En 2008, Javier Bardem subía al escenario del Dolby Theatre de Los Ángeles y recogía un merecidísimo Óscar al mejor actor secundario por su papel en la película No es país para viejos. Un Bardem emocionado dedicaba el premio a su madre, también actriz, y a todos los cómicos españoles que “habían traído la dignidad y el orgullo al oficio”.
Siguiendo esa estela, hace más de 40 años comenzaba su carrera un actor atípico que no pretendía ser una estrella, ni encabezar repartos. Heredero de maestros como Pepe Isbert y López Vázquez que, alejados del glamour de Hollywood, personificaban el prototipo del hombre corriente, con poco pelo y belleza… distraída. Con Ópera prima, de su amigo Fernando Trueba, se estrenaba en las pantallas Antonio Resines, los primeros pasos del que acabaría siendo todo un icono de la comedia española durante los 80 y 90.
Tiempo después, en 2003, Resines volvía a tocar el cielo con una serie de televisión que logró convertirse en referente semanal de los hogares españoles. Los Serrano puede ser acusada de cafre, casposa y de practicar un humor que ya resultaba rancio en el momento de su emisión; sin embargo, es indudable que ese producto facilón logró conectar con el público y liderar las audiencias de Telecinco durante las 8 temporadas que permaneció en antena. Si les soy sincero todavía siento escalofríos cuando llegan a mis oídos los Santa Justa Klan o alguien tiene la desvergüenza de recordarme el mal sueño que suponía el polémico final de la serie.
Por el camino quedan interpretaciones de altura que confirman el talento de Antonio Resines más allá del terreno de la comedia. Títulos como Acción mutante, La caja 507 o La buena estrella, con premio Goya incluido, dan testimonio de su talento y versatilidad. En estos días, el actor regresa a la pequeña pantalla para protagonizar una serie que busca derribar el mito Resines y parodiar su propia carrera. Serrines, madera de actor (Amazon Prime) es una comedia que juega con la realidad y ficción del personaje, siguiendo el ejemplo de otras producciones anteriores como las (muy superiores) ¿Qué fue de Jorge Sanz?, dirigida por David Trueba, o “Mira lo que has hecho” de Berto Romero. Lo que en aquellas era un juego de metaficción sobresaliente, en “Serrines” se convierte en algo más ligero, más accesible al gran público, pero también más burdo. Una serie cuya mejor baza es el innegable carisma de su protagonista y su buena química con el personaje de Roque Madrazo, otro actor en horas bajas que interpreta con solvencia un divertido Jorge Sanz.
¿Qué fue de Serrines?
Antonio Serrines es un veterano intérprete que gozó de fama y popularidad en el pasado gracias a la serie Los Tocino. 20 años más tarde, el actor no pasa por su mejor momento; acaba de divorciarse y se niega a participar en el ‘reboot’ de su mayor éxito televisivo. Decidido a ganarse el respeto de la crítica y de sus compañeros de profesión, está dispuesto a afrontar nuevos retos y probar suerte en el teatro, pero un problema con hacienda le obliga a aceptar otros de trabajos con el fin de hacer frente a su deuda.
Lo mejor de la serie es poder disfrutar de un Resines desatado, capaz de reírse de sí mismo, aunque sea dejando de lado las sutilezas y cayendo en la caricatura y el chiste fácil.
Serrines, madera de actor corre el riesgo de resultar un tanto trasnochada para los refinados paladares de la audiencia actual. Esto no es ‘haute cuisine’ y tal vez no sea de fácil digestión, pero seamos sinceros… ¡qué bien le sienta al cuerpo, de vez en cuando, un grasiento bocata de calamares!