Síguenos
Dáire, ‘you’ll never walk alone’ Dáire, ‘you’ll never walk alone’

Dáire, ‘you’ll never walk alone’

banner click 236 banner 236
Miguel Rivera

Estamos en fechas navideñas. Es habitual ver a deportistas y clubes organizar actos benéficos o solidarios: visitas a hospitales infantiles, recogidas de juguetes o de fondos para los más desfavorecidos, etc. Todo acto de bondad suele ser bien acogido por la masa social que sigue a un club. En estos últimos días he visto repetidas veces un vídeo realmente emotivo protagonizado por Dáire, un niño irlandés de 12 años que sufre Síndrome de Crommelin, una enfermedad rara que apenas sufren unas pocas personas en todo el mundo y por la cual no tiene antebrazos ni fémur en ninguna de sus dos piernas, lo que le aboca a desplazarse en silla de ruedas de por vida. Dáire es un aficionado incondicional del Liverpool y al inicio de esta temporada fue con su padre por primera vez a Anfield (“su mejor amigo es el Liverpool”, dice su madre). Su padre grabó su reacción en un vídeo, donde se le ve tan emocionado en la grada que no puede ni entonar junto al resto de la afición local el You’ll never walk alone, la famosísima canción que resuena en cada encuentro desde The Kop, la grada más famosa del mundo del fútbol.

El vídeo llegó a un ejecutivo del club, quien lo subió a Twitter, gracias a lo cual llegó al cuerpo técnico y plantilla del equipo. Jürgen Klopp, el entrenador, se emocionó viendo la pasión que Dáire mostraba por el Liverpool, por lo que decidió enviarle un vídeo personalmente, en el que le invitaba a pasar un día por las instalaciones del club y conocer de cerca a sus ídolos. La reacción del niño, que no puede contener las lágrimas, es todo lo que se necesita para entender por qué lo que hace un equipo es la cosa más importante de entre las cosas menos importantes, como decía Valdano.

El vídeo publicado estos días es precioso, muy emotivo. Podría pasar como uno más dentro de la serie de vídeos de estas fechas, como les decía al inicio. Sin embargo, creo que tiene tantos detalles que lo convierten en especial, que me detuve a verlo repetidas veces y a analizarlos y disfrutarlos pausadamente. Todo empieza con el vídeo de invitación de un Klopp especialmente sonriente y, posteriormente se relata el momento del encuentro. Se nota que no es una situación forzada por el marketing, sino que al entrenador le apetece mucho disfrutar de ese momento de conexión con Dáire. Tras la fugaz visita de alguno de sus ídolos, Klopp se dirige con la familia hacia su oficina y les enseña todas las instalaciones empujando él mismo la silla de ruedas. Es otro detalle que puede pasar inadvertido del Jürgen más personal, quien bromea constantemente con Dáire.

El momento que más me emociona del vídeo es el final: Klopp sentado en una mesa con la familia, le dice a Dáire lo siguiente: “No puedes imaginar cuánto he disfrutado de este rato, porque este club se trata de las personas que lo apoyan y tú eres uno de los más especiales. Estoy, como tú, muy cerca de llorar. Imagina una vida sin emociones, ¡qué aburrida! Dáire, amigo, eres un chico realmente especial. Pensarás que ha sido un rato muy especial para ti, pero fue un momento muy especial para mí, muchas gracias.”

En ese momento, Klopp muestra ser una gran persona, poniendo muy por delante a su invitado de la importancia o de los aires de grandeza que pueden tener los ídolos para la gente que los sigue. Creo que él entendió a la perfección de qué se trata la vida y aprendió de la positividad y la permanente sonrisa de alguien que vive condicionado por su situación. Creo sinceramente que el vídeo es una gran lección de vida.

Vuelvo a lo que decía Klopp en su despedida: imaginen por un momento vivir en un mundo sin emociones y, después, vean el vídeo del que les hablo. Feliz Navidad, que, sin duda, se trata de esto.

El redactor recomienda