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La botánica Blanca Catalán de Ocón despierta la pasión artística y literaria por su obra La botánica Blanca Catalán de Ocón despierta la pasión artística y literaria por su obra
Ana Escar junto a una de sus obras que representa la vida en el campo. J.C.E.

La botánica Blanca Catalán de Ocón despierta la pasión artística y literaria por su obra

Una exposición en Monreal y un libro buscan reconocer el valor de esta mujer
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La botánica Blanca Catalán de Ocón fue este sábado la protagonista de la jornada vivida en el Museo del Azafrán de Monreal del Campo. La artista oscense Ana Escar inauguró la exposición Memorias del Valle. “Un viaje de dos años que he realizado a través de la vida de Blanca Catalán y esta exposición, aquí, es el cierre a este trayecto”, explicó Escar. Las Memorias dan el doble sentido de recordatorio de la botánica Blanca Catalán y de la exposición de los hechos ocurridos en este periodo recopilatorio y de homenaje a la primera mujer botánica en España.

La exposición consta de cerca de treinta momentos alrededor de la vida y trabajos de Blanca Catalán, inspirados en la Naturaleza, que le han permitido “disfrutar más de los pequeños sitios, de la soledad del campo, de mirar al suelo para observar lo que nos da y mirar a las plantas de otra manera, al trabajar con ella (Blanca Catalán) a nivel artístico”, indicó la artista. Precisamente es uno de sus cuadros titulado La belleza, una emoción el que explica esta sensación con los apéndices mirar, respirar, felicidad donde con tenues trazos y pálidos colores dibuja el placer de sentir y estar en un lugar deteniendo el tiempo en ese instante y en ese lugar. “Blanca me ha enseñado a tener paciencia”, señaló Ana Escar en clara alusión a este trabajo y que también ha contado con la colaboración de varias personas y personajes de la zona. “He descubierto muchas cosas, el mundo de la botánica, que desconocía; las tierras turolenses, pero lo que más aprecio es las personas que he conocido y que ahora forman parte de mi vida”, relató la oscense.

Tres paseos

Dos años de trabajo que se reflejan en tres etapas, verano, otoño e invierno, que dan nombre a otra de sus obras Serie lindes en las que cada color es una estación y que en cada una de ellas ha realizado investigación sobre Blanca Catalán de Ocón, ha leído sobre ella, cómo vivía, y ha pintado sobre la recolección de plantas. Y todo ello en tres paseos, como denomina estas épocas en las que ha viajado por el Valle del Cabriel y ha podido comprender su “amor por la naturaleza y por las cosas pequeñas. La ganadería, los pastos, mi aprendizaje”.

Esta es la cuarta ocasión que se expone esta obra sobre la botánica turolense Blanca Catalán, pero es la primera vez que Ana Escar lo hace en solitario. En su visita guiada narró cada uno de los instantes que le proporcionaron datos y materia, para construir su relato artístico en torno a la figura de la primera mujer que investigó en España sobre las flores y las plantas. Y fue ese “amor que Blanca Catalán dedicó al Valle del Cabriel” lo que llevó a Ana Escar a “comenzar a investigar” “En diciembre de 2022 fui al Valle del Cabriel a conocer sobre el terreno”, puntualizó Ana Escar. “Blanca me ha dado la parte humana que he conocido y el contacto con la naturaleza es fundamental”, concluyó la artista oscense.
 

Elisa Garrido, durante la presentación del libro sobre la botánica. J.C.E.

El libro

A renglón seguido de la presentación y recorrido por la exposición, fue Elisa Garrido la que presentó su libro Blanca Catalán de Ocón, la primera botánica española, haciendo un panegírico con naturaleza, ciencia y poesía sobre su obra y con constantes alusiones a los trabajos literarios de la botánica. Una reunión de datos y documentos acreditativos del valor que tuvo en su época (siglo XIX) la investigación de esta mujer sobre las flores y plantas.

La profesora e investigadora afirmó: “He trabajado siempre sobre las mujeres que han hecho cosas importantes”. Este punto de partida también le sirvió para introducir el buen trabajo que realizó Clotilde Catalán, hermana de Blanca y poetisa.

En su recorrido sobre el trabajo de Blanca Catalán, resaltó la importancia de la labor y la diferenciación como mujer, en una etapa social en la que el hombre era considerado el centro de cualquier actividad cultural, investigadora o científica. Esta importancia de la figura de Blanca Catalán la traslada Garrido al trabajo que realizó la botánica, “dando nomenclatura y catalogación a ochenta plantas y durante diez años recogiendo y catalogando en latín”, puntualizó.

Asimismo, realzó el trabajo técnico y científico como investigadora, con metodología y conocimiento a lo largo de su carrera y con una trayectoria brillante para los tiempos en los que desarrolló su pasión y en la que la mayoría de las mujeres eran iletradas.

También contextualizó la figura de Blanca Catalán, pues todos los elementos, tales como familia, marido y entorno social le facilitaron su trabajo y la realización de su pasión. Además, de recursos como la propia naturaleza (muy a mano y cercana en el Valle del Cabriel) o la magnífica biblioteca familiar, de la que pudo disponer, amén de tener una madre preparada y conocedora de la cultura y la ciencia.
 

La artista explicó los pasos que ha dado para realizar esta obra en el transcurso de la visita guiada en Monreal. J.C.E.

Una flor como símbolo de la investigación

El trabajo de Blanca Catalán de Ocón y su pasión por la naturaleza dio como resultado, que el científico alemán Willkomm bautizará, uno de los descubrimientos de la primera mujer botánica española, con su nombre: Saxifraga Gayolae Blanca, en honor a dicho descubrimiento.

“Hay que dejar de ver a Blanca y a Clotilde como niñas, sino como grandes mujeres”, indicó Elisa Garrido. Para reconocer el trabajo y la dedicación de las dos hermanas por la botánica y la poesía, en un tiempo social nada propicio para el desarrollo profesional de las mujeres.

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