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Pablo Gallego Boutou, escritor madrileño: “Se puede descubrir la ternura  y la belleza en lugares donde nunca pensaste que la habría” Pablo Gallego Boutou, escritor madrileño: “Se puede descubrir la ternura  y la belleza en lugares donde nunca pensaste que la habría”

Pablo Gallego Boutou, escritor madrileño: “Se puede descubrir la ternura y la belleza en lugares donde nunca pensaste que la habría”

Santos Ochoa de Alcañiz reanuda el ciclo A Puerta Cerrada con el autor de la premiada ‘Bar Urgel’
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La Librería Santos Ochoa de Alcañiz reanuda este jueves 9 de enero (20 h.) su ciclo de encuentros con los autores A Puerta Cerrada. El próximo en visitar ese espacio será el madrileño Pablo Gallego Boutou, cuya primera novela, Bar Urgel (Galaxia Gutemberg) ha ganado el Premio Diana Zaforteza. El actor de formación ha escrito además dos poemarios, Oboedescere y Nival, con los que ganó el Certamen de Jóvenes Creadores de la Comunidad de Madrid y el Premio de Poesía Luis Feria, respectivamente. Pero en esta novela, lírica y coral, que funde géneros y voces, es donde se ha sentido más libre y desencasillado.

-¿Qué cuenta ‘Bar Urgel’?

-Bar Urgel habla sobre un chico cuyo padre, maltratador, ha fallecido hace algún tiempo, y está al cargo de su madre. La historia se dispara cuando el chico empieza a ir al Urgel, que es un bar de toda la vida, donde iba su padre, donde estaban sus amigos, que está asociado a un masculinidad que forma parte de su mapa emocional. Y el protagonista comienza a su vez a escribir una novela con los personajes, las conversaciones y las relaciones que se establecen en ese marco.

-¿Una masculinidad tóxica, negativa?

-La mirada primera hacia ese mundo tiene un prejuicio negativo sobre ese contexto. Es el tipo de bar que pertenece a nuestro imaginario colectivo, con barra metalizada y servilletas en el suelo. Pero también establece relaciones que no solo aluden a eso. También se puede descubrir la ternura y la belleza en lugares donde no crees que la haya

-¿Qué lleva al protagonista a sumergirse en ese mundo?

-La pregunta que está soterrada a lo largo de toda la novela. ¿Quién era su padre? ¿Quiénes eran esos hombres con los que se relacionaba? ¿Por qué piensan y hablan como lo hacen? Hay una especie de búsqueda, con un punto masoquista, pero también de cierta necesidad, al plantearse qué estás haciendo en un lugar con personas que te han hecho tanto daño.

-¿De ese viaje uno regresa mejor de lo que estaba cuando partió? ¿O hay que pagar un peaje?

-El protagonista paga un precio por el viaje, como ocurre con todos. Pero lo importante es que hay viajes que hay que hacerlos. Y lo que saca en claro es la propia novela que escribe como consecuencia del viaje.

-¿Qué tiene de autobiográfico?

-El libro empezó como una autoficción, y con el tiempo lo fui llevando a un lugar qué me interesa más. Muchas de las historias me han sucedido a mí o las he escuchado en el propio Bar Urgell, que está debajo de la casa donde vivo. Pero me gusta decir que es una novela lírica porque hibrida géneros, y también hibrida la ficción y la autoficción. Podría decir que está a un 50%

-Su primera novela está alejada de los estándares del thriller, de la novela de acción en la que suceden muchas cosas...

-Me interesa lo fragmentario, el diálogo entre géneros, así que me alejo de la trama y del consumismo literario con bastante naturalidad. Paradójicamente es una novela que puede leer de poco a poco, de forma fragmentada. Me interesa que la historia no requiera una atención constante, que no sea el clásico viaje del héroe. Me apetecía pasarlo bien y alejarme un poco de la industria, aunque tampoco ha sido un acto premeditado.

-Usted es actor y dramaturgo... ¿tenía el teatro en la cabeza cuando escribió ‘Bar Urgel’?.

-Realmente no, pero hay una mirada que pongo sobre los personajes que tiene que ver un poco con eso. Y tiene un capítulo entero que es un texto dramático, escrito como para teatro, honrando un poco a Valle-Inclán y Luces de bohemia. Es la primera vez que conviven en mí el actor, el escritor y el mediador cultural. En la novela también hay ensayo porque el protagonista finge escribir una tesis para un supuesto máster mientras está en el bar.

-Igual que usted...

-Sí, Me pareció divertido crear un texto ensayístico porque yo mismo, cuando escribía en el bar las conversaciones que había tenido, cuando me preguntaban decía que estaba escribiendo una tesis. Y en mi caso era cierto, porque al final ese material fue la tesis para mi master de Escritura Creativa.

-¿No tenía la impresión de estar haciendo algo ilegítimo?

-Todo el tiempo (risas). El proceso de escritura ha consistido en rescatar cosas hermosas y también transcribir cosas dolorosas, y en la vida real he tenido que redimirme porque sentía que era una especie de espía que estaba robando cosas. Por eso la autoficción no era lo apropiado, el andamiaje del libro tenía que ser una ficción.

-¿Y qué fue lo que le impulsó a usted a buscar precisamente ese marco para escribir el libro?

-Tengo una tendencia natural a detectar lo literario que hay en todo, y estoy todo el rato escribiendo o pensando en términos de escritura. Por eso en cuanto entré en el Bar Urgel vi que era un espacio absolutamente literario y decidí aprovecharlo.

-¿No temió represalias de las personas que conoció en el bar?

-Al principio lo tenía, pero los pocos que se han enterado de que ha salido la novela no tienen mucho interés por leerla. No es un lugar donde abunde la gente que suele leer porque no les parece divertido.

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