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Ma’am Ma’am
EFE/EPA/ANDY RAIN

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Nuria Andrés

El siglo XX pasa irremisiblemente a la historia. Primero con la muerte de Mijaíl Gorbachov y después con la de la reina Isabel II y sus once noches de luto. En este tiempo, en España, hemos seguido minuto a minuto el recorrido del féretro de la monarca por la isla británica. Como si la reina fuera nuestra -que no lo era-, pero sobre ella, sí parece haber recaído el título de reina mundial. 

El otro día, en una película grabada en el barrio londinense de Notting Hill, unos novios con graves problemas de pareja se pasaban horas sentados en el tejado viendo el ‘skyline’ de la capital británica y hablando de los problemas sentimentales que tenía otra pareja. Un pacto tácito que aceptaban porque sabían que esa era la única manera de olvidar los suyos propios. 

Algo parecido ha pasado a los españoles con ‘Queen Elizabeth’ y nuestra Casa Real. Nos hemos deshecho en elogios hacia la figura de Isabel II. La nube del colonialismo pesa, pero, a pesar de esto, ella era la ‘Ma’am’ de los ingleses, la ‘granny’ que protagonizó un tierno skectch con el entrañable osito Paddington. Una figura mundial que ha sido autora de la historia y que, por encima de todo, siempre ha sabido dar imagen de unidad y orgullo de su patria. En España, con nuestra monarquía, no nos empeñemos, nunca hemos tenido eso. Basta con darse cuenta, sino, de que varios miembros de la Casa Real residen fuera de las fronteras y no en su “querido” país. 

El otro día, en una entrevista a un experto de la Corona británica, le preguntaron cuál había sido el mayor logro de la monarca y se limitó a responder que su mayor éxito residía en haber sabido “estar”. El “saber estar” para su país y su pueblo. Nunca se metió en política y llamó mucho la atención el silencio que mantuvo con temas cruciales como el brexit, entre muchos otros. Fue una cabeza de estado neutral que sobrevivió a Churchill y a Boris Johnson, y que, igual, aquí habría que reconocer que sí lo hizo fue porque ella nunca tuvo el detalle de presentarse a unas elecciones, pero sí lo hubiera hecho, es muy probable que las hubiera ganado.

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