Hoy, 23 de abril, Día de Aragón y fiesta de los libros, sería un buen día para escribir sobre el sentimiento de pertenencia a una tierra o sobre el placer que provocan un puñado de letras bien escogidas para contar una historia.
Pero hoy prefiero dedicar esta columna a otra cosa y ya avanzo que va a ser una defensa de los periodistas y de los medios de información y, especialmente, de esos profesionales y esos medios que no están en las grandes ciudades, que no tienen grandes presupuestos y tampoco miles de seguidores.
Mientras nosotros estamos de celebración, las bombas y las balas están matando gente en pueblos y ciudades de Ucrania, a más de 3.500 kilómetros de aquí.
Y en esos pueblos y ciudades hay radios, periódicos o televisiones que están contando una guerra, igual que hacen el resto de los medios de todo el mundo, pero con la diferencia de que ellos llevan años informando de un conflicto que no ha estallado de un día para otro.
Esos periodistas han narrado durante años las tensiones con Rusia y le han explicado a su sociedad todo lo que estaba pasando.
Cuando los historiadores, dentro de unos años, quieran analizar los motivos de esta invasión, y cómo sucedieron los hechos, tendrán que recurrir a estos medios de comunicación que fueron los primeros en contar el problema y que lo contaron cuando fuera de Ucrania nadie estaba interesado.
En este momento hay en Mariúpol o en Járkov o en Kiev periodistas de todo el planeta, pero antes siempre ha habido en esas mismas ciudades, y en otras muchas, profesionales que han certificado y narrado paso a paso un conflicto enquistado que ha desembocado en una invasión.
Y digo esto porque estaría bien que en este mundo cada vez más globalizado y más impersonal valoráramos el papel que juegan los medios de información más cercanos. Los que están pegados a los territorios y los que cuentan, con más detalle que nadie, lo que pasa. Los medios locales o provinciales van a los sitios que no va nadie, pero también son los primeros en contar cosas que luego a todo el mundo le interesan.