Año y medio de prisión para dos personas por tráfico de drogas

La Audiencia Provincial de Teruel condenó este martes a dos hombres a un año y medio de prisión para cada uno de ellos por sendos delitos contra la salud pública por tráfico de cocaína. Se dedicaban a la venta al menudeo en las Cuencas Mineras y con ello podían sufragar su propio autoconsumo. En principio no tendrán que ir a la cárcel al ser la pena inferior a dos años y haber solicitado sus abogados la suspensión provisional, sobre la que tendrá que resolver ahora el tribunal después de que el ministerio fiscal no se opusiese.

Los hechos ocurrieron en el verano de 2022 en los municipios de Muniesa y Utrillas, en donde residen los dos acusados. Uno es un agricultor de Muniesa, que contactaba con sus clientes por teléfono para acordar citas en las que les vendía cocaína, lo que permitió su detención gracias a las intervenciones de los móviles llevada a cabo por la Guardia Civil.

El otro es vecino de Utrillas, también se dedicaba a la venta de drogas al menudeo en la localidad minera, y que suministraba a la vez estupefacientes al agricultor de Muniesa.

Ambos tienen antecedentes penales aunque no computables y este martes, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial, llegaron a una conformidad con la Fiscalía al reconocer los hechos delictivos. De acuerdo con el relato de los hechos recogido en el escrito de acusación del ministerio público, el acusado de Muniesa vendía cocaína tras quedar con sus clientes por teléfono, bien en la zona de la gasolinera del municipio o cerca de su domicilio. Tras su detención, en el registro de su vivienda se encontraron los útiles que habitualmente usan los traficantes para preparar las papelinas para su venta.

Por teléfono acordaba las cantidades y el precio, para lo cual empleaba un “lenguaje velado” para referirse a la droga, lo que no impidió que los agentes de la Guardia Civil lo detuvieran por tráfico de sustancias estupefacientes. El acusado reconoció en la conformidad que vendía el gramo de cocaína a 50 euros, y que destinaba una parte al autoconsumo, al igual que admitió la otra persona que también ha sido condenada.

Esta segunda persona reside en Utrillas y vendía la droga, también al menudeo, en la calle. Uno de sus clientes era el agricultor de Muniesa, con el que contactaba cada quince días por teléfono y para lo cual también empleaba un lenguaje velado para intentar esquivar a la Guardia Civil en caso de ser descubiertos. Ambos son consumidores habituales, un hecho que se consideró como atenuante.