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Siete millones de años de evolución humana en 30 metros de mural en la Universidad Siete millones de años de evolución humana en 30 metros de mural en la Universidad
El profesor Rafael Royo explica a los escolares de 5º y 6º de Primaria de Las Anejas la actividad que después realizaron en torno al mural recién inaugurado en el campus de Teruel sobre la evolución

Siete millones de años de evolución humana en 30 metros de mural en la Universidad

Estudiantes de Bellas Artes, Magisterio y Psicología han colaborado en el proyecto pedagógico
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Asuntos como la diferencia entre los homínidos y los homininos; dónde y cuándo nacieron los primeros seres humanos; o si en algún momento histórico convivieron diferentes especies humanas son asuntos que no están del todo claras para todo el mundo. Para dar respuesta a estos interrogantes y algún otro, un equipo interdisciplinar de los grados de Bellas Artes, Magisterio y Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel ha creado una gran pintura mural titulado Evolución Humana en el campus de 30 metros de longitud y unos 60 metros cuadrados de superficie.

El proyecto, financiado por la Fundación Universitaria Antonio Gargallo de Teruel, está situado en un exterior del campus y es visitable por cualquiera, entre la parte trasera del edificio de Ciencias Sociales y el Colegio Mayor Pablo Serrano. Se completa con una guía didáctica con ilustraciones y actividades para escolares de últimos años de Educación Primaria o primeros de Secundaria. Las aulas de 5º y 6º del Colegio Anejas fueron este viernes las primeras en organizar una visita al mural, durante la inauguración oficial del mismo. El resto de colegios e institutos que lo deseen pueden solicitarlo y la idea es que todos pasen por allí a lo largo de los próximos meses.

El mural se plantea como un recurso didáctico que pueden utilizar tanto los estudiantes de Magisterio como los profesores con sus alumnos. El proyecto de innovación docente, cuadernillo didáctico y el propio mural ha sido realizado por los profesores de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas Rafael Royo Torres, Alfonso Burgos Risco, Teresa Isabel Jiménez Gutiérrez y Adrián Ponz Miranda. Y han participado estudiantes de los grados de Magisterio (Elena Sanz Doñate) para diseñar la guia didáctica, de Psicología (Candela López Fleta, Carolina Herrero del Barrio) para diseñar los textos adaptados del mural, y de Bellas Artes (Alba Sanz Reglero, Erin Manzanares Oliveros, Nerea Villanueva Luño), pintando el mural en sí. El proyecto está apoyado por el Instituto de Estudios de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA), el grupo de investigación Beagle-IUCA y CienciaTe, la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y el Vicerrectorado del Campus de Teruel.

 

Representantes de la UZ, Ayuntamiento de Teruel y Fundación Antonio Gargallo durante la inauguración. MA

Siete millones de años

El mural arranca con una frase del investigador José Miguel Carretero sobre aquello que nos diferencia del resto de mamíferos primates, que no es otra cosa que la bipedestación, la capacidad de mantenernos en pie sobre dos extremidades, poder mirar al horizonte y tener las manos libres. Ese rasgo es, según los investigadores, el que hace unos siete millones en la selva tropical de África dio comienzo al linaje del que procedemos.

Así, el mural arranca desde este momento hasta el salto entre cinco y dos millones y medio de años, con el Australopithecus desarrollándose en un ambiente forestal más abierto, en el que la bipedestación supuso una ventaja evolutiva que quizá no lo era tanto en las selvas tropicales africanas. En este sentido, Rafael Royo explicó que el mural “no solo habla de la evolución del hombre, sino también de los ambientes en los que se desarrolla”.

El resto del mural muestra momentos emblemáticos de la evolución, trasladando la sensación de que esta no es algo continuo y unívoco. Hace dos millones y medio de años aparece el primeros homo, género en el que está incluido el ser humano actual, el Homo sapiens. Desde el primer homo, el hábilis, comienzan a desarrollarse otros que se aventuran fuera de África, que fabrican bifaces de piedra como primeras herramientas e implementan sistemas rudimentarios de enseñanza-aprendizaje. Esos homos tenían un cerebro capaz de imaginar la forma del objeto que quería obtener con piedra, y por tanto coordinar los movimientos necesarios para obtenerlo.

‘Sapiens’ cazando mamuts

Homo sapiens aparecen reflejados en una imagen durante la glaciación, con animales tan icónicos como los mamuts, a los que cazaban en grupo. Surgieron hace 50.000 años y fueron capaces de llegar a todos los continentes, dominar el fuego y crear culturas y sociedades muy elaboradas y sofisticadas, con manifestaciones artísticas, rituales, herramientas avanzadas y armas proyectiles.

