Lección sobre el césped a los pies del Pirineo
Dos graves errores defensivos penalizan al Teruel en un partido digno del que se fue sin premioNo es capaz el CD Teruel de convertir sus triunfos caseros en mejores resultados a domicilio, y en esa imposibilidad práctica de puntuar lejos de Pinilla se le está yendo por el sumidero el primer cuarto de competición en esta Segunda Federación. Sale el cuadro mudéjar casi a punto por partido, media insuficiente, que de momento le coloca tras ocho jornadas en posiciones cercanas al peligro, y que empieza a demostrar que al equipo, quizá sea mejor decir a algunos de sus integrantes, le faltan todavía rudimentos básicos para lo que necesita en una categoría en la que prima la picardía y la fortaleza física y mental innegociable para los que luchan por la supervivencia.
El Teruel es aseado y fino, y también es bravo cuando el rival aprieta, pero adolece de una ternura a veces irritante. De Barbastro sale escocido, desde luego. Mendia propuso el domingo pasado en Pinilla, ante el Izarra, un falso nueve con Le Normand tirado a banda. Le gustó el experimento del francés escorado, y en el Somontano le repitió apuesta y propuesta, sólo que esta vez con Peru arriba, ariete fijador acompañado por Jorge en derecha y Febas como segundo punta. Así salió mandón el Teruel, diez minutos de fútbol más que digno, asociativo y alegre, que hasta sorprendió a los locales.
A los cuatro minutos Febas ya pudo inaugurar el marcador; al borde del área chica pero algo esquinado mandó el cuero arriba; llegaba bien por banda el equipo rojillo, especialmente activo Jorge Domínguez, partido para su reivindicación el de Barbastro. Ese empuje inicial del Teruel lo trató de contrarrestar el cuadro altoaragonés más o menos como lo hizo el Izarra siete días atrás, balón largo a la pelea de dos delanteros, con Aldair como mayor molestia. Cabetas lo dominó con solvencia, a López le costó algo más. Pero, con todo, el cuadro visitante se mantuvo firme en la disputa de los duelos. Presionaban arriba los del Somontano; de una arrancada de Sito por zurda encontró Jaime un remate aéreo que se le fue arriba. Y también hacía lo propio el once mudéjar; de un robo de Febas, ya pasado el cuarto de hora, a Jorge se le quedó un buen balón para golpear raso, pegado al palo. El portero Méndez cazó el balón a tiempo.
La cosa es que a los veinte minutos el Barbastro había conseguido enterrar el dominio inicial turolense a base de pelotazo y envite, disputa constante de duelos. El control dejó de ser visitante, pero este escenario en absoluto asusta a los de Mendia. Lejos de disiparse, es precisamente en esos momentos cuando crece la columna vertebral del equipo; no mezclaron mal este domingo Fruniz y Marí, y encontraron en Cabetas un socio fiable en el corte para iniciar la confección. En una de ésas, con Jorge y Val proyectados constantemente hacia arriba, Marí basculó un balón de derecha a izquierda para que Le Normand probase desde ese costado. Al portero Méndez.
Lección imborrable
Hasta que, de repente, a la media hora, Iván López se equivocó. De aquí sale la lección fundamental que debe sacar el CD Teruel de lo del domingo a orillas del Vero. El madrileño es central de escuela, académico y canónico. No equivoca nunca su posición, fija bien la línea, es un catálogo de conceptos válidos. Pero desconoce los códigos del fútbol en el barro. Primera ley, sólo se saca bola jugada si se puede sacar jugada; en un mal pase suyo Guille Alonso puso la directa en dirección a Taliby. Como es rápido, López le recuperó carrera y posición, parecía que el incendio estaba sofocado.
