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Primera victoria ante el Huesca B para acelerar los fichajes que le restan aún al Teruel Primera victoria ante el Huesca B para acelerar los fichajes que le restan aún al Teruel
Se adelantó el Teruel, empató el filial oscense mediada la segunda parte pero sentenciaron los turolenses al final

Primera victoria ante el Huesca B para acelerar los fichajes que le restan aún al Teruel

El desorden de los cambios en la segunda parte favoreció al cuadro mudéjar, aún con dudas
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La provisionalidad e incerteza que sigue caracterizando al CD Teruel de la temporada 24-25, a dos semanas apenas para que comience la Liga, le empuja a partir de ya mismo a cerrar filas y fichajes en estos días finales de agosto. Pero este sábado mostró sin embargo algunas certidumbres sobre las que el equipo podrá apoyarse al menos en los primeros envites de la Segunda Federación que comenzará con la llegada de septiembre. Se vieron en Pinilla, en el quinto amistoso preparatorio disputado por el Teruel este verano, el segundo en feudo turolense.

Vino el filial del Huesca, de Tercera, un equipo armado a golpe de scouting, ojeo aquí y allá, Cataluña, Baleares, internacionales andorranos de los que pululan en el fútbol aragonés... Un mapa muy realista de la “globalización local” que impone el fútbol actual, y que genera un conjunto que tiende a ser jugón, que será buen animador de la próxima Tercera aragonesa, y que tiene algunos peones interesantes; con el 10 jugó un muchacho de Lérida llamado Marc Torra que se bastó y se sobró para darle al Teruel media hora inicial de tormento; ni olieron bola los rojillos ni pudieron evitar varios acercamientos de cierto peligro; avisaron Calvo, Chatiliez y, sobre todo, Raúl Ojeda, que se sacó de la chistera un penalti; la defensa mudéjar cayó en su dribbling.

Pero aquí llegó la primera certeza del Teruel. Hay arquero. Cortés no es especialmente alto, pero sabe achicar espacios y porterías, y detuvo bien, abajo y con firmeza, la pena máxima de Ojeda. Otro par de salidas en mano a mano y en balones aéreos confirman que el guardameta madrileño está en disposición de ganar puntos y de guardarlos. A su hombro empezaron a crecer los defensas, sobre los que gravitaría la reacción turolense en una primera parte que pudo haber terminado con ventaja local.

Segunda certeza: los laterales pueden empujar al equipo. Empezando por Dufur, que apunta a jerarca en la zona zaguera. Tiene presencia, físico y rudimentos suficientes para no sólo vallar bien su zona, sino también proyectar y proyectarse en ataque. Tardó cierto tiempo Cervera en verlo, pero en cuanto conectaron, las llegadas del Teruel empezaron a sucederse. Febas y Marcé tardaron algo más en enchufarse en la izquierda, pero suyas fueron las primeras opciones serias. Impreciso disparo del lateral, impreciso control final del extremo. 

Tercera certeza: en tanto no se activen las palancas del fútbol del Teruel, bien hará Mendia en incentivar el balón parado, porque Le Normand es un metrónomo que dibuja parábolas desde el córner o desde donde le dejen ponerlas. El aluvión de ocasiones del Teruel en el final del primer acto tiene que ver con saques de esquina y faltas que el equipo genera porque los servicios del francés sirven para encerrar a los rivales. Y, con los rivales cerrados, Cervera y Febas ganan enteros. Alomar, Vigara a servicio del leridano y Cervera rozaron el gol antes del descanso. 

Gol tras la reanudación

No tardó mucho en acertar el Teruel. Lo hizo Alomar, ayer ariete, futbolista espabilado y trabajador en el frente de ataque. Cierto es que el servicio que le colocó Vigara desde la derecha merecía el premio gordo, pero había que colocar bien la cabeza  e impulsar la bola lejos del portero rival. Uno a cero. Y, desde entonces, un cuarto de hora de fútbol turolense aseado, con el Huesca B menos atrevido y cansado tras su despliegue anterior. Tuvieron opciones Cervera y Febas para añadir más ventaja. Se vieron más conexiones, más compenetración entre laterales, volantes y centrocampistas. 

Carrusel de cambios

La gestión de los cambios demostró que el bolo del sábado era más serio para el Teruel que para el filial altoaragonés. El Huesca B cambió casi todo el equipo sin esperar al cuarto de hora de la reanudación, mientras que Unai aguardó casi al 70 para empezar a mover el banquillo. Pero sigue habiendo lagunas de concentración sobre las que el equipo tendrá que trabajar; más atento a la pausa que al juego, a Le Normand le sobró un regate al borde del área propia. Le bastaron esos dos metros de ventaja a Torra para culminar su buen partido con el empate. 

Por suerte, los turolenses que salieron al campo en ese momento no le perdieron la cara al partido en ningún momento. La prueba de Pinilla dejó fuera de nuevo a Peru y Cabetas, Caro tampoco se vistió, con un golpe, y tampoco se vio ya a Seijo ni a Espinal, lo que dio minutos y presencia a futbolistas que estarán en el B de Regional este curso. Uno de ellos, Adrián Sánchez, delantero, encontró un balón suelto a veinticinco metros de portería, con el arquero rival más adelantado de lo debido; armó rápido la zurda para colocar el esférico a guardar.

Para entonces, Lucas Beltrán ya tenía gobernado el desajuste lógico tras el carrusel de sustituciones. A su alrededor, el Teruel permaneció ordenado y entero durante los minutos finales de la contienda, con el Huesca B desdibujado por sus propios cambios, con muchos juveniles en sus filas. En ese hábitat, el mediocentro turolense tuvo tiempo de mostrar calidad en la medular; un avance suyo habilitó el desmarque en banda de Aarón. Su servicio, bien dirigido a la espalda de la defensa rival, encontró el buen remate de Pardillos, que estableció el 3 a 1 final con el que concluyó la primera victoria del CD Teruel en esta pretemporada.  

Entra el club en la semana culminante de su mercado, el momento en el que se espera agitación en la llegada de fichajes. Siguen faltando al menos media docena de nuevos nombres, teóricamente titulares; un par de centrales, un par de atacantes para la banda, un delantero más, probablemente un portero. Unai los espera como agua de mayo, desde luego, porque le queda cada vez menos para empezar lo serio.

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