Antes de marzo, el Bajo Martín habrá reparado la toma flotante para captar a tan solo dos metros por debajo de la lámina de agua del embalse, con lo que se evitará turbidez. Las obras ya están adjudicadas.
El problema es la presencia de materia orgánica en el agua que, al reaccionar con el cloro, produce los trihalometanos, cuyo consumo se declara no apto por encima de los 100 microgramos por litro de agua. Es la misma situación que sobrevino la semana pasada en Valdealgorfa y La Codoñera.
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