Pero Iván tampoco aplicó la segunda ley: en cuanto se huele peligro, balón a las nubes, a la grada, a Francia. No acertó a despejar el central, y Alonso, que estuvo en el radar del Teruel durante su reconstrucción veraniega, anduvo listo sacando un disparo al que Taliby tampoco opuso una afortunada respuesta. De su rebote llegó el primer gol altoaragonés, un golpe duro que quizá no hacía justicia al buen inicio turolense, pero que fue tremendamente sintomático de cómo funcionan las cosas en esta categoría en la que los errores se pagan muy caros.
Aún y así, el once de Mendia es un grupo con personalidad, es consciente de que cada partido es una trampa y un jeroglífico. Enseguida se vio con fuerza y fútbol para cercar el arco rival en busca del empate. Lo vislumbró Jorge, en veloz cabalgada por banda que finalizó con centro raso al área. Lo dibujaba Le Normand, puntual en sus ayudas a Marí y Fruniz tras la pista del pase; cuando no sale, el francés tampoco elude el disparo lejano, y en uno de esos con derecha obligó a Méndez a volar para evitar el empate. Y lo peleó Peru, activo como siempre en el frente de ataque para buscar asociaciones; a falta de remate, el vasco no escatima ni esfuerzo ni combinación.
Fueron los tres, de hecho, los que sellarían el empate a uno. Como el Barbastro es valiente y peleón, a cada arreón del Teruel le opuso brega y balón largo para evitar encerrarse. En una de ésas Alonso cazó una bola al borde del área grande de la que se sacó un latigazo tras recortar a Val. Taliby despejó a córner. Y de ese balón parado en contra, entre Peru y Le Normand supieron tejer un buen contragolpe que dejó a Domínguez sólo ante el guardameta rival. En carrera, el navarro eligió bien, ejecutó el recorte con cierta fortuna y empujó a puerta vacía. Uno a uno, y cinco minutos para el descanso en los que el cuadro mudéjar sitió el área rival en balones parados que no encontraron suerte ni remontada.
Reanudación disputada
Avisado de cómo las gasta el Teruel en cuanto tiene un metro para armarse con la pelota, el Barbastro saltó a la reanudación dispuesto a construirse diez metros más arriba. Misma fórmula, intensidad en los duelos y balones a la espalda; Cabetas es muy fiable en estas escenas, a López le cuesta algo más. Evitaron los altoaragoneses que los rojillos volvieran a encerrarles, pero la tropa de Mendia no se acobarda; Le Normand pidió balón jugado y balón parado para avisar en el minuto 47, y al final el Teruel logró balancear el partido hacia el área rival, cinco minutos en los que no hubiera sido injusto el 1-2. Lo tuvo Val en una gran volea tras saque de esquina con centro de Jorge. Lamió el larguero su tiro. Y entre Febas y el francés se lo guisaron por banda derecha para rozarlo pero no atraparlo.
En resumidas cuentas, el partido de ayer en Barbastro se resume en que el humilde conjunto somontanés defendió bien cuando le tocó hacerlo, no puede decir lo mismo la escuadra turolense. De hecho, cada saque de esquina rival fue un tormento. No iban ni diez de la segunda parte cuando Prat ya le avisó a Taliby enganchando un buen balón en la frontal tras córner. En el siguiente, hora de partido ya cumplida, alguien decidió que debía ser Le Normand quien marcase al segundo punta altoaragonés. Lo hizo con la mirada, alejado; lleva el mismo apellido que el central de la selección española, pero su oficio es otro. Dejó que Prat llegara al punto de penalti, completamente libre de marca, y el delantero agradeció el obsequio ajustando su remate al palo derecho del portero hispanoguineano. 2-1; se le apagó la luz al Teruel a partir de ese momento.
