Tengo que reconocer que entro y cuelgo a veces cosas en el Linkedin y en redes profesionales similares. Están ocupadas por una especie de secta en la que todo lo relacionado con la psicología positiva, el buen rollito y el búscate a ti mismo es la panacea mundial para encontrar curro, cambiar a uno mejor, o vivir la más maravillosa vida.
Dan muchas ganas de vomitar, la verdad. Esas apologías del “estoy tomando café y es un maravilloso día” o tonterías por el estilo. Que no falten las listas de qué hacer para llegar a ser imbécil. Mezcladico de cosicas acabadas en –ing, de historias personales que a nadie importan y pseudociencias aderezadas de clases magistrales y tufo neoliberal.
Pero si algo me da verdaderamente por el saco es todo lo que tiene que ver con el confort. Mejor dicho, todo lo que tiene que ver con salir de tu zona de confort. Porque después de salir de esa zona agradable, cálida, donde una lata de cerveza fresca es una delicia, irá todo lo demás. Y, lo demás, estará plagado de innovación. Si haces las judías como tu madre estás en tu puta zona de confort y debes salir e innovar. Y joder las judías. Entonces llegará el cilantro, los vídeos cooperativos y el trabajo en grupo. Llegará la carga latente de ponerte retos para participar en una trail o en una cicloturista de fracasados que, cuando tuvieron que correr, con quince o veinte años, hacían la puñetera risa y tenían que esperarlos.
Hablarán poco de libros clásicos y de saberes básicos y universales, porque deben vender su producto y llenar las estanterías de autoayuda. Cobardes y jetas. Auténticos psicópatas que deben de creer y tener fe en el engaño.
Hay mucho lugar para el change.org y el like ultramontano. Como si los cambios fueran digitales. Y lo digital no lleva a un cambio si no conoces a nadie.
Porque para estos viajes no necesitas ninguna alforja. Ni tampoco salir del salón de tu casa. Llenad los gimnasios venideros. Llenad las vocaciones de felicidad. Consumid sus productos de mierda. Eso sí que es confort de andar por casa. Eso sí que es cambiarlo todo, para que todo cambie… a peor.