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Autoestima y vejez Autoestima y vejez

Autoestima y vejez

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Sofía González Millán

A lo largo de mi carrera como psicóloga he impartido multitud de talleres de autoestima, lo he dado en todos los rangos de edades (desde adolescentes hasta ancianos) y en entornos urbanos y rurales. En todos ellos me he encontrado con casos interesantes, historias curiosas y mil y una anécdotas.

Pero mi debilidad son las mujeres rurales de edad avanzada, he visto muchas caras de sorpresa cuando les he hecho la siguiente pregunta: ¿Qué te gusta de ti misma?, bueno, la pregunta exacta que siempre lanzo es: ¿Qué me gusta de mí misma?

Siempre me he encontrado con esa sorpresa inicial, porque es una pregunta que no están acostumbradas a hacerse y casi siempre me responden con otra pregunta ¿qué tengo que poner? Después de varios ejemplos ya tienen más o menos claro por dónde ir, pero me resulta curioso que en ningún momento de su vida se la hayan planteado, quizás suponen que a su edad estas cosas no se preguntan, nadie piensa que una persona mayor también necesita sentirse bien consigo misma y mirarse de forma positiva.

Si algo he aprendido de las mujeres que viven en los pueblos es que cuando se implican en una cosa lo hacen a conciencia, no se quedan en la mitad, o están o no están.

En el momento en el que comienzan a leer sus listas y se ven reflejadas las unas en las otras empiezan a contar cosas de sus vidas, el comienzo del ovillo se encuentra, y se sienten seguras, en un espacio tranquilo y de escucha para contar experiencias y compartir todo tipo de vivencias.

Después de ese momento de conversación compartida les suelo hacer otra pregunta: ¿Cuál ha sido tu mayor logro? Algo de lo que te sientas muy orgullosa. Su respuesta casi siempre es el silencio, ninguna de estas mujeres se ha planteado antes esta pregunta, y en el momento que alguien la formula al aire ellas no saben qué responder.

Estas mujeres, que han vivido cinco vidas en una, se quedan calladas sin llegar a ver que en sus vidas todo ha sido un logro. De hecho, el que acudan a los cursos ya dice mucho de ellas, quieren seguir aprendiendo, socializando e interesándose por la vida.

Este gesto ya es un acto de amor hacia sí mismas.

Te invito a ti lector, a que ahora recojas estas dos preguntas y te las hagas a ti mismo, lo mejor es escribirlas en un papel, todo lo que se escribe se guarda mejor, se integra mejor, da igual la edad que tengas, siempre es importante ver que somos valiosos, a veces tenemos que mirarnos a través de otras personas para querernos más, como es el caso de los nietos, si una persona mayor es capaz de verse con los ojos de su nieto/a descubrirá cosas fascinantes de sí mismo.

Creo que todavía no se da la importancia que realmente tiene a la autoestima en edades avanzadas, se trabajan muchos aspectos físicos, también sociales, pero el tema de cómo se ve uno mismo en la vejez es algo que parece que asusta. Quizá lo que no queremos es vernos reflejados en esa parte de la población que está recluida en sus propios recuerdos, a la que nadie ha ayudado a dar voz.

Pienso dar muchos más talleres de autoestima y pienso desarrollarlos en el mundo rural, que es en el que vivo ahora, creo firmemente que nos estamos perdiendo información muy valiosa y valores únicos que se están perdiendo porque esa generación de mayores se ha dejado en muchos casos apartada.

Qué beneficioso sería para algunos jóvenes de ahora vivir con sus abuelos y escucharles más a menudo. Así ambos aportarían lo mejor de los dos mundos, para aprender los unos de los otros. Pues la autoestima está muy relacionada con el valor que sentimos que tenemos dentro de nuestra familia, sentirnos valiosos y queridos hace que deseemos aportar, amar y vivir con mayúsculas.

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