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Discontinuo Discontinuo

Discontinuo

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Raquel Fuertes

Hay contradicciones que se dan en la propia denominación de las cosas, dando una idea de que lo que viene después puede coincidir con una parte de la denominación o con ninguna, creando algo nuevo que, tal vez, esté dentro del campo semántico del limbo. La verdad es que no me lo había planteado hasta ahora y seguro que llego tarde al descubrimiento de que el contrato fijo discontinuo es un oxímoron. ¿Puede ser algo fijo y discontinuo al tiempo? En nuestra regulación laboral, sí.

Ojo, que al igual que los ERTEs peinan canas, los contratos fijos discontinuos también cuentan su historia por décadas.  Pero, claro, llevamos un par de temporadas (¿o habría que contar el tiempo en campañas?) con esta modalidad de contrato en portada. Algunos lo utilizan para maquillar las cifras del paro; otros, para quejarse de la poca flexibilidad del mercado de trabajo; algunos, para decir que en España la mayor parte del empleo es estable. Mientras, los sujetos pacientes, los fijos discontinuos viven (en su mayoría) en el sinvivir de esperar a que te vuelvan a llamar, sin hacer planes y sin ningún control sobre su carrera profesional o sobre su vida personal. Tal vez esperando a perder el apellido y quedarse en sólo “fijos”.

Hace muchos años coincidí en una habitación de hospital con otra mamá. Ella había acabado su periodo de trabajo (finales del verano). Trabajaba en una horchatería (¿puede una categoría de establecimiento ser más evocadora?) y empezaba con los primeros calores y acababa con los primeros fríos. Ella lo tenía claro y así montaba su vida. Pero no es esa la realidad actual de muchos de los contratados en este régimen. Queriendo evitar la temporalidad (y la clasificación en eventualidad) se convierten en trabajadores temporales de larga duración. Cruel antítesis que me devuelve al oxímoron de la denominación: ¿fijo discontinuo? Inestabilidad. Hay trabajos en los que sí se dice al empleado cuándo va a estar activo y eso le permite programar su vida, calcular sus ingresos, pero muchos solo sienten el yugo del “¿y si me llaman? ¿y si me hacen fijo? ¿y si sí?”, sin conocer el significado de la estabilidad ni la posibilidad de hacer planes siquiera a corto plazo. ¿Y si nos lo replanteamos y favorecemos que el trabajador, además de un recurso, sea también una persona? A quien corresponda, legisle en consecuencia, por favor.

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