Nueva victoria del CD Teruel (4-0) para casi asegurar su plaza de play-off

Un cuarto de hora frenético al principio del partido y un último gol de cierre le permitieron al CD Teruel abrochar una nueva victoria, la decimosexta del curso, otra goleada en Pinilla que tuvo como víctima al Alfaro. Los riojanos son un bloque serio que no elude ni el toque ni la batalla, pero se encontraron el domingo con esa versión eléctrica y vigorosa, otra vez el temporal ofensivo de los de Unai Mendia frente a su afición. La victoria le sirve al equipo rojillo para seguir el ritmo de los líderes, afianzarse en plaza de eliminatorias de ascenso y, de paso, recuperar sensaciones no sólo en lo tocante al resultado, sigue el equipo invicto este año, sino sobre todo en lo futbolístico; volvió a jugar bien el once de Mendia. “En los partidos anteriores no estuvimos tan bien, esperamos demasiado. Esta vez hemos ido a ganar”.

En efecto, el entrenador guipuzcoano apostó por una alineación ofensiva; está de moda en los últimos tiempos ocupar las bandas con “doble lateral”, dos perfiles defensivos arriba y abajo. Pero Mendia se sacó de la chistera lo contrario, un doble extremo para la banda derecha, Moha de carrilero y Febas de falso volante, toda la banda para el hispanomarroquí con Obeng de puñal en el otro costado. “Es una posición en la que Moha ya había jugado alguna vez, nos podía dar lo que nos ha dado”. Val aún está renqueante de sus molestias en el pubis, confesó Unai, y Dufur y Axel terminaron la semana con algo de carga muscular. Así que ante el Alfaro, ración doble de extremos para acelerar el ataque.

Y por bandas percutió con insistencia el equipo desde el inicio del duelo, en el que se vio de nuevo la versión plena de Marí en el centro del campo, con Caro de escudero, Theo de mago en el enganche y la guardia pretoriana de López, Serrano, Cabetas y Taliby para cerrar. Un centro chut de Obeng encontró al portero en el minuto seis, uno antes de que una buena presión de Peru, el ariete que completaba el armazón ofensivo, originó una pifia de la defensa local. La recuperación de Le Normand inició quince segundos de ataque vertiginoso con media docena de toques entre el francés, el vasco y el ilerdense que acabaron con pase de la muerte y gol desde el área chica. Había dudas de si lo marcó un defensa en propia. Joel aseguró en zona mixta que fue de Theo. El árbitro lo confirmó en el acta.

Aún con la lata abierta tan temprano, no dejó de atacar el Teruel, y Obeng halló el premio a su voracidad, resolviendo un pase de Peru desde el punto de penalti. Y la sentencia llegaría justo al cuarto de hora, otro generoso regalo del ariete vasco que el ghanés quiso dejar a los pies de Febas, fina su definición a pie de poste. Tres a cero, envite resuelto, y momento para redefinir el paso de los siguientes ochenta minutos. En algún momento de ese marcador tan positivo y tan pronto el equipo echó el freno. “Es difícil aguantar a ese ritmo todo el partido”, explicaba el entrenador del CD Teruel.

Reacción tímida visitante

Así que el Teruel decidió no agrandar la herida, y quiso el Alfaro tomar la posesión. Se echó a los pies de Losantos, sobre cuya guía crecieron Gil y Hugo para dibujar un par de buenas acciones, de tal modo que los siguientes diez minutos tras el tercer gol del Teruel anticiparon una reacción riojana que finalmente no se dio. La mejor la tuvo Hugo tras un mal pase de Cabetas, su vaselina se le fue arriba.

Y el aviso resonó el despertador del Teruel, que volvió a juntarse y buscar el cuarto pasada la media hora de juego. De su enésimo despliegue Moha sacó un centro que Peru mandó fuera de chilena, estética acción la del ariete. En el 35 una acción individual de Serrano terminó con un chut malicioso que rebotó en un rival para estrellarse en el larguero. Y los dos corners siguientes se saldaron con un tiro seco de Theo, un palmo arriba, y un remate forzado de Cabetas desde área pequeña; al final del primer acto, idas y venidas de unos y otros, falta peligrosa que Losantos mandó fuera, para dejar dibujado el 3-0 casi inicial.

Más calmada amaneció la segunda parte. La quiso agitar el Alfaro, con su defensa diez metros más adelantada. Pero el Teruel resolvió rápido el crucigrama de los de la ribera riojana; los de Unai Mendia apostaron por combinar posesión larga y precisa para dormir presión con balones a la espalda para generar algunas oportunidades bien claras. Para lo primero, Cabetas y Marí asfaltaron un avance de Le Normand que se le fue cerca del palo en disparo desde la frontal.

Claras opciones para Aimar

Pero de donde más produjo el once rojillo fue de lo segundo, de buscar la espalda de los centrales riojanos. La tuvo primero Obeng arrancando desde la banda; su tiro se estrelló en el cogote de Aimar, ya en el campo. Fue de hecho el sustituto de Peru el que las gozó de todos los colores. Recibió balones con marchamo de gol de Obeng, que finalizó de vaselina arriba, de Cabetas, que se le fue a córner y sobre todo uno de Marí, en el minuto 70, la más clara de todas que no contabilizó ni como tiro a puerta porque se le fue largo el control al delantero vasco ya mano a mano con Equiza.

El cuarto de hora final se inauguró con la centésima carrera de Obeng, indetectable, de banda a banda. Tuvo él el cuatro a cero, lo cantó de hecho tribuna, efecto óptico porque se le marchó pegado al palo por fuera. Y se puso interesante en el momento en el que Unai decidió dar minutos para los dos chicos de la cantera. “No es un regalo”, insiste el de Beasain. “Llevan meses apretando y ganándose estas oportunidades”. Iñaki Bellido salió para jugar entre líneas, acompañando a Aimar arriba. Supo dar algunos toques finos, uno de ellos habilitó un disparo con rosca de Bertino que paró el portero.

Y Lucas Beltrán sumó su segunda aparición en Pinilla, un cuarto de hora como sustituto del jerarca Marí. El 26 turolense heredó su posición, y tiene también algo de su orden, de la capacidad de organización del alicantino. Antes de que los dos zagales se juntaran en el campo, Losantos pudo poner el primero para el Alfaro, pero con ellos en el césped el Teruel pisó el acelerador por última vez en un partido que recuperó la velocidad y el duende del equipo mudéjar delante de su afición. Obeng rozó el cuarto, Dufur casi lo puso, y Aimar marró su última ocasión antes de cazar al fin una mala salida del Alfaro para cerrar la goleada.

Cuatro a cero que le sirve al Teruel para conservar su cuarta plaza liguera, prácticamente asegurar su puesto de play-off, ocho puntos de renta sobre el Ejea, sexto, y para seguir soñando con lo más difícil, alcanzar a un líder, el Arenas, que no falla. Las matemáticas dicen que quedan nueve puntos por disputar y hay seis de desventaja con la primera posición. Mientras haya vida, hay esperanza. Y mientras, en Pinilla, palmas de Domingo de Ramos.