Síguenos
Coleccionable Coleccionable

Coleccionable

banner click 236 banner 236
Nuria Andrés

Desde niños nos enseñan la importancia de coleccionar objetos y momentos. Una concha de las vacaciones en la playa, una tarjeta del hotel donde te hospedaste, el billete del avión en el que montaste por primera vez… Las personas de a pie no cosechan grandes fortunas, pero guardan pequeños tesoros.

En las facultades de Periodismo, por ejemplo, pocos estudiantes encontrarás que no custodien recortes de periódicos, grabaciones o vídeos de sus primeras veces, esas en las que les dieron la oportunidad de ejercer su profesión. Coleccionar periódicos es preguntar por la historia que hay detrás de una fecha y que si quieres conocer qué pasó el 20 de julio, lo busques el 21 porque la prensa es un diario del día anterior.

Hace dos años que escribí mi primera columna en este periódico, por aquel entonces, el futuro se presentaba tan lleno de peligros como de promesas. A la imagen deteriorada y dañada del periodismo se une una mirada romántica de quienes piensan que esta es la profesión de los que deben cambiar el mundo. Ilusos todos los que empezamos en esto.

Ahora que uno echa la vista atrás, todos creímos alguna vez que el éxito de esta profesión reside en contar las historias de la jet set de la capital y pensamos que un periodista acumula triunfos a base de firmas.

Sin embargo, en el periodismo, lo realmente valioso son los profesionales capaces de seguir creando escuela. Recuerdo que mi primera columna iba dedicada a José María Calleja, que nos decía, en un aula de la facultad, que, ante la duda, siempre teníamos que “hacer periodismo”, ahora si tuviera que rehacer esa columna, añadiría a todos los profesionales que un día quisieron perder un minuto de su tiempo para regalárselo a los debutantes de esta profesión. Sin ser demasiado conscientes, enseñando lo que para ellos podría resultar básico, estaban formando y dando confianza a un futuro compañero de trabajo. Porque al final, lo que uno aprende con esta profesión es que el valor de cualquier artículo o reportaje es totalmente fugaz, pero lo que siempre permanece en el currículum de una persona es la huella que dejaste en los demás.

El redactor recomienda