Me encantan las series futuristas, las películas también, pero es que en las series hay un mayor despliegue de imaginación porque tienen que rodar muchos capítulos, los protagonistas saltan de un planeta a otro viviendo aventuras, las tramas y los personajes son diferentes y originales, y al final llegas a coger cariño a los protagonistas por muy raros que sean, tanto por sus cualidades como por sus defectos.
Hace veinte o treinta años nos imaginábamos el futuro como algo ideal (siempre tendemos a idealizar lo que no conocemos), quizás para darnos ánimos para seguir caminando, pensamos que tiene que ser mejor de lo que conocemos ahora.
Cuando por fin llegamos al momento presente descubrimos que no todo es tan idílico como lo imaginábamos, no esperábamos que pudieran existir todavía tantos enfrentamientos bélicos, tanto egoísmo relacionado con los bienes de la tierra y tanto sufrimiento en general.
Estamos de acuerdo que a nivel de medicina estamos más avanzados, la calidad de vida, al menos en los países más desarrollados, se ha multiplicado, de tal manera que es bastante fácil que muchas personas lleguen ahora a cumplir los cien años con relativa salud.
Esto me hace recordar mi fascinación por el tema de la Atlántida, al margen de si existió realmente el continente o no, lo que a mí me llamaba más la atención era el tema de la medicina atlante, recuerdo que leí que pudo ser una medicina tan avanzada que la persona enferma lo único que tendría que hacer sería situarse tumbado en una camilla y dejar que una máquina situada encima de su cuerpo realizara la exploración y posterior curación. Como si realizaran un equilibrado del cuerpo y lo devolviera al estado óptimo de salud. Una maravilla. En mi imaginación veía a la persona después de esta sesión renovada, con una sensación de bienestar y una gran energía. Así es como yo me imaginaba la medicina del futuro, o sea de ahora, pero de momento no tiene visos de hacerse realidad.
En este momento me planteo cómo serán las cosas dentro de 30 años, ¿llegaremos a vivir todo de manera virtual? ¿Serán las relaciones entre las personas diferentes a las de ahora?
Quizá llegue un día en el que inventen unas lentillas que contengan todos los filtros posibles para ver a las personas físicamente perfectas, al igual que está pasando ya con los filtros de instagram u otras redes sociales. En estas redes la imagen que vemos de muchas personas no se corresponde para nada con la realidad; pieles perfectas, ojos de colores imposibles, facciones estiradas, pómulos infinitos… Todos estos efectos que tan de moda están y que pueden hacernos creer, si caemos en la trampa de la comparación, que estamos estéticamente peor de lo que en realidad estamos.
El frívolo invento sería el siguiente, crear unas lentillas que tuvieran ese tipo de filtros incorporados, pudiendo elegir entre diversos tipos, así por ejemplo al quedar a cenar con alguien, como norma social nos pondríamos todos esas lentillas y así nos veríamos perfectos siempre (ironía modo on).
Se acabó la compra de ingentes cantidades de cremas para las arrugas, tratamientos para piel y cabello, se acabaron las operaciones estéticas, tan solo con un par de lentillas la belleza perfecta se presentaría ante nosotros.
El homo sapiens camina buscando la perfección, aun cuando sabemos perfectamente ¡que no existe! Hay una especie de locura estética por hacer desaparecer las imperfecciones. Por ejemplo, hay muchas personas que desearían no tener poros, se empeñan en tener siempre una piel lisa, estirada y sin marcas, por favor, los poros existen, además tienen sus funciones y son muy necesarios.
Cambiando de tercio, hay otra cosa que me llama la atención de las series futuristas y que tiene que ver con la estética de las casas, nos las presentan redondas o de formas redondeadas, ¿qué les pasa a los del futuro con las esquinas? ¿Quieren acabar con el polvo acumulado? ¿Somos ovíparos en el futuro y por eso tienen forma de huevo? Misterio misterioso.
Ay que dura es la vida en el presente y que fácil va a ser todo en el futuro. Yo de momento seguiré marcando las arrugas de mi cara con todas las risas que pueda, porque no hay mejor filtro que el humor.