Los turolenses de Tercera: un colchón para no dormirse

Las últimas jornadas en la Tercera División aragonesa han servido para frenar, dejar bajo control, la furia superviviente de los equipos que están peleando por evitar el descenso a la Regional Preferente. Los dos trasatlánticos que se supone que escaparían rápido de esas posiciones, el Caspe y el Brea, no terminan de espabilar, no han ganado en las dos últimas semanas y siguen marcando frontera de salvación, con 25 puntos, empatados con La Almunia, que es el actual colista. Un punto por encima, Belchite y Fuentes tras ganar en Andorra, están de momento fuera de la quema aunque en medio del fragor de una guerra con muchas batallas aún por declarar.

Así que estas vicisitudes están ayudando a llenar la bombona de oxígeno de los equipos turolenses de la competición. La muga del descenso sigue atascada en esos 25 puntos, y eso significa que los cinco puntos de nueve posibles que Calamocha y Utrillas han cosechado en las tres últimas jornadas les sirven para poner tierra de por medio y colocarse de manera holgada en mitad de tabla, de momento sin ningún tipo de emergencias clasificatorias. Caminan los dos de la mano, empatados a 33 puntos, ocho por encima del infierno.

En efecto, este pasado fin de semana se dio bien, y únicamente el tropiezo del Andorra en su feudo ante el Fuentes evitó un pleno contra el descenso. Los mineros siguen séptimos, 37 puntos, aún más lejos de la zona roja pero sumidos en una racha de resultados que les ha hecho olvidar el dulce paladar de la victoria. Y es precisamente este bache de resultados del plantel minero el que pone sobre aviso no sólo al Andorra, también a los otros dos representantes de la demarcación, porque ningún equipo está a salvo de un bajón semejante.

Lo que significa que ese colchón, esa ventaja con respecto a las tres últimas posiciones de la tabla, deberá seguir siendo cultivada, mimada y en lo posible incrementada en las ocho jornadas que quedan para que acabe la competición. La Tercera aragonesa entra en su último cuarto de temporada con tendencias definidas; el atasco habitual del grupo se ha deshecho: aparece un grupo de aspirantes al ascenso ya bien definido, con el Ebro y el Huesca B destacados, el Monzón a toda marcha y el Andorra aún con opciones de engancharse.

Clase media al sprint

Y se va configurando una clase media en esta división en la que de momento siguen militando tanto Calamocha como Utrillas, en la que además algunos de sus integrantes marcan ritmo acelerado, esprintan camino de la salvación definitiva. El Tamarite viene de arriba perdiendo comba, cinco partidos sin ganar, y sus 35 puntos marcan un listón al que ya se ha agarrado el Épila, que ha sacado diez de los últimos doce puntos en juego.

También presenta un buen rendimiento el Fraga, nueve puntos en las últimas cinco jornadas, para acompañar a los turolenses en el centro de la clasificación. Y completa el grupo el Almudévar, al que sólo el acierto atacante del Utrillas pudo privar de seguir con su escalada en la tabla. Aprieta la zona media-baja, se aprovechan todos de que los colistas no terminan de espabilar (a este respecto, el triunfo del Calamocha en Brea fue fundamental) y se trasladan las urgencias; es el juego de la patata caliente que, a buen seguro, todavía dará sorpresas en los 24 puntos que quedan pendientes de disputarse a partir de esta primavera.