Los vecinos de Concud exigen a Buj que se cierren las balsas del barrio

Los vecinos de Concud han vuelto a exigir al Ayuntamiento de Teruel que hagan cumplir el decreto del cierre de las balsas de una empresa de secaderos de jamones que provocan malos olores y filtraciones que están conllevando la muerte de árboles y otras especies vegetales en la localidad. Lo hicieron durante la reunión que mantuvieron con la alcaldesa, Emma Buj, mantenida este jueves.

En el encuentro, la alcaldesa les explicó que el Ayuntamiento está todavía pendiente de un informe de Inaga que, aunque no va a cambiar nada “es un paso imprescindible para poder continuar con los expedientes”. Por ello, la alcaldesa se comprometió a que cuando esté ese informe se volverá a reunir con los vecinos de Concud para analizarlo y estudiar la situación. “La conclusión a la que hemos llegado es que esto tiene que acabar por las buenas o pueden acabar por las malas”, afirmó la alcaldesa. Así, si no se encuentra un sistema que permita que no haya esos olores, el Ayuntamiento clausurará las balsas.

Aseguró que está trabajando para que este asunto “termine por las buenas” para “poder tener la tranquilidad y la seguridad de que en el barrio de Concud no va a haber olores y por supuesto que no haya ningún tipo de filtraciones”. Recordó que el Ayuntamiento obligó a corregirlas, que se hicieron unas obras por parte de la empresa para corregirlas, “pero que en estos momentos, por lo que podemos apreciar a siempre vista, parece que vuelve a haber filtraciones”.

“Me consta que la empresa está trabajando en un sistema alternativo que podría poner en sus instalaciones que tiene en Platea y por tanto dejar de utilizar las balsas”, indicó según le trasladaron en la última reunión. Si fuera así, “el problema quedaría solucionado”, dijo Buj, pero si no los vecinos le exigieron que haga cumplir el decreto de cierre de las balsas.

Tras la reunión, el portavoz de los vecinos, Fernando Belenchón, concluyó que todo son “muy buenas palabras”, pero recordó que al final “los hechos son los que son” y hay un decreto de cierre de las balsas que no se ha ejecutado. Recordó que hay jurisprudencia sobre este asunto y que si una actividad no tiene licencia de actividad es una actividad clandestina que hay que cerrarla inmediatamente.

En su opinión, la actividad de las balsas no se pueden perpetuar en el tiempo aludiendo a otro tipo de autorizaciones, a otro tipo de pago de tasas o como en este caso a esperar a un informe del Inaga ya que esto “nada tiene que ver con el decreto”.

Para los vecinos el informe del Inaga “dirá lo que diga y dirá el camino que hay que seguir, pero no tiene que ver con el decreto”. “Lo que le hemos pedido a la alcaldesa es que cumpla su decreto. Un “ayuntamiento no puede estar en la ilegalidad. Tiene que cumplir su decreto”, insistió.

Fernando Belenchón recordó que hace dos años pusieron la primera denuncia, que tienen numerosas actas de la policía local donde dice el olor en el pueblo es nauseabundo y que lo que se echa en las balsas no es agua y sal como dice la empresa Jamones Albarracín sino que lleva restos que al descomponerse producen el mal olor.

“Lleva grasas, aceites, sólidos en suspensión, y presentaron una analítica de agua que da 2.700 miligramos de sal en litro, cuando el nivel tiene que ser 5”, recordó.

Los vecinos de Concud seguirán peleando porque finalmente se clausuren las balsas o se pongan un solución definitiva que no provoque daños medioambientales ni a la salud de los vecinos de la localidad turolense.

En la reunión estuvieron presentes también, además de una representación de la asociación vecinal, el alcalde pedáneo y el concejal de barrio rurales.
 

Posibles soluciones

La CEO de Jamones Albarracín, Isabel Dobón, ha aseverado que la compañía trabaja “desde el minuto uno” para encontrar una solución definitiva para las balsas de Concud; al tiempo que ha destacado las importantes inversiones realizadas para prevenir futuras filtraciones e implementar un nuevo sistema de tratamiento de la sal.

En un comunicado, Dobón ha subrayado que, desde el momento en que se detectó la filtración, Jamones Albarracín se encargó de implantar un nuevo sistema de impermeabilización mediante una importante obra, además de contratar una empresa externa para llevar a cabo limpiezas exhaustivas cada mes y pedir todos los permisos oportunos a la Confederación Hidrográfica del Júcar para limpiar y arreglar el barranco colindante. Además, han contratado a una empresa externa autorizada para obtener el certificado de estanqueidad de las balsas con el objetivo de garantizar que no existen más filtraciones.

En paralelo, Jamones Albarracín está probando varios sistemas piloto para mejorar la calidad del agua, reducir su consumo y el vertido a las balsas de Concud: “Nos situamos a la vanguardia del sector a nivel nacional en el uso de tecnología, lo cual nos ha llevado a realizar importantes inversiones en nuestras plantas de Teruel”.

Asimismo, Isabel Dobón ha recalcado la voluntad de la compañía turolense a la hora de solucionar este problema y no causar ninguna molestia a los vecinos de Concud. Por ello, las máximas responsables de la empresa se han reunido con el alcalde pedáneo Carlos Valero en una visita a las instalaciones de Jamones Albarracín en Platea. El objetivo de esta visita era mostrar a fondo el trabajo de la compañía y las altas condiciones de higiene y control de calidad que se aplican.

en el tratamiento de los jamones. “Hemos trasladado, tanto al alcalde de Concud como a la alcaldesa de Teruel, nuestra voluntad para resolver este problema y seguir con nuestra hoja de ruta en cuanto a ampliaciones e inversiones que se traducirán en un aumento de los puestos de trabajo en la zona”, ha señalado.