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Teruel podría estar presente en el Festival Internacional de Cine de Cannes en 2025 Teruel podría estar presente en el Festival Internacional de Cine de Cannes en 2025
El director Óliver Laxe durante su intervención ayer en la Jornada ‘En Teruel se rueda’, con una imagen de la rambla de Barrachina de fondo. Javie Escriche

Teruel podría estar presente en el Festival Internacional de Cine de Cannes en 2025

Óliver Laxe rodará en varios lugares de la provincia parte de ‘After’, su cuarta película, en mayo
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Teruel podría estar en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 2025 si se cumplen las previsiones del director de cine franco-español Óliver Laxe y consigue hacer de After, el largometraje en el que anda metido, “una de las 60 mejores películas de este año” y concurre así en el certamen galo, donde ya han sido premiados todos sus anteriores trabajos -Premio FIPRESCI por Todos vosotros sois capitanes en 2010, Premio de la Semana de la Crítica de Cannes por Mimosas en 2016 y Premio del Jurado en la sección Un certain regard por Lo que arde en 2019-.

After no será una película ambientada en Teruel ni será rodada mayoritariamente en esta provincia sino en el Atlas marroquí, pero durante estos días el equipo de localizadores de Laxe se encuentra en la rambla de Barrachina, en Tortajada, El Pobo o el aeropuerto de Teruel, donde se filmarán algunas secuencias del largometraje en un rodaje previsto para la primera quincena de mayo, en el que además participarán unos 140 figurantes turolenses. El castin para seleccionarlos está previsto para este viernes, en el local de la Fundación Bodas de Isabel, de 10 a 14 horas y de 16 a 19 horas, y se necesitan niños y niñas de 6 a 12 años y hombres adultos, árabes o de apariencia árabe, de 16 a 65 años.

Protagonizada por Sergi López

La película narra la historia de un padre, interpretado por Sergi López, que con ayuda de su hijo busca a su otra hija, desaparecida tras una fiesta, como avanzó el propio Óliver Laxe durante su intervención, ayer, en la I Jornada En Teruel se rueda celebrada en el edificio del antiguo Banco de España, acompañado por los productores ejecutivos de este proyecto, Oriol Maymo y Xavi Font.

La ficción transcurre en Marruecos “pero por cuestiones de financiación tenemos que rodar una parte en España”, explicó. Laxe necesitaba una zona desértica que pasara por el Alto Atlas y el Anti-Atlas marroquí. “En un primer momento pensamos en Monegros, pero Estíbaliz (Centeno, coordinadora de la Aragón Film Commission) me envió unas fotos de la rambla roja de Barrachina, y me enamoré de ese lugar”.

Laxe ha realizado desde entonces varios viajes para explorar personalmente la zona, que considera “de una belleza escandalosa”. “Existe una zona que sinceramente me parece cincelada por los dioses”, y que de hecho “me ha obligado a reescribir el guion porque me ha dado ideas con las que estoy muy contento”. “No hay ser humano que no se conmueva ante ese paisaje, porque estás asistiendo a la creación del planeta”, subrayó el director, que expresó su deseo de “lograr estar a la altura de esta localización”.

Además Óliver Laxe planea rodar en otros escenarios turolenses como Tortajada, el aeropuerto o el páramo de El Pobo, o aragoneses como el Planerón del Quinto, en Belchite, o Foz de Zafrané, en La Puebla de Albortón.

Director a la vieja usanza

Laxe se define como un director a la vieja usanza, “que no siempre toma el camino más ortodoxo en el cine”. Se declara enamorado de los espacios naturales capaces de sobrecoger y convecido de que “una buena localización puede exigir reescribir una parte del guion, o convertirse en un personaje más de la película” que la transforme de buena a excelente.

En ese sentido no duda en embarcar a su equipo en costosas aventuras, para horror de sus productores, en busca de los emplazamientos perfectos, y como ejemplo citó unas gargantas en el Alto Atlas de Marruecos donde filmó en 2015 casi un tercio del metraje de Mimosas, “una localización muy peligrosa porque las gargantas se llenan de agua y cuyo acceso exige tres horas en mula cruzando ríos”.

Sin embargo el director sostiene que “en la vida las cosas tienen un precio, hay que pagarlo y a veces tienes que peregrinar a los lugares más recónditos para encontrar exactamente lo que buscas”. De hecho en sus tres películas el campo y la naturaleza, “con la que tengo una relación bastante panteista” ocupan un lugar central.

Rodar en exteriores dispara los costes del cine, y si además eso supone viajar a lugares lejanos y poco accesibles todavía mucho más. Por eso Laxe ayer bromeó con el público y contó que sus productores se echaron las manos a la cabeza cuando les dijo que había encontrado la localización perfecta para rodar algunas de las secuencias de After. “Pensaron que a saber dónde íbamos a ir esta vez, pero se pusieron muy contentos cuando les dije que estaba en Teruel, a siete kilómetros de la ciudad, que no habría que ir en burro ni dormir en tiendas de campaña, y tendríamos una buena ducha por las noches”.

Durante su intervención en la jornada En Teruel se rueda la coordinadora de Aragón Film Commission, Estíbaliz Centeno, había subrayado la importancia de los contratos de confidencialidad en los rodajes. Citó como ejemplo el reality show sobre escalada The climb, cuyo segundo episodio se grabó en diciembre de 2021 en Albarracín y Riglos. En realidad estaba previsto rodarse en otro lugar de España, pero se filtró a la prensa y HBO decidió cancelarlo.

Sin embargo Óliver Laxe opinó que “After es un proyecto financiado en parte con fondos públicos y por lo tanto hay que compartirlo con los ciudadanos, tanto ahora como después”.

El largometraje ha conseguido financiación institucional de Galicia, de Cataluña, del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales, del Consejo de Europa, y está pendiente también de obtener ayuda procedente del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE).

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