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La Fundación Santa María supera de nuevo en 2022 los 4.500 participantes La Fundación Santa María supera de nuevo en 2022 los 4.500 participantes
Vista de la recuperación del retablo renacentista del siglo XVI, que se abordó durante uno de los duros de restauración

La Fundación Santa María supera de nuevo en 2022 los 4.500 participantes

La institución cultural de Albarracín recupera los datos previos a la pandemia
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Cruz Aguilar

La Fundación Santa María ha recuperado las cifras previas a la pandemia al reunir en Albarracín a un total de 4.562 personas, una cifra que sigue alejada del récord de 7.000 alcanzados en el año 2008 pero ya por encima de las cifras del último año prepandemia, 2019, en el que hubo algo más de 4.000 usuarios en las actividades propuestas por la institución. Para lograr esa afluencia, a lo largo del pasado año se han programado un total de 117 acciones culturales.

Estos participantes suponen un incremento casi un 20% con respecto a las cifras de 2021, año en el que pasaron 3.809 personas por Albarracín. También se ha notado un importante incremento, que ronda el 27%, con respecto a las cifras de visitantes que han pasado por el centro de información que gestiona la entidad. Así, durante 2021 atendieron a algo menos de 19.000 personas mientras que se han superado sensiblemente las 24.000.

En palabras del gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez, “en términos generales el balance puede considerarse positivo, dada la coyuntura” y el responsable destaca que la institución “continúa generando riqueza en la ciudad y en toda su comarca, y consolidando el reconocido posicionamiento de este territorio dado el interés que despierta el patrimonio de Albarracín”.

En cuanto a las previsiones para este 2023, el objetivo es mantener el número de actividades y también las cifras de participantes y visitantes. En cuanto a las obras previstas para el ejercicio que ahora se inicia,

La entidad gestiona en la actualidad un total de trece infraestructuras culturales, seis de las cuales están orientadas al uso museológico y de atención al visitante, agrupadas en el conjunto Albarracín. Espacios y Tesoros, que suma un valor añadido al atractivo que despierta la ciudad por sí misma.

Como recalcan desde la Fundación Santa María en un comunicado, la ciudad goza de muy buen posicionamiento a nivel nacional, e incluso europeo, como uno de los conjuntos histórico artísticos más importantes y mejor recuperados. En gran medida, matizan, se debe “a la incesante labor de la Fundación durante sus más de veintiséis años de trayectoria, que pese a las debilidades que presenta este territorio rural de interior, trabaja constantemente por impulsar e incrementar la oferta cultural”, dicen.

El gerente destacó por un lado la importante labor de la entidad para generar actividad fuera de la temporada alta y también planteó la importancia que han tenido los cursos para recuperar un total de 1.544 bienes del patrimonio de Albarracín que, de otra forma, hubiera sido inviable abordarlos.

Un nuevo almacén y la destitución del presidente

La Fundación Santa María estrenó en septiembre un nuevo almacén en la Sala Capitular de la Catedral, donde ya hay almacenados y perfectamente conservador un total de 700 bienes muebles.

Además, el pasado 14 de diciembre el presidente de la institución desde enero de 2020, José Ángel Biel, fue cesado por “perdida de confianza”. Todavía no se conoce quién lo relevará en un cargo que ha ocupado durante 19 años a lo largo de los 26 ejercicios de historia de la entidad.

En la última intervención pública de Biel en un acto de la Fundación Santa María, el pasado 8 de septiembre, el presidente ya pronunció un discurso que sonó a despedida. Así, detalló que “aunque deje de estar al frente” de la Fundación, continuará visitando Albarracín: “Me siento tan feliz aquí, he venido desde que era estudiante y he traído a alguna novia”, confesó José Ángel Biel.

El cese es una de las consecuencias de la crisis del Partido Aragonés, cuyo Congreso en el que fue elegido Arturo Aliaga como presidente, ha sido anulado por el juzgado por presuntas irregularidades en el censo de los militantes.

Los cursos de restauración suman 22 bienes a los 1.500 recuperados en las 24 ediciones

Un total de 77 profesionales han participado en 2022 en el XXIV Ciclo Formativo de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Albarracín. En total, han intervenido en 22 piezas que se suman a las más de 1.500 recuperadas a lo largo de estos años y que convierten a Albarracín en un referente en lo que restauración patrimonial se refiere.

Estas acciones formativas están financiadas por el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem) y cuentan con el personal experto del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) gracias a un convenio.

Cada uno de los ciclos, hasta un total de siete al año, se desarrolla durante tres semanas en las que la formación teórica se combina con prácticas con bienes reales. El objetivo es a especialización en diferentes áreas de conservación y restauración, tales como: materiales metálicos, encuadernaciones, retablos, pintura de caballete, documento gráfico y tejidos; además de un séptimo curso dedicado a la conservación preventiva.

Escogidas para el aprendizaje

Las piezas a intervenir son elegidas cada año por la dirección de la fundación y el profesorado de los cursos, en función de su grado de deterioro o su valor histórico, atendiendo todo tipo de piezas, soportes y materiales de diversas épocas artísticas, poniendo el foco, sobre todo, en el interés didáctico de cada una de ellas.

De entre todos los objetos restaurados en este ejercicio cabe subrayar, especialmente, el importante reto que supuso la recuperación de un retablo renacentista del siglo XVI, en el curso especializado en esta materia. El mueble se encontraba totalmente fragmentado y cada uno de los elementos que lo componen se encontraba en distintas ubicaciones, alguno de ellos ni siquiera se sabía que formaban parte de un todo.

Nuevo almacén de la Catedral

El desafío consistió en ir encajando y contextualizando todas las piezas, para posteriormente restaurarlas y finalizar montándolo en la capilla de la Inmaculada, que se encuentra en el claustro de la Catedral.

Merece especial atención la custodia mayor intervenida en el curso de materiales metálicos, por su importancia dentro de la platería española. Es una pieza novohispana del siglo XVIII de incalculable valor y belleza, realizada en plata sobredorada y oro, con esmeraldas engarzadas, que pone en relieve la maestría de los orfebres de la época. Procede de México, donde la encargó la familia de ganaderos Monterde y Antillón para regalarla a la catedral. Actualmente se encuentra expuesta en el Museo Diocesano de Albarracín.

Resulta reseñable también la recuperación de uno de los carteles murales del francés Joseph-Achille Comte, de la serie Planches Murales d’Histoire Naturelle perteneciente a la colección didáctica del IES Vega del Turia de Teruel; y de un cartel de un festejo taurino del 1942, particular. El curso de restauración de tejidos devolvió el esplendor a la bandera de Torres de Albarracín, que tradicionalmente se ondeaba en las fiestas patronales de la Virgen del Carmen y ahora luce en el Ayuntamiento de la localidad.

Con las veintidós piezas recuperadas este año, suman 1.544 trabajos ejecutados durante las veinticuatro ediciones de este plan de formación técnica, con un total de 1.698 participantes, procedentes de Aragón y de otras comunidades autónomas, que ponen en alza el valor de los bienes culturales y contribuyen a la proyección de Albarracín como un lugar ejemplar en el país por su dinámica en restauración.

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