Misión cumplida de los turolenses en la Segunda División del fútbol español

Apenas treinta kilómetros, menos de media hora de camino, separan las villas de Alloza y Muniesa, en pleno epicentro minero de la provincia de Teruel. Sitios casi gemelos, unos 600 habitantes cada uno de ellos. Y, entre los dos, cerca de 5.000 minutos de juego en la temporada regular recién acabada en la Segunda División del fútbol español, repartidos entre sus dos representantes, los más pujantes del fútbol turolense actual a la espera de que se confirme la irrupción del mediapunta Juan Hernández.

De Alloza es Pablo Tomeo, que acaba de culminar no sin sufrimiento el enésimo milagro del CD Mirandés, de nuevo salvado en una categoría cada vez más llena de tiburones. Fue titular el ex del Huesca en el triunfo decisivo que el conjunto jabato le endosó al Amorebieta para certificar la permanencia. Y con esa participación, noventa minutos de juego en Anduva, el dorsal 15 superó los 1.300 minutos disputados en la presente temporada, repartidos en un total de 28 participaciones en la temporada.

De menos a más ha ido la trayectoria del turolense, que ha tenido la oportunidad de anotar un gol pero que, sobre todo, ha sido un pilar decisivo en la fase final de la competición para el Mirandés en plena lucha por la salvación de categoría. Incrustado en defensa de tres centrales con dos carrileros, este mediocentro reconvertido ha sido fijo en los ocho últimos partidos del equipo.

Todavía más decisiva ha resultado la participación del centrocampista de Muniesa Jesús Bernal, que ha encontrado en el Rácing de Ferrol el ecosistema preciso para su desarrollo en el fútbol profesional. Un total de 40 partidos disputados, 39 de ellos como titular, y 38 completos dan muestra del papel absolutamente insustituible que su trabajo como ancla de la medular le ha reportado al cuadro gallego.

Hasta las últimas jornadas de la competición este recién ascendido, habitual en Segunda B pero mucho menos presente en el fútbol profesional, ha tenido opción de poder meterse en las eliminatorias finales por el ascenso de categoría; de hecho, en la primera vuelta el conjunto ferrolano coqueteaba con el liderato de la tabla en la Segunda División. La temporada de todo el equipo ha permitido a otro aragonés, Carlos Vicente, dar el salto a la máxima categoría con el Alavés. Para Bernal, para el de Muniesa, el siguiente reto seguirá estando en la categoría de plata. Sonó para equipos, en Zaragoza trataron de buscarle acomodo, pero será finalmente el Sporting de Gijón el próximo club del turolense.