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Fundación Mujeres solicita un protocolo  para los huérfanos por violencia de género Fundación Mujeres solicita un protocolo  para los huérfanos por violencia de género
Teresa Agustín

Fundación Mujeres solicita un protocolo para los huérfanos por violencia de género

La turolense Teresa Agustín explica qué ocurre “después del minuto de silencio” por la asesinada
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La directora de comunicación de la Fundación Mujeres, la turolense Teresa Agustín, considera que el Estado debería aprobar un protocolo de atención para los niños y niñas huérfanos por violencia de género, una especie de “ventanilla única” para resolver la “situación de desprotección” en la que quedan las familias, tanto desde un punto de vista económico como psicológico.

Teresa Agustín ofreció el pasado jueves en la sede de la Comarca Comunidad de Teruel la charla Después del minuto de silencio: niños y niñas huérfanos de la violencia de género dentro del programa de actividades organizado por la Coordinadora de Organizaciones Feministas de Teruel con motivo de la conmemoración el 25 de noviembre del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Durante la misma, explicó el trabajo que realiza la Fundación Mujeres, que gestiona el Fondo de Becas Soledad Cazorla, creado por su familia en memoria de quien fue la primera mujer fiscal de sala contra la violencia sobre la mujer.

Agustín explicó que, cuando hace 8 años se pusieron a administrar las becas de estudio y apoyo psicológico, se adentraron en la problemática que afecta a las familias “después del minuto de silencio”. Una de las que han acompañado es la de Patricia Maurel, asesinada por su esposo José Javier Salvador en La Puebla de Híjar en 2003

En primer lugar, se dieron cuenta de que incluso era muy difícil encontrarlas. “Se genera un fuerte estigma, porque el niño o la niña son huérfanos de madre, que ha sido asesinada por su padre en la mayoría de los casos. Primero se dice de ellos pobrecitos, pero a los tres meses no les invitan a los cumpleaños y pasan a cuestionar a la familia y a hablar del padre encarcelado”, comentó.

En muchos casos, se produce una situación de pobreza añadida porque los abuelos tienen que ocuparse de los nietos sólo con su pensión. “Vimos que había familias que utilizaban el dinero de las becas para ir al supermercado. Muchas madres asesinadas son jóvenes por lo que no han cotizado mucho tiempo a la Seguridad Social”, apuntó.

“Las familias se ocultaban por ese doble estigma. No había ningún protocolo”, afirmó Agustín, que añadió que la Fundación Mujeres consiguieron la aprobación de la Ley 3/2019, de mejora de la situación de orfandad de las hijas e hijos de víctimas de violencia de género y otras formas de violencia contra la mujer. Ahora los huérfanos tienen derecho a una prestación aunque la madre no haya cotizado.

También han encontrado casos en los que el hombre encarcelado cobraba la pensión de viudedad de la mujer a la que había asesinado y otras situaciones “muy duras” como que los jueces obligaban a los pequeños a visitar a los padres en la cárcel. A veces, la familia paterna, “que tiende a exculpar al hombre”, vende sus propiedades para que no lleguen a los niños. “El panorama que nos encontramos hace 8 años era brutal. Hemos conseguido algunas cosas, pero todavía queda mucho por hacer”, dijo.

La Fundación Mujeres organiza un encuentro anual con las familias. En el primero celebrado en Valencia pudieron comprobar como los niños y niñas nunca explican el motivo de la muerte de sus madres. “Después de ese minuto de silencio, no hablan”, comentó, y por eso considera “importante” que se gestione una atención psicológica especializada para que puedan superar el trauma. “Es como una enfermedad rara de la que no se habla. Aunque hay trabajadores sociales muy implicados, no hay unos protocolos claros y hay una tendencia clara de las familias a ocultar lo sucedido”, precisó.

“El hecho de que nuestras becas vaya a otras cosas y no a los estudios evidencia que hay un problema muy gordo y que el Estado se tiene que implicar y adquirir el compromiso de redactar y aplicar un protocolo de actuación para los huérfanos por violencia de género”, sostuvo la directora de Comunicación de Fundación Mujeres. “No son tantos los niños y las niñas afectados pero necesitan que el Estado, en el que fallaron todos los resortes, trabaje por la reparación del daño”, insistió.

En su opinión, tendría que tratarse de una especie de “ventanilla única” que se hiciera cargo de todos los trámites dada la situación de desprotección en la que quedan las familias.

Entre las tareas pendientes se encuentra, por ejemplo, incluir a los hijos e hijas mayores de 18 años en la estadística de huérfanos que se realiza desde 2013 porque sólo se contabiliza a los menores de edad. De igual forma, consideran que habrían que mantener el estatuto de víctima para quienes se encuentran en casas de acogida y cumplen la mayoría de edad. “Quizá es entonces cuando más apoyo necesitan porque es cuando se están labrando un futuro”, opinó.

Desde la Fundación Mujeres y el Fondo de Becas Soledad Cazorla continúan acompañando a las familias, elaborando guías de ayuda y protocolos y asesorando a las Comunidades Autónomas para que articulen sus propias medidas.

Teresa Agustín reconoce que los medios de comunicación son una herramienta fundamental para que la gente abra los ojos ante este problema, como antes lo fueron para abordar el tratamiento de la violencia de género. “España, con todas sus carencias, es un modelo para otros países europeos en los que ni siquiera se habla abiertamente de esta problemática”, comentó.

Además de carecer de un protocolo de actuación, Teresa Agustín insistió en la “gran desprotección” en la que quedan las familias y las dificultades que encuentran para liberarse del trauma. En este sentido, pidió además una mayor agilidad del sistema judicial “porque hay juicios que se alargan hasta cuatro años y, con ellos, el dolor”. “No puede ser que vivan con ese horror”, lamentó.

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