Los libros y las rosas le ganan la partida a una fría mañana en la plaza del Torico

Cientos de personas se arremolinaron un 23 de abril más alrededor de los puestos de librerías y floristas instalados en la plaza del Torico con motivo de la celebración del día de San Jorge. Ni el viento ni el frío bajo los que amaneció la capital turolense lograron aplacar la nueva tradición de regalar rosas y libros en el día de Aragón, y turolenses y turistas se congregaron en la plaza del Torico para interesarse por las últimas novedades literarias, buscar un título determinado o regalar una flor.

A la edición de 2024 del Día de San Jorge le costó arrancar en Teruel, donde un clima poco apacible ralentizó el inicio de la actividad. Tres floristas y cuatro libreros (Librería Senda-Perruca, Librería Escolar, Zombies y Princesas, Librería Tilos, Flores Valenciana, Floristería Avenida Aragón y La Floristería de Teruel) se dieron cita este martes para celebrar el día de Aragón en Teruel, y todos disfrutaron de un verdadero baño de cariño y de negocio.

El concejal de Fiestas y Turismo del Ayuntamiento de Teruel, Eduardo Suárez, recordó con tristeza el cierre de librerías, como Balmes. Suárez defendió eventos como el que se celebró en Teruel como una apuesta “por la cultura y por el comercio local”.

La gerente de la Asociación de Comerciantes Aces Teruel, Nuria Ros, dijo que la Feria supone una “apuesta por la cultura muy arraigada”. Por su parte, el gerente del Centro Comercial Abierto, Rodolfo Pangua, recordó que tanto los floristas como los libreros están “satisfechos” con este evento que siempre se celebra el 23 de abril,

Librerías y Autores

Los mostradores de campaña de las librerías no pararon de recibir curiosos, atender dudas y mostrar novedades. En medio de un torbellino de clientes, Maribel Sánchez, de la Librería Los Tilos,  reconoció que con los primeros rayos de sol “la feria se ha animado” después de unos primeros momentos en los que le “costó arrancar”. Aunque el thriller fue el género dominador, Sánchez aseguró que “se está vendiendo de todo” aunque la última entrega de Blue Jeans, Una influencer muerta en París, causó furor entre el público adolescente.
 

Un expositor incondicional de la feria es Zombies y Princesas. Su responsable, Marcos Valle, reconoció que hubo “mucha gente que viene a mirar y comparar” en busca del mejor precio, aunque clebró que las políticas de precios de las editoriales protegen a las librerías locales. Valle lamentó la ausencia de la Librería Balmes, después de que anunciara su cierre estos días atrás. Como todos los años, la novela gráfica fue el hilo argumental de Zombies y Princesas. “Mucha gente compra novela manga porque lo ha leído primero en Internet y ha visto antes el anime. Y cuando saben que les gusta, quieren tenerlo en papel”, explicó Valle.

Las librerías apostaron de nuevo por reunir a algunos de los autores locales para que compartieran impresiones con sus lectores. Así, escritores turolenses como Rubén Sáez, Javier Magallón o Mario Hinojosa estuvieron firmando sus últimos trabajos junto a otros autores, como el novel Luis Miguel Benedicto.

El autor de Escaladas Insólitas en el Maestrazgo, Javier Magallón, aseguró que “a pesar de que la mañana había saldo fresca”, al final acabó animándose. “Las malas lenguas dicen que cada vez se tiende más a lo digital” pero aseguró que “la edición impresa sigue muy viva” porque, dijo, “a la gente le gusta el tacto del papel”.

A su lado, el historiador Rubén Sáez aseguró que acudía a la feria “a colaborar, como en los últimos diez años” con todas las “actividades que se realizan en Teruel alrededor de los libros”. Sáez llevó su último trabajo vinculado a las campañas militares de Carlos III, que estuvo acompañado de buena parte de su extensa producción (con 61 títulos publicados, algunos de los cuales está ya descatalogados).

Mientras, Luis Miguel Benedicto se estrenó  “del otro lado del mostrador” con la presentación de su ópera prima Significada. Toda la palabra de María Moliner, dispuesto a recibir las impresiones de sus primeros lectores.
Entre los visitantes de la feria, la gran mayoría se fue con un libro o una rosa debajo del brazo. O las dos cosas. El turolense Amable García aseguró junto a uno de los puestos que para él es una “cita ineludible”. García explicó que había acudido en busca de “novela gráfica” y de las novedades de la serie Black World. Para él, el 23 de abril es una cita marcada en rojo en el calendario en la que aprovecha para “dejar algo de dinero en Teruel” pese a que los mercurios de la mañana no le pusieron “fácil salir de casa”. A pocos metros de este cliente, Francisco Sánchez, natural de Jaca, no se quiso perder la ocasión de visitar a los libreros turolenses. Sánchez explicó que estaba en Teruel pasando el fin de semana con su familia y que sabía “que habría feria por San Jorge”. Aunque no había acudido con una idea concreta, el turista se fue por lo menos con dos volúmenes en la mano.

Además, se entregaron los premios del   VIII Concurso Juvenil de Relato Breve Teruel Ciudad del Amor en el que se presentaron 71 trabajos de los centros educativos Victoria Díez, CEIP Ensanche y La Salle. Las ganadoras fueron Isella Salas, Pilar Regalado y Alicia Melero.

 

Rosas y otros excesos florales

Los floristas turolenses celebraron que las temperaturas de la mañana no fueran sofocantes ya que ese frescor ayudó a mantener las mejores propiedades de su producto. las rosas se reproducían en los mostradores improvisados en cas i cualquier tipo de presentación.

Luis Barber, responsable de Floristería Avenida Aragón, debutó en la feria. Y lo hizo celebrando el movimiento que, desde primera hora, se registró en la plaza del Torico. “Contentos por el movimiento y por la gente”, aseguró Barber.

Floristería de Teruel repitió con el koke-dama después de haber agotado sus existencias el año pasado. Isabel Pérez explicó que se trata de una “técnica en la que sustituye la maceta de plástico por otra orgánica”, aunque no ocultó que las rosas siguen siendo “lo que más se vende”.

Maribel Marco, de Flores Valenciana, reconoció que esta edición había ido “igual de bien que otros años” con la “salvedad” del tiempo, que hizo que “no pudiera ir mejor”.