Elisa Garrido, profesora, escritora e investigadora: “La historia de Blanca me ha servido también para evaluar lo mucho que hemos avanzado”

Elisa Garrido Moreno (Valencia, 1985) es profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, además de divulgadora y escritora. Autora del libro Blanca Catalán de Ocón, primera botánica española.

-¿Por qué este libro sobre Blanca Catalán de Ocón?

-La propuesta viene sobre todo desde el CSIC, que querían hacer una colección de naturalistas del mundo hispánico y les propuse hacer una biografía sobre Blanca Catalán de Ocón, porque había sido tradicionalmente considerada la primera botánica española. Y evidentemente, si hablábamos de una mujer importante en la botánica de nuestro país, pues claramente tenía que ser ella.

-¿Qué le ha inspirado la botánica turolense?

-Creo que una de las cosas bonitas de la figura de Blanca Catalán de Ocón es precisamente que es muy inspiradora en sí. Sobre todo si eres mujer y te has dedicado a la investigación científica. Me ha inspirado la idea de sobrepasar determinadas barreras, determinadas dificultades que vienen con la condición de mujer, como la maternidad, como difundir tus resultados, como el reconocimiento público. Es una cuestión que se ve reflejada en su propia vida y creo que puede servir de inspiración. Igual que ha servido para mí, por ejemplo, para muchas niñas que están pensando en dedicarse a la ciencia o para cualquier persona.

-¿Qué papel juega la mujer en su obra como escritora, investigadora y divulgadora?

-Para mí, mientras escribía la biografía de Blanca Catalán de Ocón, se puede decir que el libro ha nacido a la vez que mi segunda hija. Por lo tanto, de alguna manera, lo he vivido a la vez que el embarazo. He visto las dificultades de ser madre, compaginarlo con el trabajo científico, con la dedicación, con el trabajo académico, con las clases en la universidad, que también estoy dando. De alguna forma, la historia de Blanca me ha servido para evaluar lo mucho que hemos avanzado desde el siglo XIX, pero también todo lo que nos queda por hacer.

-¿Todo gira alrededor del arte?

-No, la vida de cada uno supongo que gira alrededor de lo que la construye. Desde luego para mí, si tengo que elegir una cosa por la que gira la vida, diría que es el amor y el cariño. A tus seres queridos, a la naturaleza, a la gente, a quien sea, pero evidentemente lo que me mueve a mí, pese a que el arte para mí es importante, no es sin duda lo que mueve la vida.

-¿Pero en muchos de sus artículos y títulos está presente?

-Sí, también el arte, es cierto, que tiene mucho de amor a la naturaleza, amor a lo bello, amor a lo bonito y para mí la historia del arte ha sido siempre un foco de estudio porque es una de las expresiones del ser humano que demuestran precisamente esos sentimientos de lo que nos parece bello y queremos guardar, queremos reproducir, sobre todo queremos inmortalizar y esto creo que es un sentimiento bonito y que merece ser estudiado y sobre todo difundido.

-¿Qué ha aportado la botánica a este trabajo?

-Precisamente en mi trabajo hablo de cómo la botánica tiene un vínculo muy estrecho con el arte. Pensemos que la fotografía no llega hasta mediados del siglo XIX, por lo tanto, el arte para cualquier investigador científico, la ilustración, ya no sólo de la botánica y de las plantas, sino del cuerpo humano, de las estrellas, de cualquier concepto científico necesitaba, por ejemplo, ser ilustrado. ¿Qué sería la obra de Cajal sin los dibujos que él mismo hace de las conexiones neuronales? ¿Qué sería la obra de Galileo Galilei sin las ilustraciones que él realiza de la luna? ¿Qué serían las plantas sin todas las ilustraciones botánicas que se crean a partir del XVIII? No existirían, podríamos decir.

-¿Por qué la colaboración con el trabajo de Ana Escar?

-Me encontré con Ana Escar precisamente porque estábamos trabajando en proyectos sobre Blanca Catalán de Ocón, un carácter muy distinto. A mí me habló de ella la familia Ruiz del Castillo, a su vez ella me escribió, al enterarse de que yo estaba escribiendo este libro, y de alguna forma empezamos a hablar, no con un propósito profesional sino simplemente nos íbamos contando lo que habíamos descubierto o cómo iba nuestro trabajo sobre Blanca Catalán de Ocón. Y para mí, por ejemplo, hablar con ella supuso una fuente ya no sólo de inspiración sino también una especie de desahogo, una persona con la que hablar de esta locura en la que yo estaba envuelta también en ese momento, al igual que ella.

-¿Hay pasión en todo esto?

-Sí, hay pasión. Creo que sí. Soy una persona muy pasional en general y la verdad es que las cosas hay que hacerlas con pasión y con ganas, porque si no, a mí no me salen.