Uno de los cuadros del mural representa también a los Neanderthales, una especie de homo diferente a los sapiens, físicamente más robusta, mejor adaptada al frío y que también desarrolló el pensamiento simbólico y el arte. Convivió con el Homo Sapiens durante miles de años, incluso hay investigaciones que dicen que ambas especies llegaron a hibridar, pero hace unos 30.000 años los Neanderthales desaparecieron como especie, por razones que todavía se investigan, quedando desde entonces los sapiens cómo únicos humanos sobre la Tierra.

La última escena del mural es un guiño a la diversidad cultural y étnica que existe entre los actuales representantes del género homo, “una imagen en la que hemos querido respetar esa diversidad, y también hacer referencia a la inclusión de género”, explicaba el profesor Rafael Royo. “A mi esta imagen me sugiere esperanza”, explicaba frente a esa última imagen, “porque creo que es precisamente esa diversidad la que nos va a permitir sobrevivir como especie y seguir caminando hacia delante”.

Gloria Cuenca, directora de Innovación de Transferencia y Tecnología de la Universidad de Zaragoza, estuvo presente durante la inauguración del mural. La paleontóloga explicó que como investigadora considera que “la evolución humana es una fuente de información muy valiosa para nuestros estudiantes, en el sentido de que es importante saber cómo lucharon nuestros antepasados por sobrevivir. Son un ejemplo del que tenemos que aprender a seguir avanzando”.

 

Uno de los escolares completa la actividad planteada en la guía didáctica. MA

Aprendizaje y servicio

Alfonso Burgos, que ha coordinado la tarea de los estudiantes de Bellas Artes, valoró el proyecto como “aprendizaje y servicio”. Aprendizaje en el sentido de que “nuestros estudiantes tengan la oportunidad de hacer trabajos reales, sujetas a unas limitaciones y unos requerimientos”, y servicio en cuanto a “la colaboración directa con los estudiantes de Magisterio y Psicología” para desarrollar recursos didácticos que son de utilidad para personas de diferentes perfiles, desde estudiantes de Magisterio hasta niños en etapa escolar.

La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, también estuvo presente en la inauguración. La regidora se mostró satisfecha por un proyecto “que demuestra la fortaleza del Campus de Teruel, donde tres grados pueden colaborar para llevar a cabo una actuación conjunta”. “En Teruel existe una colaboración permanente de las instituciones, como el Ayuntamiento o la Universidad, y dentro de la propia universidad se pueden desarrollar proyectos colaborativos entre distintos grados”, afirmó. “Esta es una de las señas de identidad que quiero transmitir a los turolenses y a quienes vienen de fuera. Teruel es una magnífica ciudad universitaria con unas posibilidades que quizá otros campus no ofrecen”.

Cazadores y cazadoras

En una de las imágenes del mural, el que corresponde al desarrollo de los primeros homos, aparece una hembra cazando. No es una simple cuestión de corrección política o de presentismo de género. Aunque el discurso tradicional que había calado es que los machos se dedicaban a cazar mientras las hembras cuidaban de los niños y los heridos u organizaban la actividad en el campamento, las evidencias científicas comienzan a demostrar que no existía discriminación sexual en las tareas. La caza o la recolección eran tareas críticas para la supervivencia del clan, y no tiene sentido dedicar a ellas solo una parte de los miembros.

“En la Sima de los Huesos de Atapuerca hay un grupo de homínidos en el que hay representados miembros de las edades activas, sin niños ni ancianos, con miembros masculinos y femeninos. Eso nos sugiere que se movían juntos los machos y las hembras, cuando cazaban, cuando se cuidaban entre ellos y cuando realizaban cualquier otra tarea”, explicaba Gloria Cuenca, que además de Vicerrectora de Transferencia e Innovación Tecnológica de la Universidad de Zaragoza es paleontóloga, geóloga y Premio Príncipe de Asturias. “Y en las pinturas de manos de Homo Sapiens, que se repite en yacimientos de Cantabria, Navarra o Aragón, también sabemos que están representadas manos de hombres y de mujeres”. Ese tipo de evidencias demostrarían que todas las funciones sociales eran desarrolladas sin distinción de género desde los primeros homo, al contrario de lo que ha sido creencia popular generalizada.

 

Uno de los ocho cuadros que forman el mural, en concreto el de ‘Australopithecus’, uno de los primeros homínidos. MA

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