Como le suele pasar cada vez que se ve en desventaja, el once rojillo envalentonó otra vez su fútbol. Pero se notaba que este segundo golpe le había dejado realmente herido. Entre Febas y Peru quisieron voltear la contienda desde banda hacia el corazón del área, pero enseguida se vio al Barbastro crecido con la ventaja, espoleado por la inercia del partido, y, en este caso, favorecido por las sutituciones del entrenador Mendia. El guipuzcoano no suele tener ataques extraños, y sus cambios suelen obedecer a planteamientos lógicos en busca de cambiar dinámicas. El problema es que, con las lesiones de Moha y Parra, lo que hay en el banquillo tiende a ser corto; Cervera no mejoró a Jorge, y Alomar tampoco pudo hacer olvidar a Le Normand, así que poco a poco, en el último tercio del choque, el Teruel fue empequeñeciendo sin ser capaz siquiera de amenazar la ventaja del Barbastro.
Cinco minutos finales de arreón y bravura a balón parado, defendidos sin excesivos agobios por la zaga rojiblanca, pusieron fin a un partido desafortunado del CD Teruel. En el que queda la imagen lánguida de unos mometos finales en los que el Barbastro vivió más cómodo de lo que debería. Pero, sobre todo, en el que deben apuntarse, a fuego, subrayadas con rotulador de color vivo, las lecciones que acontecieron durante la primera hora: los rojillos saben jugar, generan para ganar, pero han de evitar a toda costa imprecisiones, errores y desatenciones básicas que les están costando ya más puntos de los que serían pertinentes.
El Teruel se queda de nuevo al borde de la zona baja, atascado en los nueve puntos, y con las posiciones delanteras de la clasificación cada vez más alejadas. A estas alturas no se trata tanto de ver si el equipo aspira a estar más arriba o más abajo. Se trata de hacer que el caminar por la categoría minimice sobresaltos y sufrimiento, porque otra vez, de nuevo, la semana que viene se avecina otro partido que no puede escaparse de Pinilla; es conveniente evitar ese estrés.
Así jugaron
Taliby (6)
Tuvo trabajo el arquero, con resultados desiguales; pudo hacer más en el primer gol local pero también evitó otros goles rivales.
José Val (6)
Ante sus excompañeros estuvo más incisivo en sus subidas, dentro de un tono general defensivo menos seguro de lo debido.
Edu Cabetas (7)
Sostuvo la bandera de la zaga del Teruel, pero no pudo evitar las desatenciones que le costaron el partido al equipo.
Iván López (4)
Le castiga muchísimo el doble error que provocó el primer gol del Barbastro. Desigual resultado en sus duelos directos defensivos en el resto de un complicado partido.
Roger Marcé (5)
Apareció por el costado izquierdo, discreto pero creciente, en busca de su mejor forma. Difícil brillar en el día de ayer.
Anton Fruniz (6)
Buen escudero de Marí, se escala bien en el centro del campo y da buen apoyo en corte y salida. Fue sustituido.
Le Normand (7)
No se esconde cuando los partidos se ponen duros, y eso le resulta muy útil al equipo. Tuvo buenas opciones y dio buenos pases.
Febas (6)
Muy voluntarioso, muy comprometido y a veces también productivo. En el área, eso sí, se ciega en el momento más decisivo.
Jorge Domínguez (6)
Sin dar la sensación de estar al máximo nivel, se le nota el más fuerte de los jugadores de ataque. Primer gol ayer en Barbastro.
Peru (6)
Sigue con su trabajo de descolgar balones y jugar de espladas, pero parece estar cada vez más lejos de zonas de remate.
Óscar Caro (5)
Sustituyó a Fruniz en el segundo tiempo. Aportó más musculo sobre el terreno de juego, pero no carburó bien en ataque.
Dani Cervera (5)
Balón parado ya con Le Normand fuera, y poco más para el trescuartista catalán.
Ander Dufur (5)
De nuevo suplente, empieza a ser quizá necesario su concurso en el centro de la defensa para dotarla de contundencia.
Iván Serrano (5)
Relevó a Marcé, pero no fue capaz de mejorar su rendimiento en la banda izquierda.
Alomar (5)
Poca mordiente del delantero balear, que no acaba de entenderse con sus compañeros.
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