Los invidentes de Teruel tocan y escuchan las estrellas para ‘ver’ y descubrir el cosmos

El astrofísico Enrique Pérez Montero, que lidera el proyecto Astronomía Accesible, hizo este miércoles en Teruel lo que parecía imposible, que los invidentes de la ONCE viesen el cosmos en toda su magnitud, acercándose a las estrellas a través del tacto y el sonido. Los participantes en el taller que impartió, organizado conjuntamente por la ONCE y el Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca), quedaron maravillados de poder abrir así su mente a algo que se suele asociar con el sentido de la vista, pero a lo que se puede acceder a través de otros sentidos.

El ponente de esta actividad, que es investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía, es ciego total desde hace 14 años a raíz de padecer una enfermedad llamada retinosis pigmentaria, debido a la cual fue perdiendo progresivamente la visión mientras avanzaba en su carrera científica con más de 180 artículos publicados.

A base de esfuerzo y superación aquello no impidió que continuara su carrera y añadió a ello su empeño en llevar la divulgación a quienes no pueden ver. El resultado se plasmó hace una década con el proyecto divulgativo Astronomía Accesible, que lidera y que consiste en hacer ver el universo a quienes son ciegos como él.

Teruel tuvo la oportunidad de conocer y disfrutar de este gran divulgador este miércoles, primero en la sede de la ONCE con sus afiliados, de la que también es miembro, y después en el Campus de Teruel con una conferencia abierta a todo el público.

Ambas actividades se hicieron en colaboración con el Cefca, ya que viajó a Teruel para participar en un proyecto de investigación de este instituto científico, con el que colabora. Además, este jueves viajará a Galáctica para conocer el centro para la difusión y la práctica de la astronomía de Arcos de las Salinas, con el fin de poder hacer aportaciones para que sea más accesible para personas invidentes.

“Nuestros ojos nos engañan”, se apresuró a advertir en la delegación de la ONCE nada más iniciar el taller mientras por la sala comenzaban a circular maquetas de las principales constelaciones de estrellas o de la Luna, así como láminas en relieve de galaxias y nebulosas.

Los asistentes pudieron así visualizar a través del tacto como son los astros, o mediante el uso del sonido vivir y sentir una puesta del sol con la aparición en el firmamento de un millar de estrellas durante el ocaso.
 

El director de la ONCE en Teruel, Ramón García Magadán, reconoció que experiencias como la vivida con este astrofísico eran “emocionantes” porque demostraban que es posible acercarse también a una ciencia que se pensaba asociada exclusivamente al sentido de la vista, a pesar de ser invidentes.

García agradeció que este tipo de actividades se puedan hacer con los miembros de la ONCE en Teruel porque “la ciencia es un campo de especial dificultad por la abstracción que requiere y el código matemático, que no lo hace muy accesible”. En cambio, con Enrique Pérez pudieron tocar las estrellas y disfrutar del cosmos escuchando como suenan.

Inclusión

Al ser una actividad organizada en colaboración con el Cefca, ya que el ponente es también miembro de la delegación de la ONCE en su sede de Granada, García valoró que el instituto de astrofísica turolense se hubiese implicado y “pensado en nosotros porque esto al final es inclusión”. Actualmente son 140 afiliados los que hay en la provincia, y desde la delegación se intentan organizar todo tipo de actividades para dinamizar el colectivo. La de este miércoles tuvo un éxito rotundo a la vista del interés y la atención mostrada por los asistentes.

Enrique Pérez basó su taller en intentar que los participantes entendiesen el universo y comprendiesen las leyes de la naturaleza, aunque no pudieran verlo, por lo que la dinámica estuvo dirigida a estimular la capacidad de abstracción para que así pudiesen acercarse a las estrellas. De hecho, advirtió que la “observación es solo uno de los pasos” de los astrofísicos y que al ser colaborativa la ciencia, investigadores como él también pueden participar en los estudios.

Además, precisó que “los ojos no sirven para entender el universo”, aunque sea el sentido de la vista el que se asocia tradicionalmente con la comprensión del cosmos, cuando “no es la mejor herramienta para hacerlo”.

“Se puede hacer astronomía sin ver”, recalcó el científico, que arrancó su exposición mostrando a los asistentes cómo es la Luna a través de una maqueta del satélite de la Tierra, que pudieron palpar para sentir sus cráteres y los sitios como el lugar donde alunizó la nave Apolo XI, todo ello con la colaboración de personal del Cefca.

Hizo viajar también a la gente al desierto de Atacama en Chile, que es donde hay uno de los cielos más limpios del planeta, para presenciar cómo se hace de noche y van apareciendo las estrellas con el crepúsculo. “Hasta mil estrellas se pueden reconocer en una noche oscura”, explicó el científico a la vez que mostraba la imagen de un telescopio en Atacama mientras anochecía e iban haciéndose visibles las estrellas.

Para ello, Astronomía Accesible lo que hace es sonorizar ese fenómeno visual convirtiendo las imágenes en sonidos. De igual forma mostró las nebulosas y constelaciones, que acompañó con maquetas tridimensionales y láminas en relieve que se repartieron entre el público para poder sentir con el tacto como son y su disposición en el cielo.

Sensibilizar

Enrique Pérez explicó que este tipo de actividades pretenden “sensibilizar para que haya más inclusión de las personas invidentes en el ámbito científico”, ya que están dirigidas también a gente sin discapacidad para que vean que “hay otras maneras de acceder a la ciencia”.

“Está demostrado que la implicación de gente diversa en grupos de investigación mejora la creatividad y enriquece la manera de afrontar problemas y de buscar soluciones”, dijo el científico del Instituto de Astrofísica de Andalucía.

Aclaró que “no se trata de lanzar el mensaje de que las personas con discapacidad no tienen límites”, sino de “explorarlos y ver qué cosas se pueden y no se pueden hacer”.

El investigador insistió en que en el ámbito de la astrofísica se ha dado “mucha importancia a la imagen”, pero que en cambio, para la divulgación “se generan imágenes que en realidad son fruto de la abstracción de los científicos para visualizar esos fenómenos”.